BUENOS AIRES

Siete mil millonesmás, abonados más rápido. La línea de crédito de tres años por 50.000 millones de dólares acordada el 7de junio con el Fondo Monetario Internacional tenía el fin de detener la crisis monetaria de Argentina. El peso había perdido unacuarta parte de su valor contra el dólar desde el inicio del añocuando los inversionistas se marcharon a lugares seguros. Y su caídacontinuó. El 29 de agosto, Mauricio Macri, el presidente deArgentina, solicitó al FMI que aumentara el paquete. El 26 deseptiembre, después de tres semanas de negociaciones, la directoragerente del fondo, Christine Lagarde, aceptó aumentar la línea decrédito de Argentina de 50.000 a 57.100 millones de dólares yacelerar su desembolso.

Argentina está alborde de su segunda recesión desde que Macri tomó posesión en el 2015. Ahora el peso ha perdido más de la mitad de su valor en el 2018, lo que impulsó la inflación al 34 por ciento en agosto.

El Banco Central ha aumentado las tasas de interés al 60 por ciento. Losinversionistas temen que un mayor deslizamiento del peso impida que Argentina cumpla con su enorme cúmulo de deuda en monedaextranjera. Los índices de aprobación de Macri han caído.

Durante las últimas semanas, el gobierno se ha esforzado por tranquilizar a losinversionistas. El 3 de septiembre, Nicolás Dujovne, el ministro de Finanzas, prometió eliminar el déficit fiscal primario (es decir,antes del pago de intereses) en el 2019, un año antes de lo acordado con el FMI, al gravar un impuesto sobre las exportaciones y recortar los subsidios al transporte público y la electricidad. Eldía siguiente, Dujovne llegó a Washington a empezar lasnegociaciones con el fondo.

Según el nuevo acuerdo, el fondo ha aceptadoproporcionar a Argentina 36.200 millones de dólares para finalesdel 2019, 18.700 millones de dólares más que con el acuerdo dejunio.

El dinero extra y el desembolso más expedito debenayudar a Argentina a satisfacer sus necesidades financieras externasel próximo año, que según Dujovne, ascienden a 28.000 millones dedólares.

NUEVO RÉGIMEN DE INTERVENCIÓN

A cambio, Argentina ha aceptado un nuevo régimen de tipo de cambio. El Banco Central ha agotado 16.000 millones dedólares en reservas desde el inicio del año en un vano intento de defender el peso. Ahora solo intervendrá si el peso cae fuera de una banda de 34-44 por dólar (el 26 de septiembre, un dólar valía38,83 pesos). La intervención se limita a 150 millones de dólares por día, y se permitirá que la banda se deprecie un tres por ciento al mes.

En previsión al cambio, el presidente del Banco Central, Luis Caputo, renunció el 25 de septiembre. Los asesores deMacri habían proclamado al ex operador de Wall Street como el Lionel Messi de los mercados. Pero sus frecuentes intentos por apuntalar el peso provocaron conflictos con Dujovne y se cree quemolestaron al fondo.

El nombramiento de Guido Sandleris, adjunto de Dujovne, como su sucesor, debe mejorar las relaciones entre el ministro de Finanzas y el Banco Central.

Macri había deseado una recuperación económica firme en el 2019 que lo impulsara hacia un segundo mandato en las elecciones presidenciales del próximo octubre. Ahora esa recuperación parece imposible. Macri no tiene otra alternativa que “mantener el rumbo y cumplir los compromisos fiscales”, afirmaAlberto Ramos, de Goldman Sachs. Es un buen consejo, pero difícilmente es el lema de campaña que Macri hubiera querido.

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