Los Angeles, Estados Unidos | AFP |
Seis personas, cuatro hombres y dos mujeres, emergieron de un domo aislado en Hawai, donde pasaron ocho meses viviendo en habitaciones minúsculas, comiendo comida seca y tratando de llevarse bien en el marco de la simulación de una misión a Marte.
El experimento, realizado por la Universidad de Hawai, es el quinto de este tipo destinado a ayudar a los científicos a gestionar los enfrentamientos y conflictos interpersonales que pueden surgir entre los astronautas que se embarcan en una larga misión al espacio profundo.
Cuando emergieron el domingo de su cuarentena, los voluntarios disfrutaron visiblemente del placer del sol y del aire fresco en sus rostros, y degustaron frutos tropicales en compañía de amigos y familiares, precisó un comunicado de la universidad.
"Una de las cosas que más eché de menos fue la cocina portuguesa", dijo Brian Ramos, uno de los miembros de la tripulación, en un video difundido por CBS News.
Kim Binsted, que dirige este estudio del programa de la NASA de la Universidad de Hawai (HI-SEAS), explicó la importancia de que haya cierta variedad en el grupo.
"Es como si intentamos preparar una caja de herramientas para ir a Marte: no ponemos solo martillos, aunque se trate de los mejores del sistema solar", explicó en CBS News.
Aunque las tensiones entre las personas son inevitables, todo ha ido bien con esta tripulación, que ha cumplido las tareas esenciales, explicó Kim, profesora de informática.
Durante el experimento, que empezó el 19 de enero, el grupo vivió aislado del resto del planeta en un espacio de 11 metros de diámetro y 6 metros de alto comiendo alimentos secos y en conserva y, de vez en cuando, algunas verduras cultivadas en el laboratorio.
Cada uno de los tripulantes disponía de su propia habitación, con espacio para un catre y un escritorio, y el domo, alimentado por energía solar, tenía duchas e inodoros de compostaje.
Los voluntarios podían comunicar por internet con sus amigos y familiares con una espera de 20 minutos en las transmisiones, el tiempo que tardan las ondas radio en recorrer la distancia entre la Tierra y Marte.
Cuando salían para efectuar trabajos geológicos, utilizaban un traje espacial.
Durante esos ocho meses en la costa norte y árida del volcán Mauna Loa, que hace recordar a los paisajes marcianos, el grupo realizó experimentos científicos, ejercicio físico y labores de mantenimiento del domo.
Esta previsto que otra misión de ocho meses comience en enero de 2018.
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Estiman 1.100 desaparecidos por incendios en Hawái
Dos semanas después de los mortíferos incendios que devastaron la isla de Maui, las autoridades de Hawái anunciaron el martes que habían dado con las identidades de 1.100 personas desaparecidas, según un censo provisional elaborado por el FBI. La policía federal trabaja para recopilar las identidades de todas las personas desaparecidas por estos fuegos, los más letales en un siglo en Estados Unidos, con al menos 115 muertos, según el reporte provisional más reciente.
La lista del FBI registra actualmente “1.100″ desaparecidos, pero es probable que esta cifra porque la agencia federal “todavía está en el proceso de recopilar datos adicionales”, dijo el agente especial Steven Merrill. El lunes por la tarde, el alcalde de Maui había informado de 850 desaparecidos. La tragedia, sin embargo, puede resultar mucho más grave.
Desde que el incendio arrasó casi por completo la localidad turística de Lahaina, de 12.000 habitantes, circulan en redes sociales o entre la policía y los equipos de emergencia listas con miles de personas presuntamente desaparecidas. Ahora, el FBI trabaja para estandarizar esos datos.
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“Estamos cotejando todas las listas para poder determinar quién sigue realmente desaparecido”, anunció el agente especial Merrill. El FBI creó un número telefónico exclusivo (808-566-4300) e invita a los familiares de desaparecidos a ponerse en contacto para brindar información adicional, como el apellido o la fecha de nacimiento, que puede ayudar a la policía a localizar o confirmar la desaparición de una persona.
