Iris Apfel es una diseñadora y decoradora de interiores que, a sus 95 años, ha convertido su nombre en una entidad clave a la hora de hablar de estilo. ¿Las razones que convierten a esta mujer en un ícono? Principalmente, una: su personalidad fascinante.

Por: Matías Irala

Iris Apfel nació en 1921 en Nueva York. Su carrera como asistente de decoradora de interiores le valió para escalar en el terreno de la creatividad para posteriormente crear una línea textil con su esposo Carl Apfel, un emprendimiento que le permitió recorrer el mundo en busca de las telas más exquisitas.

En la lista de clientes de Iris figuran celebridades como Greta Garbo e, incluso, varios presidentes americanos (Apfel es conocida por sus decoraciones en la Casa Blanca, en donde imprimió su excelente gusto en las oficinas de más de nueve presidentes).

A los 84 años de edad saltó a la fama tras haber sido protagonista de una exposición en el Museo de Arte Metropolitano (MET) de Nueva York, en el año 2005, titulada Iris Apfel: Raris Avis. En la muestra se podían observar más de 80 trajes de su peculiar colección en donde encontramos piezas de Dior, Nina Ricci y Lanvin; entre otros diseñadores de prestigio.

Pero lo que definitivamente captó la atención de los medios fue su costado excéntrico a la hora de vestir, rompiendo los conceptos respecto a la perspectiva de cómo debe lucir una mujer de avanzada edad y estableciendo parámetros interesantes a la hora de plantear concepciones en torno a la economía en el vestir.

"Soy hija de la Gran depresión. No teníamos mucho dinero en ese entonces pero eso no era motivo para no ir bien vestida. Recuerdo que una vez armé un hermoso conjunto con apenas 25 dólares. Soy partidaria de recurrir a tiendas de segundo mano, estar a la moda no es sinónimo de gastar excesivamente", menciona Iris a un portal internacional.

 

Moda sin edad

Sí pensamos en un palabra para definir el estilo de esta mujer, definitivamente, no es el minimalismo. Su armario es un gran conjunto de accesorios que fue acumulando de sus viajes, multiplica sus estilismos con toques extravagantes de piezas como plumas, piedras y sus característicos lentes sobredimensionados, que a estas alturas tienen el mismo prestigio que las gafas que suele portar Anna Wintour.

Al ser consultada respecto a cómo logró inmortalizar un estilo tan único, sugiere que no fue resultado de una fórmula sino de un descubrimiento diario, "Para mí el estilo es netamente actitud, no tiene nada que ver con la cantidad de dinero que posees. Es la manera de reflexionar sobre ti, de comunicar a través del cuerpo sin tener que copiar, ahí está el verdadero secreto", comenta.

Para Iris la moda es una industria de contenido serio, que a veces es tachada de frívola pero va más allá del deleite estético; también reflexiona sobre temas tan variables como la espiritualidad, la política, la economía y la vida social. Asocia que para entender la moda hay que mirar al pasado y ver las transiciones que ha tenido el vestir a lo largo del tiempo.

De hecho, Iris se considera una nostálgica vintage: "No me gusta el arte moderno ni las tendencias. Si observas mi armario encontrarás prendas de lo más variadas que destacan por su atemporalidad".

Esta mujer demuestra que la moda no está siempre obsesionada con la juventud. Al ser ella misma una excepción a la regla de que las mujeres mayores no pueden ser objeto de vanguardia dentro de la industria de la moda, posicionando su nombre al lado de otras referentes como Baddie Winkle o Carmen Dell'Orefice.

Libertad fashionista

Apfel es un referente democrático dentro de la industria de la moda al lograr curtir prendas de marcas como Dior o Nina Ricci con otras salidas de tiendas de segunda mano. Sus compras las realiza muchas veces en época de rebajas, habitualmente considera que compra ropa excesivamente accesible.

No tiene reglas a la hora de usar accesorios poco convencionales; es más, en una ocasión fue vista curtiendo un collar hecho de pedazos de plástico, una calculadora juguete y un paquete de goma de mascar. Pero lo que la ha inmortalizado, definitivamente, son sus grandes narraciones para explicar el origen de sus prendas. "Soy una gran cuentista", asegura.

La industria de cosméticos MAC la invitó a crear una línea fiel a sus gustos excéntricos. "Cuando MAC me contactó estaba extasiada. Pensé que era parte de un sueño psicodélico. Me dieron libertad en la opción de la paleta, el resultado fue una línea de colores fuertes y atrevidos en tonos naranjas y rojos", cuenta.

Pero MAC no fue la única que centró su atención en Apfel. La empresa HSN, líder en la creación de accesorios, la contactó para trabajar paralelamente con ellos en la creación de joyas. Iris considera que fue una enorme satisfacción el poder crear joyas de calidad que pudieran ser accesibles para el bolsillo. Su muestrario de joyas fue titulado Rara Avis en tributo tanto a la muestra del MET como al documental realizado por Eric Boman sobre Apfel.

Si te quedaste con las ganas de profundizar en la naturaleza exótica de esta mujer, te invitamos a ver el documental de Albert Maysales Iris (actualmente disponible en Netflix), que retrata el humor y la personalidad de Apfel en distintos espacios de su día a día.

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