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Otro deporte estadounidense cruza el charco en busca de nuevos aficionados.

Esta semana, se anunció que en junio del 2019 los dos equipos más famosos del béisbol, los Medias Rojas de Boston y los Yankees de Nueva York, se batirán a duelo en una serie de dos juegos de temporada regular a celebrarse en Londres. Es un cuadrangular para las Grandes Ligas de Béisbol (MLB, por su sigla en inglés), la entidad que controla el juego en Estados Unidos, y para Sadiq Khan, el alcalde de Londres. Serán los primeros partidos de las Grandes Ligas que se llevarán a cabo en Europa. Los encuentros están programados para jugarse en el Estadio Olímpico de Londres, un inmueble que se construyó para los Juegos Olímpicos del 2012 y que ahora dirige la oficina del alcalde.

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Los beisbolistas seguirán los pasos de sus contrapartes de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL, por su sigla en inglés), quienes han jugado partidos de temporada regular en Londres desde el 2007, y de la Asociación Nacional de Basquetbol (NBA, por su sigla en inglés), quienes comenzaron a jugar en la ciudad cuatro años después. Las tres franquicias han cruzado el océano Atlántico por la misma razón: la percepción de que no se pueden expandir mucho más en casa, así que el crecimiento futuro tendrá que llegar del extranjero.

Con ingresos que rondan los 10.000 millones de dólares al año, la MLB es la segunda liga deportiva más rica del mundo, detrás de la NFL, pero adelante de la Liga Premier de fútbol de Inglaterra. Ya cuenta con popularidad en algunos países de Asia y también en Latinoamérica. Sin embargo, la asistencia en Estados Unidos está decayendo. El año pasado, menos de 73 millones de aficionados fueron a los partidos, el menor registro desde el 2002. Por lo tanto, la liga está buscando nuevos seguidores en Europa. La MLB asegura que quiere dejar una "huella a largo plazo" en Londres.

GANCHO PUBLICITARIO

Es probable que el choque entre las Medias Rojas y los Yankees sea un gran gancho publicitario. La MLB espera que con el tiempo las ganancias comerciales a largo plazo de atraer a una nueva audiencia compensen las pérdidas iniciales de llevar a los equipos y promocionar el encuentro. Para Khan, el alcalde de Londres, el juego es una oportunidad de llenar un estadio que genera pérdidas cuando no hay temporada de fútbol.

Si la experiencia británica de la Liga Nacional de Fútbol Americano sirve de ejemplo, el evento será popular. El año pasado, 84.592 espectadores presenciaron cómo los Jaguares de Jacksonville derrotaron a los Cuervos de Baltimore en el Estadio de Wembley. La NFL también cuenta con una audiencia televisiva en crecimiento: cerca de 800.000 televidentes británicos ven un programa de lo más destacado del partido (aunque el equivalente del fútbol, el "Match of the Day", atrae a 4 millones). Cerca de 40.000 británicos practican este deporte, el doble de los que lo jugaban en el 2010.

Esto no quiere decir que el trabajo duro de la NFL se haya ganado necesariamente los corazones y los pies del Reino Unido. Una encuesta que llevó a cabo YouGov a inicios de este año mostró que el 59 por ciento de los británicos que habían visto el deporte lo consideraron "muy" o "bastante" aburrido, tan solo detrás del golf. Es probable que al béisbol le ayuden las similitudes con el cricket, pero no habría que confiar en ello. En la misma encuesta, el 58 por ciento de los encuestados calificó al juego veraniego de Inglaterra igual de aburrido.

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