Las autoridades están haciendo todo lo posible para refinar los datos y se espera que publiquen una “lista verificada” de desaparecidos “en los próximos días”, anticipó el jefe de policía de Maui, John Pelletier. El FBI también dispuso agentes para recolectar en cualquier parte del mundo muestras de ADN de familiares que no pueden viajar a Maui. La identificación de los cadáveres hallados entre las cenizas en Lahaina es laboriosa. De las 115 víctimas, hasta el momento solo han sido identificadas 27 y apenas se han recogido 104 muestras de ADN.
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Fuente: AFP.
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Incendio en Hawái: estiman que podría haber 200 muertos
El balance de muertos en el incendio en Hawái, el más mortífero en Estados Unidos en más de un siglo, subió a 99, y podría “duplicarse” esta semana, advirtieron las autoridades, criticadas por su gestión. “Durante los próximos diez días, este número podría duplicarse”, estimó el lunes el gobernador de Hawái, Josh Green, en CNN, informando del hallazgo de otros tres cadáveres, lo que lleva la cifra total a 99 fallecidos.
El saldo va en aumento a medida que los equipos de rescate con perros entrenados avanzan en sus tareas de búsqueda entre casas y vehículos calcinados. Sólo un 25 % de la zona siniestra ha sido rastreada hasta el momento, explicaron las autoridades el lunes por la noche. Los rescatistas “probablemente encontrarán de 10 a 20 personas por día hasta que terminen” sus tareas, dijo Green a la cadena CBS. En Lahaina, una ciudad costera de 12.000 habitantes en la isla de Maui, el fuego fue tan intenso que hizo fundir el metal.
Los cuerpos recuperados son difíciles de identificar, explicó el jefe de la policía local, John Pelletier. Hasta ahora, sólo tres de ellos pudieron ser reconocidos “por sus huellas”, agregó el oficial, por lo que pidió a los familiares de las personas desparecidas someterse a pruebas de ADN. Las autoridades se plantean limitar el acceso a Lahaina durante todas las operaciones de búsqueda, por precaución ante posibles productos químicos, y por respeto a los fallecidos.
Las autoridades daban cuenta de 1.300 desaparecidos, según Green. La cifra va bajando a medida que las comunicaciones se van restableciendo de forma progresiva en la isla de Maui y que los habitantes logran ponerse en contacto con sus familiares.
“Falta de comunicación”
Los múltiples fuegos que se declararon la semana pasada, atizados por los fuertes vientos y la sequía de la isla, siguen ardiendo, pese a los esfuerzos de los bomberos para extinguirlos. Las autoridades no obstante no parecen preocupadas por la tormenta tropical que debe cruzar el sur del archipiélago en la noche del miércoles al jueves. No tendrá “prácticamente ningún impacto”, según el servicio meteorológico estadounidense.
El fuego impactó o destruyó más de 2.200 estructuras en Lahaina, y oficialmente las pérdidas se estiman en 5.500 millones de dólares, sin contar los miles de damnificados que quedaron sin hogar. Este es el incendio más mortífero en Estados Unidos desde 1918, cuando 453 personas murieron en Minnesota y Wisconsin, según el grupo de investigación Asociación Nacional de Protección contra Incendios.
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El saldo de víctimas fatales sobrepasa el de Camp Fire, ocurrido en 2018, en California, que prácticamente borró del mapa la pequeña población de Paradise y mató a 86 personas. Las circunstancias de los repentinos incendios de esta semana siguen sin estar claras. Y el resentimiento de la población contra las autoridades no deja de aumentar.
“La falta de comunicación es abismal, la gente está muy indignada y se siente frustrada. La situación sólo hace que empeorar”, dijo a la AFP el pastor Stephen Van Bueren, cuya iglesia quedó destruida. Durante los incendios, las alertas oficiales en la televisión, la radio y en los teléfonos fueron inútiles puesto que muchos residentes se quedaron sin electricidad o conexión. Las sirenas de alarma no funcionaron.
