Las joyas que diseña cuentan una historia, algo que podríamos estar viviendo o que nos gustaría vivir. A lo largo de los 17 años de su estadía en Miami, desarrolló una carrera bancaria sin separarse de la joyería. Y de regreso hace cuatro años, su trabajo artesanal, detallista y personalizado, continúa.

Entrevista: Jazmín Gómez Fleitas

Fotografía y edición digital: Manuel Meza

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Producción: Juan Ángel Monzón

Estilismo: Matías Irala

Con clientas como Gloria Estefan o Cindy Crawford, no fue de extrañar que el nombre de Astrid Poletti (40) haya recorrido rápidamente en Miami. Con entrevistas en vivo para CNN en español, artículos impresos en las revistas Ocean Drive o Teen Vogue, la pasión por el diseño se avivaba tanto como crecía su prestigio.

Astrid se mudó a Miami para estudiar Comercio Internacional, y apenas finalizó la carrera tres años y medio después, la contrataron en Banco Santander. Allí estuvo trabajando ocho años en la banca privada. Sin embargo, en ningún momento de ese periodo, ella dejó de hacer joyas.

"Empecé con las joyas de chiquitita, pero por coqueta. Mi hermana Cynthia me llevaba a sus viajes a elegir joyas para traer al negocio Della Poletti, y yo ya veía que no había nada que fuera de mi estilo. Todo era muy serio y la mayoría de las joyas en esa época eran de oro, así que empecé modificándolas para hacerlas a mi estilo y poder usarlas".

Astrid es la menor de cuatro hermanos (Cynthia, Sandra y Darío) que, apenas terminó la secundaria en el Colegio Internacional, decidió dedicarse a hacer sus joyas y venderlas durante un año. "Ese fue mi primer trabajo: el de emprendedora. Me iba a todas partes con mi bolso y recorría clientas de mis hermanas, mostrándoles lo que hacía. Luego, ya me mudé a los Estados Unidos a estudiar".

Una vez allá empezó haciendo carteras repujadas -de las cuales tiene guardadas un modelo de cada una- y luego pasó a las joyas de filigrana. Buscó darles un toque personalizado porque le parecían muy convencionales y ahí comenzó a mezclarla con otros materiales como cuero, piedras o tejidos. "Yo no las promocionaba en el trabajo. Las llevaba debajo del traje, pero como al mover el brazo, la manga se levantaba, se veía y me preguntaban: '¿Qué tenes ahí?' Y así empezó el de boca en boca".

Llegó a oídos de estilistas y varios actores. Como relata Astrid: "Miami es un escenario donde podés encontrar a personalidades de varios ámbitos: actores, modelos, cantantes. En un viaje hasta pude conocer a Bob Sinclair". Sacó su visa de artista, porque como ella trabajaba creando joyas con filigrana y hasta ese momento nadie lo hacía de esa manera, le otorgaron la visa "extraordinary ability", que es la misma que tiene Shakira, por ejemplo.

"La filigrana existe en muchos otros países, vino a Paraguay con los conquistadores, y aquí se fueron pasando los conocimientos de familia en familia creando excelentes artesanos en nuestro país. Entonces sí se puede medir a nivel global, y ahí justo aparecí dándole esa vuelta creativa a las joyas de filigrana", expresa.

Astrid es miembro del Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA), es representante de la marca Paraguay para la Senatur por la filigrana y, el año pasado, le otorgaron la distinción de Diseñadora del Año en los premios La Aguja. "Mi vuelta al país fue orgánica. Después de salir del banco estuve tres o cuatro años en transición, iba y venía a Paraguay, porque tenía mi página web allá y aquí también tenía clientas, hasta que decidí quedarme. Salí del país en la edad justa con hambre de mundo, de conocer culturas, de vivir sola, y regresé feliz. Varias situaciones propiciaron mi retorno, como que decidimos casarnos con Gregorio -su marido- y que mis padres estuvieron delicados de salud. Llegó ese momento de estar donde está la familia y disfrutar de la pertenencia", reflexiona y agrega: "Hay que ser valiente para ser feliz. Y volví a una Asunción que creció económicamente, que está más abierta y que puede estar conectada al mundo gracias a un click".

 

Las joyas

Astrid relata que fue curiosa la manera en la que se dieron las cosas. Ella se sentía sumamente feliz con su trabajo de banquera, como ella lo menciona; pero que al final del día cuando llegaba a su departamento y tenía ese tiempo de relax, armar y crear joyas era lo que elegía realizar.

