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¿Qué pasaba con los perros? Las perreras apestaban a excrementos. Los perros adentro parecían débiles. Muchos sufrían con visibles lesiones. Esta era la escena que saludó a Zoe Tang en el Canódromo Club, un estadio de carreras de galgos en Macao, una región autónoma de China, en la mañana del 21 de julio. La noche anterior, su multimillonario jefe había abandonado a los 533 perros de raza debido al vencimiento de la concesión operativa del lugar.

Este abandono obligó la intervención de las autoridades a fin de atender a los animales. Desde entonces, Tang, que trabaja para Anima, una organización local de bienestar animal, ha estado reclutando voluntarios para ayudar a alimentar, caminar y bañar a los caninos abandonados. Cientos de personas han aparecido diariamente, mucho más gente de la que habitualmente apostaba en las carreras.

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El Canódromo Club es uno de los últimos vestigios de un Macao más áspero y más sórdido. La pista de galgos se abrió en 1963 (después de un comienzo en falso en la década de 1930), cuando Macao era una colonia portuguesa y atrajo multitudes de excursionistas de un día desde Hong Kong.

Propiedad de la familia de Stanley Ho, que una vez disfrutó de un dominio absoluto sobre las concesiones de juego locales, era el último lugar en Asia donde los apostadores podían apostar legalmente a las carreras de perros. Pero en el nuevo Macao, con sus deslumbrantes casinos, había perdido su brillo. La asistencia disminuyó a solo docenas por día.

Los grupos defensores de los derechos de los animales habían instado a que se cerrara la pista de carreras. Alegaron que los galgos eran sacrificados si fallaban repetidamente en ganar sus carreras.

En el 2011, el jefe de la división de control de animales de Macao dijo que se mataban 30 perros por mes. Angela Leong, la esposa de Ho, jefe del Canódromo Club, y legisladora electa, negó cualquier crueldad. Ella dijo que la acusaban por tener los “perros más felices del mundo”.

FUTURO INCIERTO

El gobierno de Macao había amenazado con multar a Leong hasta 100.000 patacas (US$ 12.330) por cada galgo abandonado. El 27 de julio anunció un plan para alojarlos en una nueva instalación con aire acondicionado. Anima aceptó ejecutarlo. Tang dice que la prioridad ahora es encontrar hogares permanentes para los perritos.

Alrededor de 700 posibles propietarios han presentado solicitudes, aunque les preocupa que algunos puedan llevarlos a pistas ilegales en otras partes de China. Los candidatos serán examinados de cerca. Por fin, la victoria de los galgos está a la vista.

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