Críticas de Trump
Se ha abierto una investigación para analizar la gestión de la crisis. “Pensamos que las sirenas quedaron esencialmente inmovilizadas por el calor extremo” que se registraba en Maui, argumentó Green. Su gestión fue criticada por el expresidente estadounidense Donald Trump en la red Truth Social. “No quiere hacer otra cosa que culpar al cambio climático”, dijo.
Muchos residentes de Lahaina contaron que se enteraron del fuego al ver a los vecinos que corrían por las calles o cuando lo vieron por sí mismos. “La montaña atrás de nosotros se prendió en fuego, y ¡nadie nos avisó!”, lamentó ante la AFP Vilma Reed, una residente de 63 años.
Reed, cuya casa quedó destruida, dijo que huyeron de las llamas sólo con lo puesto y ahora depende de donaciones. “Esta es mi casa ahora”, relató la mujer al señalar el auto en el que durmieron con su hija, su nieto y dos gatos. Mazie Hirono, senadora demócrata por el archipiélago, señaló a la CNN que no había que “buscar excusas para esta tragedia”.
El proveedor de electricidad Hawaiian Electric también es objeto de una denuncia. La empresa es acusada de haber “mantenido inexcusablemente sus líneas eléctricas cuando los pronósticos anunciaban un alto riesgo de incendios” y fuertes vientos, alimentados por un huracán que pasaba al suroeste de Maui.
“El océano me salvó la vida”
Cuando se vio rodeada por las llamas en el pintoresco malecón de Lahaina, en Hawái, Annelise Cochran, una nadadora experimentada dedicada a la conservación oceánica, no lo pensó dos veces: lanzarse al mar era su única alternativa. “Fue algo de segundos, ni sentí que tomaba una decisión porque en ese momento no tenía otra opción”, dijo Cochran a la AFP seis días después de sobrevivir al voraz incendio forestal que arrasó esta pequeña comunidad turística en la costa oeste de Maui.
La joven de 30 años, que trabaja para la organización sin fines de lucro Pacific Whale Foundation, perdió su apartamento, su auto, su mascota, vecinos y amigos en la tragedia que ya dejó casi 100 muertos y más de 1.000 desaparecidos. Pero sobrevivió tras horas de incertidumbre y agonía. Sus conocimientos del mar le pagaron con creces. “Me siento muy afortunada de tener esa conexión con el océano porque creo que me ayudó a mantenerme a salvo aquella noche. El océano me salvó la vida”.
“Negro como el carbón”
El martes 8 de agosto era como cualquier otro en este paradisíaco enclave del archipiélago estadounidense, recuerda Cochran. Un incendio amenazaba desde la montaña que enmarca Lahaina, pero avisos de contención total de las llamas la tranquilizaron. Sin embargo, la agonía comenzó poco después de las 15 horas cuando sintió olor a quemado.
“No había humo, pensamos que tal vez eran las cenizas que venían de la montaña por el incendio de la mañana”, dijo la joven a las afueras del Complejo Memorial de Guerra, en Kahului, donde está refugiada desde la tragedia. Sin alertas ni órdenes de evacuación, ella y sus vecinos reaccionaron al ver el cielo teñirse de negro por el humo. “Vimos las llamas y entendimos que venía en nuestra dirección”.
Cochran corrió por su bolso, un álbum de recuerdos y fotos, y su pájaro (que falleció en el escape), y entró a su auto. “Todo era negro como el carbón. No podía ver más de una pulgada frente a mi parabrisas”. Avanzó algunos metros en dirección de la Front Street, la principal calle de Lahaina, y que da de cara al transitado malecón. “Vi un enjambre de autos. La gente los abandonó en la calle y comenzó a correr”, dijo Cochran.
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“Fue cuando entendí que nadie me iba a rescatar, al menos no en un buen tiempo”. Cochran encontró allí a dos de sus vecinos, y supo que las llamas les pisaban los talones cuando los carros abandonados comenzaron a explotar. Asustada, decidió lanzarse al mar junto a su vecina Edna para protegerse de las brasas.
