Joaquim Leite, ministro del Medio Ambiente de Brasil.

En los últimos meses, ambientalistas han alertado de los riesgos climáticos y los peligros de las actividades consideradas contaminantes de algunos sectores, tales como el petróleo, carbón y minería, entre otras.

Un camino es protestar, gritar y paralizar el mundo, provocando inflación verde de alimentos y escasez de energía y materias primas. El otro camino es innovar, emprender y seguir adelante rumbo a una nueva economía verde, aprovechando todas las oportunidades que Brasil tiene por sus características naturales.

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Un tema sensible especialmente para los líderes de los países en desarrollo o poco desarrollados, que aún tienen la obligación de garantizar acceso a lo básico a parte de sus poblaciones como dejar de usar hoy el petróleo, energía barata y almacenable; del litio a baterías de celulares y vehículos eléctricos e híbridos; del aluminio a palas eólicas.

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Algunas actividades no tienen medios de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero o de reducir a cero el uso de recursos naturales a la velocidad deseada por todos, inclusive por Brasil, sea por inviabilidad económica o por imposibilidad física.

De forma responsable, podemos, si, girar el planeta en la dirección correcta, de una nueva economía rumbo a la neutralidad de emisiones hasta el 2050. Con soluciones innovadoras y emprendedoras: agricultura positiva en carbono y súper intensiva en área, energía renovable solar y eólica y baterías ultra eficientes para vehículos híbridos cargados por biocombustibles, entre otros.

Hemos lanzado el 25 de octubre el Plan Nacional de Crecimiento Verde, con el objetivo de aumentar las sinergias y la integración de las acciones y proyectos de conservación forestal, uso racional de los recursos naturales, reducción de emisiones de carbono y especialmente generación de empleos verdes, con crecimiento económico.

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La iniciativa está totalmente en línea con los compromisos internacionales asumidos ante el Acuerdo del Clima, cuyo objetivo, descrito en su artículo 2°, es buscar el desarrollo sustentable de baja emisión de gases del efecto invernadero, con esfuerzos para erradicar la pobreza y garantizar la producción de alimentos a gran escala.

El gobierno federal actuará de forma responsable, buscando las soluciones reales para una transición urgente, pero al mismo tiempo coherente con las capacidades de cada región, en la dirección de ese crecimiento verde, garantizando, así, mejor calidad de vida a todos los brasileños y, consecuentemente, a todos en el planeta.

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