• NUEVA YORK

El cauteloso debut de Disney quizá marque el inicio de una gran aventura. Durante la primera semana del servicio de emisión en continuo de programas deportivos ESPN+, lanzado en Estados Unidos el 12 de abril por Disney, la propietaria de ESPN, no hubo ninguno de los aparatosos despliegues asociados con la empresa, conocida por las presentaciones de sus éxitos de taquilla. Nada de partidos estelares de la Asociación Nacional de Basquetbol. Este servicio transmite juegos de ligas de fútbol menos conocidas, deportes colegiales que reciben menos promoción y deportes internacionales con una audiencia limitada en Estados Unidos, como el rugby y el críquet.

Fue una decisión táctica, según Kevin Mayer, el encargado de la primera incursión de Disney en las emisiones en continuo en Estados Unidos. El servicio tiene un costo de 5 dólares al mes y su objetivo es crear una especie de mini-Netflix con enfoque deportivo. Pero Disney no quiere quitarles suscriptores a las lucrativas redes ESPN de la empresa de televisión de paga. Quiere evitar el "autogol" de ser disruptiva en su propio terreno.

El delicado posicionamiento de ESPN+ refleja que esta industria está en evolución. Las redes por cable están perdiendo millones de suscriptores debido al fenómeno llamado "cord-cutting", que consiste en que los clientes cancelan sus caros paquetes de televisión de paga y optan por consumir servicios de internet mucho más baratos, como Netflix. Como respuesta a esta amenaza, Disney decidió retirar sus películas de Netflix y desarrollar su propio servicio de entretenimiento exclusivo en internet, el cual planea lanzar el próximo año. En diciembre, la empresa concretó un acuerdo para comprar por 66.000 millones de dólares gran parte del negocio de entretenimiento de 21st Century Fox, con el objetivo de poder competir con Netflix. Disney le apuesta a que el futuro está en las emisiones en continuo.

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El problema es que ESPN todavía tiene un enorme valor como negocio de televisión de paga, con todo y que está perdiendo espectadores y suscriptores. Algunos distribuidores de televisión de paga, como Comcast, Charter y AT&T, consideran a los deportes en vivo el eje de su oferta, junto con las noticias en vivo, y creen que deben ofrecer ESPN para conservar a sus clientes. La empresa de investigación Kagan calcula que ESPN cuenta con 86 millones de suscriptores y recibe un pago de 8,14 dólares al mes por cada suscriptor a través de sus distribuidores, mucho más que cualquier otra red. Aunque los derechos de transmisión de eventos deportivos son muy costosos, las cuotas que pagan los suscriptores convierten a ESPN en la red más redituable de Estados Unidos, cuyos ingresos este año ascendieron a alrededor de 2.100 millones de dólares en efectivo, según Kagan.

Esto significa que será difícil generar una audiencia para ESPN+. Jimmy Pitaro, director de ESPN, afirma que el nuevo servicio está diseñado para el "aficionado deportivo de hueso colorado" y el "aficionado deportivo desatendido". Son quienes quizá estén dispuestos a pagar, por ejemplo, para ver juegos de hockey entre los equipos de las mejores universidades de Estados Unidos. Ni Mayer ni Pitaro especificaron cuántos suscriptores esperan atraer. No obstante, en el futuro cercano no planean incluir los juegos más importantes en el servicio de internet. En tanto ESPN siga generando miles de millones de dólares, ESPN+ permanecerá en las ligas menores. Pero ya llegará su oportunidad.

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