“Nos sumergimos completamente, mantuvimos nuestros rostros lo más abajo posible al punto de respirar apenas en la superficie del agua porque el aire era muy agrio”. Poco después vieron que su otro vecino ya no se movía. Las mujeres se aferraron al muro de rocas que bordea el fin del malecón de Lahaina. Pero tras varias horas en el mar y agobiadas por el humo, comenzaron a perder consciencia y a sufrir alucinaciones.
“Cuando el agua golpeaba mi cara, volvía en mí y caía en la cuenta de dónde estaba (...) Hay varios períodos que no recuerdo de aquella noche”. Cochran consiguió llamar al servicio de emergencia a las 21.30 horas desde su teléfono, protegido en el muro de piedras. “Pero nos dijeron que no había forma de rescatarnos aún”. Alrededor de las 23 horas vieron un barco de la Guardia Costera rescatando decenas de personas que estaban mar adentro, pero la embarcación no tenía cómo acercarse a la empedrada costa, por lo que la espera junto a su vecina y unas 40 personas continuó.
“Aterrador”
“Pasaron unas ocho horas hasta que pude soltar la pared de piedras y abandonar la Front Street. Y de esas ocho horas, diría que pasé al menos cinco completamente sumergida hasta el cuello tratando de protegerme”. “Pero de a ratos era tan frío que teníamos que subir al muro y acercarnos al fuego para calentarnos. Es una de las razones por las cuales estoy llena de heridas y quemaduras”, dice señalando los muchos raspones en sus piernas y brazos.
Los sobrevivientes finalmente fueron rescatados sobre la medianoche por los bomberos, quienes los llevaron a un comercio próximo que sobrevivió al infierno. Luego los trasladaron a un refugio en la madrugada. “Fue aterrador y traumatizante”. La joven, que piensa volver a casa de sus padres en Washington para procesar lo vivido, dice que la comunidad de Lahaina está “muy enfadada” con sus autoridades.
“Lo que ocurrió, en mi opinión, roza la negligencia (...) Sólo estoy aquí porque me encargué yo misma”. Tras casi ocho años viviendo en la ahora devastada ciudad costera, de 12.000 habitantes, Cochran dice estar en duelo por este pueblo lleno de historia. “Pensar que perdimos nuestra hermosa Lahaina, y nuestras memorias allí. Saber que no podré caminar por la Front Street de nuevo. Es incomprensible”, dice y la detienen las lágrimas. “Pero me siento bendecida por la vida y feliz de estar aquí. Es lo más importante”.
Fuente: APp.
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Hawái: el fuego arrasó el 80 % de Lahaina
Ekolu Brayden Hoapili y su novia escaparon de las llamas en Hawái, pero no consiguen sacudirse de la memoria las imágenes de destrucción en el retrovisor de su carro, ni la tristeza de ver a su pueblo arder en llamas. “Todo era rojo, sólo polvareda y viento, tan intenso como el infierno”, contó a AFP Hoapili quien huyó de Lahaina, la pequeña comunidad turística carbonizada por las llamas en la isla de Maui.
Sentado en la maletera del carro donde han dormido desde que escaparon del incendio que ya se ha cobrado más de 50 muertos, Hoapili narró la dramática huida de la comunidad costera cuando ya estaba cercada por densas paredes de humo. “Miro hacia la gasolinera que está al lado de nuestro terreno y estaba en llamas. Sólo veía humo, cenizas cayendo del cielo, todo ardiendo. Y dije ‘nos tenemos que ir’”.
“Creí que moriría”, dijo el joven de 18 años que se debate entre la alegría de haber sobrevivido gracias a la rápida huida y el arrepentimiento de no haberse quedado para ayudar a la gente. “Me sentía impotente e indefenso (...) Mirando en retrospectiva, dejé tanto atrás, a tanta gente. Pero no podía arriesgarme más, porque si lo hacía, no estaría aquí”.
