Por Paola Arias

Según pronóstico del BCP la inflación esperada, de haber sido extremadamente estable en los últimos años, rondando un 3-4% anual, para fines de este año se espera que trepe a un 6,4%. Esto nos afecta de forma directa en el incremento del costo de vida por un lado y, por otro lado, en la disminución en los retornos de rentas. Mejor dicho, el 5-6% que recibíamos en años anteriores, este año ya no será suficiente.

La mayoría de los asesores en finanzas aconsejan que destines un porcentaje de lo que ganas a tu ahorro. Otro a la inversión, este último puede ser hasta el 15%. Pero en una situación como la que estamos viviendo, en el que los precios suben y parece que este incremento no se detiene; este porcentaje para invertir debe subir para cubrir las pérdidas potenciales que genera la inflación. Al invertir, el dinero ganará valor en lugar de perderlo.

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Según los analistas, tener dinero es mala idea. Puede sonar extremista, pero tener dinero en efectivo frente a este panorama, no es buena idea. La inflación en Estados Unidos tuvo impacto en la economía mundial, y quienes tradicionalmente ahorraban en dólares, sin invertirlos en algún activo que otorgue retornos, perdieron en el último año casi un 7% del valor.

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¿Entonces, cual es la mejor estrategia para prevenir la devaluación de nuestro dinero? Cuando hay inflación, lo que está perdiendo valor es el dinero, y pierde valor respecto a los demás bienes. Por lo tanto, si compras esos bienes, estarás preservando tu valor. Ahora bien ¿Qué activos reales debería comprar?.

Históricamente, la inversión en ladrillos fue un resguardo de valor y actualmente es una de las mejores alternativas no sólo por su rendimiento, sino también por la sencillez de su implementación. Hoy, en esta nueva coyuntura internacional, es una de las pocas opciones capaces de ganarle a la inflación.

De hecho, según los últimos estudios, no sólo permite protegerse de la inflación y mantener el valor, sino que permite conseguir una rentabilidad análoga a la de la Bolsa. Así que es una muy buena opción. Y más si la compramos con deuda. Normalmente, cuando se trata de finanzas personales, se recomienda no endeudarse. Sin embargo, si estamos en un entorno inflacionario, siempre y cuando tengamos un tipo de interés fijo, lo que tendremos que pagar será una cantidad fija, pero que vale cada vez menos.

Y lo mejor de todo es con ese préstamo que cada vez te resulta más fácil pagar estás comprando una vivienda, que es un activo real, que no sólo te protege de la inflación, sino que te permite obtener una rentabilidad a futuro. Esta es una de las formas más inteligentes de aprovechar un contexto inflacionario.

Si no te convence endeudarte para comprar una propiedad, existe la opción de “ahorrar en ladrillos” con cuotas accesibles y a largo plazo. En este caso, el pago de una cuota mínima a lo largo del tiempo se tangibiliza en una propiedad que te reditúa con la plusvalía generada por la tierra, y el valor del metro cuadrado terminado, además de la renta que puedas llegar a recibir.

Para los inversores de mayor poder adquisitivo, invertir en departamentos en pozo puede ser una buena opción, ya que la diferencia entre la compra en inicio de obra y el valor del departamento terminado puede llegar a ser hasta de un 15%.

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