En Paraguay, se ha habilitado la vacunación en niños contra COVID-19 (de 12 años y más), lo que ha generado un rechazo por un gran número de padres. Infelizmente, este rechazo se ve respaldado por personas, incluso profesionales de salud, poco informados o con una alfabetización científica nula, quienes emiten sus opiniones sin fundamento científico.

Está claro que varios padres sentirán temor y más aún cuando un profesional de salud exclama su rechazo a la vacunación en niños y adolescentes. Sin embargo, es muy fácil demostrar la realidad, a partir de las informaciones emitidas por organismos internacionales, los cuales están compuestos por especialistas en diversas áreas, y de todo el mundo.

A seguir analizamos algunas de las afirmaciones erradas que hemos podido escuchar en los últimos días.

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  • La OMS no recomienda la vacunación en niños

FALSO. La OMS ha dicho que son prioridad para la vacunación los niños y adolescentes (de 12 años y más) que se encuentran en alto riesgo. También ha manifestado que, como los niños y adolescentes tienden a tener una enfermedad más leve en comparación a los adultos, es menos urgente vacunarlos a ellos que las personas mayores (que tienen mayor riesgo de enfermedad grave) y los trabajadores de la salud. En ningún momento ha dicho que desaconseja la aplicación de la vacuna anti-COVID-19 en niños y adolescentes.

La afirmación hecha por algunas personas solo muestra claramente la falta de entendimiento sobre lo que la OMS ha escrito.

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  • Países desarrollados han dicho que no a la vacunación pediátrica anti-COVID-19.

FALSO. Países desarrollados como Reino Unido, Dinamarca, Suecia, Noruega, Francia, Estados Unidos, Canadá, están administrando la vacuna anti-COVID-19 a los adolescentes mayores de 12 años. Alemania, ha sugerido aplicar solamente a los adolescentes con enfermedades de base, los cuales presentan mayor riesgo ante la enfermedad. En Uruguay, el 71.8% de los adolescentes, de entre 12 a 14 años, ha recibido ambas dosis de la vacuna anti-COVID-19. Eso representa aproximadamente 102.000 niños que han recibido la vacuna.

El Grupo Asesor Estratégico de Expertos de la OMS (SAGE), ha llegado a la conclusión, en base a los estudios clínicos, de que la vacuna Pfizer / BionTech es adecuada para su uso por personas de 12 años o más.

Cabe destacar que el CDC incluso ya ha aprobado la vacuna de Pfizer en niños de 5 a 11 años. La vacunación en chicos de 12 a 15 años, ya esa ampliamente aceptada en países desarrollados y no han hecho ninguna pausa de la vacunación.

  • Paraguay está dando el puntapié inicial para la vacunación en adolescentes.

FALSO. Paraguay no es el primer país del mundo en aplicar las vacunas a los adolescentes. Como vimos arriba, varios países ya están vacunando a los mayores de 12 años y ahora revisan los datos para aplicar a niños de 5 a 11 años. Paraguay no es pionero en vacunación, sino que sigue las recomendaciones que las agencias reguladoras internacionales van dando.

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  • La vacuna de Pfizer es una terapia génica

FALSO. La vacuna de Pfizer no es una terapia génica porque no altera nuestro DNA. Es más, ni siquiera llega cerca de nuestro ADN, el cual se encuentra guardado en la célula en el núcleo, que a su vez está rodeado de una capa protectora llamada membrana nuclear. Por su parte, el ARNm se degrada muy rápido dentro de nuestras células, una vez que cumplió su función.

La terapia genética, por otro lado, implica un proceso mediante el cual la composición genética de un individuo se modifica deliberadamente para curar o tratar una condición genética específica. Las vacunas no sirven para tratar o curar una enfermedad, sirven para protegernos de antemano.

El hecho de que Pfizer sea la vacuna utilizada para inmunizar niños y adolescentes, es debido a que la compañía ha presentado datos de estudios clínicos que muestran la seguridad y eficacia de la vacuna en personas de ese rango de edad. Es probable que otras vacunas también sean efectivas o más efectivas, pero primero deben presentar sus datos de estudios clínicos realizados en adolescentes y niños, y los expertos los deben evaluar. Antes de eso, no pueden ser administrados al público.

Como bien lo puso la editorial de una de las revistas prestigiosas en ciencia (Science), es comprensible que algunos padres se muestren reacios a vacunar a sus hijos, especialmente si éstos son pequeños. Sin embargo, la elección de no vacunarse no es una elección libre de riesgos; más bien, se elige tomar un riesgo diferente y más serio. La comunidad biomédica debe esforzarse por dejar esto claro al público. Podría ser una de las decisiones de salud más importantes que tomarán los padres.

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