A su lado, su novia, Sharmaiynne Buduan, recuerda las horas amargas que vivió sin tener noticias de sus familiares hasta que los encontraron este jueves en un refugio. “Mi mundo se vino abajo”, dijo la joven de 20 años. “El pueblo es donde crecí. Las memorias que tenía allí, cada paso que di en Lahaina (...) son muchos recuerdos y ver todas esas fotos y videos de mi pueblo natal arrasado, rompe mi corazón. Es devastador”.
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“¡Lo perdimos todo!”
“¡Lo perdimos todo!”, agregó mirando a la maletera del carro en la que tienen sus únicas pertenencias: productos de higiene, edredones y almohadas donados y un ukelele. Lahaina, con unos 12.000 habitantes, era uno de los destinos turísticos favoritos de las millones de personas que visitan Maui a cada año. Sus tiendas de souvenirs, restaurantes, bares y edificios históricos fueron reducidos a cenizas por las llamas, así como buena parte del pintoresco malecón donde miles de personas paseaban, veían atardeceres y tomaban selfis.
“Es un sentimiento extraño. Aún no lo podemos creer”, comentó Saraí Cruz, de 28 años, quien trabajaba en uno de los restaurantes más populares de la Front Street. “Es muy, muy triste”, dijo Cruz quien huyó junto a sus padres, hermana y tres hijos apenas con lo puesto. “No queda nada, todo se fue. [Lahaina] es un pueblo fantasma”.
Estacionados a su lado, en uno de los refugios que las autoridades abrieron para albergar a los miles de desplazados por las voraces llamas, José Victoria intentaba junto a su familia procesar lo vivido. “Esta era mi casa”, dijo mostrando en su celular las imágenes de una construcción carbonizada hasta los cimientos.
“Sólo había visto una escena así en las películas, pero verlo en la vida real, era muy loco”, dijo el mexicano de 35 años, que volvió al pueblo al día siguiente de huir porque su madre aún está en una de las pocas zonas de Lahaina que no fueron arrasadas por las llamas, pero que permanecen sin electricidad o conexión telefónica.
Victoria estaba empleado en un restaurante frente a la marina. “No puedo creer que el lunes estaba ahí trabajando”, comentó mirando aún imágenes de la devastación en su celular. “Me despedí de mis colegas aquella tarde. ‘¡Nos vemos mañana!’, pero mañana no llegó”.
Al menos 55 muertos
En una de las peores catástrofes que ha sufrido este archipiélago estadounidense, los fuegos han devastado más de 800 hectáreas en dos islas del archipiélago estadounidense y han obligado a evacuar a miles de personas, algunas de las cuales se lanzaron al agua para protegerse de las llamas.
Las autoridades del Condado de Maui informaron la noche del jueves (7:00 GMT del viernes) que el balance de muertos se elevó a 55, mientras los bomberos seguían extinguiendo las llamas en la localidad que, a principios del siglo XIX, fue la capital del reino hawaiano. El gobernador del estado, Josh Green, informó el jueves que miles de personas perdieron sus viviendas y que las autoridades trabajan para alojarlas.
“Lo que vimos hoy es catastrófico (...) es probablemente el mayor desastre natural de la historia del estado de Hawái”, declaró. Green alertó que se espera que la cifra de víctimas mortales aumente “muy significativamente”. Los fuegos comenzaron en la madrugada del martes y su rápido avance puso en peligro viviendas, empresas y servicios públicos, así como a más de 35.000 personas en la isla de Maui, informó la Agencia de Gestión de Emergencias de Hawái.
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El fuego arrasó el 80 % de la localidad de Lahaina, en la costa oeste de Maui. “Gran parte de Lahaina en Maui quedó destruida y cientos de familias locales fueron desplazadas”, indicó Green. Imágenes difundidas en redes sociales muestran las brasas destruyendo esta localidad turística, densas columnas de humo tiñendo el cielo de negro y varios barcos atracados también en llamas.
Al menos 100 habitantes de la zona saltaron al agua para evitar el fuego, informó a CNN la comandante de la Guardia Costera Aja Kirksey, quien resaltó que unas 50 personas tuvieron que ser rescatadas del mar. También se han declarado incendios en la Isla Grande de Hawái, pero las autoridades dijeron que estaban bajo control el jueves.