"Creo que en mi subconsciente ese era el camino indicado, hasta que llegó un momento en el que me hizo falta volcarme de lleno a lo artístico. Todos mis ahorros siempre iban destinados a hacer mi página web, comprar materiales, hacer los logos, etc. Y, de a poco, se fue forjando el negocio. Nada fue forzado pero sí con mucha perseverancia, porque hace 17 años que empecé todo esto".

Astrid está involucrada desde el principio hasta el final, en cada detalle de las piezas. "Soy extremadamente exigente conmigo misma y busco presentar excelencia en cuanto a originalidad", sentencia. Su proceso creativo la sorprende. Porque, de repente, se le puede dar por empezar a dibujar en una servilleta en un cumpleaños, como idear toda una colección a partir de trabajar en una pieza sobre pedido. Sin embargo, es en su escritorio donde puede pasar 12 o 15 horas jugando con piedras y materiales, sin ver las horas pasar.

"Hice colecciones con brillantes, con piedras ennegrecidas, con cuero, con madera, con hueso, con flecos. Tengo mi lado rockero pero también me gusta lo delicado y sutil. Soy esa mezcla y las mujeres también se identifican con ella. Las joyas tienen un estilo que se puede usar tanto de día como de noche. Me encanta mezclar los materiales y ofrecer esa variedad única".

La inspiración

Las colecciones nacen de lo que está pasando en su vida o lo que está buscando. "Me gusta contarle a la gente de dónde viene la inspiración. Creo que son cosas que todas vivimos o nos gustaría vivir en algún momento. Por eso, elijo las frases yo misma o bien las escribo, hasta las más cursis", revela entre risas.

Una de las colecciones que más éxito tuvo es, justamente, la que se llama Mine ("mío" en inglés). Son unas pulseritas que se atan y vienen con diferentes dijes, que se pueden grabar o personalizar los colores, ya sea para hombre o mujer:

"Esa colección nació cuando Gregorio y yo decidimos casarnos. Yo le regalé una a él. Le encantó y, a partir de ahí, se convirtió en colección. Es una situación de pertenencia, de que cada uno tiene su tribu y eso se puede dar entre tu mamá y vos, con tus hermanas, con tu familia, vos y tu pareja, entre amigas. Se trata de ser parte de un equipo; se convirtieron en un clásico".

Así también, lanzó el año pasado su colección Astrid Poletti Home, como tributo a la familia. El objeto estrella de la misma es un difusor con aroma a jazmín del paraguay, en honor a esa sensación de hogar que nos da oler la flor en la casa de un familiar. Esa fragancia para Astrid es la de la casa de su abuela, del tiempo de calidad que le daba y de los recuerdos juntas. Como anécdota cuenta que uno de los primeros en tenerla fue el equipo de Dolce&Gabbana, porque una clienta se las llevó de obsequio.

"El logo de la colección es un sello postal que en el centro tiene un jazmín, justamente por la idea de volver a las raíces, a tradiciones que nos acercan, como volver a escribir una tarjeta de puño y letra, no sólo enviar un whatsapp. Además, el jazmín es muy nuestro, ¿quién al pasar a lado de una planta que cuelga en la vereda no lo arranca y se lo lleva consigo?", menciona al respecto.

En la colección también se encuentran piezas de cerámica de Ediltrudis Noguera intervenidas por Astrid en estaño, trapos de cocina con recetas de chipa guasu, de comidas típicas, piezas talladas en madera y más. "Creo que son piezas que las hubiese querido tener estando lejos. Como viví tanto tiempo afuera, me interesó que la persona que extrañe Paraguay, pueda tener consigo el olor a nuestro, sentirse cerca", explica sobre su motivación.

Anualmente, Astrid lanza una colección Home y dos de joyas. La próxima ya tiene nombre, y es una exclusiva, se tratará de Ángel. "Trato de que las piezas que compongan una colección sean como recordatorios en nuestra vida. Hay tan poco tiempo y estamos muy ocupados, que es bueno tener algo así al lado", comenta.

Y lo más nuevo y sorprendente es que se estrena como conductora de tevé en un nuevo programa de moda de Unicanal: El reality show, vinculado al mundo de la moda y con fecha aproximada de estreno en junio. "Sería un programa con un nivel cultural bien alto, diversificado y buscando traer lo mejor. Vamos a estar viajando a Europa para cubrir eventos interesantes para enriquecer a nuestra gente. Estaría en el ámbito del arte y estoy muy ilusionada con esto que es completamente diferente a cualquier cosa que haya hecho antes", anticipa emocionada. Sin dudas, una mujer que brilla en todas sus facetas.

 

Déjanos tus comentarios en Voiz