“Cadáveres en el agua”
“Todavía tenemos cadáveres en el agua flotando y en el malecón”, comentó también Kekoa Lansford, otra residente, a la CBS. “Hemos estado sacando gente (...) Estamos tratando de salvar su vida, y siento que no estamos recibiendo la ayuda que necesitamos”. Los militares estadounidenses desplegaron tres helicópteros para ayudar a combatir los incendios, informó el Comando Indo-Pacífico en un comunicado.
Las aeronaves militares que ayudan a los bomberos utilizaron el miércoles 570.000 litros de agua para controlar los incendios en el condado de Maui. El presidente Joe Biden declaró el jueves el estado de catástrofe natural para Hawái, lo que permitirá liberar “fondos federales a disposición de los afectados en el condado de Maui”, explicó la Casa Blanca en un comunicado.
La red hospitalaria de la isla está “saturada” por los pacientes con quemaduras y personas que inhalaron humo, dijo la vicegobernadora de Hawái, Sylvia Luke, que describió la situación como “dramática”. Luke informó que los incendios fueron causados por las condiciones secas y los fuertes vientos del huracán Dora, que se encuentra al sur del archipiélago, pero que no se espera que toque tierra.
Las autoridades del condado pidieron a todos los visitantes que abandonen la isla “lo antes posible” y organizaron autobuses para llevar a los turistas al aeropuerto de Kahului, según un comunicado publicado en Facebook.
En la terminal aérea, según información oficial, al menos 1.400 turistas quedaron varados, ya que sus vuelos fueron cancelados o retrasados y periodistas de la AFP vieron a muchas personas durmiendo en el suelo. Fenómenos meteorológicos extremos han azotado todo el mundo en las últimas semanas, que según los científicos han sido exacerbados por el cambio climático.
Fuente: AFP.
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Hawái: 36 muertos y miles de evacuados
Kahului, Estados Unidos. AFP.
Al menos 36 personas murieron y miles han sido evacuadas por los incendios forestales que arrasan dos islas de Hawái y que dejaron casi destruida una localidad, obligando a sus habitantes a lanzarse al mar para huir de las llamas. “Se han encontrado hasta ahora 36 personas muertas debido al fuego de Lahaina, que sigue activo”, dijo el gobierno del condado de Maui en un comunicado emitido en la noche del miércoles. Los incendios han quemado más de 800 hectáreas de terreno, según las autoridades. Los incendios comenzaron en la madrugada del martes y el rápido avance puso en peligro viviendas, empresas y servicios públicos, así como a más de 35.000 personas en la isla de Maui, informó en un comunicado la Agencia de Gestión de Emergencias de Hawái.
El fuego arrasó la localidad de Lahaina, en la costa oeste de Maui. “Gran parte de Lahaina en Maui quedó destruida y cientos de familias locales fueron desplazadas”, indicó el gobernador, Josh Green. Imágenes difundidas en las redes sociales muestran las brasas destruyendo esta localidad turística, densas columnas de humo tiñendo el cielo de negro y varios barcos atracados en Lahaina también en llamas.
Habitantes de la zona saltaron al agua “para evitar el fuego”, dijo el mayor general del Ejército estadounidense, Kenneth Hara, a Hawaii News Now. Al menos 14 personas fueron rescatadas del mar por la Guardia Costera.
Los incendios afectaron con fuerza a Maui, pero también hay fuegos activos en la isla de Hawái. “Fue terrible”, contó Claire Ken, una residente de Lahaina a la cadena CNN. “Tengo la certeza de que hay gente que no pudo escapar”, agregó.
Los militares estadounidenses desplegaron tres helicópteros para ayudar a combatir los incendios, informó el Comando Indo-Pacífico en un comunicado. Los helicópteros militares que ayudan a los bomberos utilizaron el miércoles 570.000 litros de agua para controlar los incendios en el condado de Maui.