¿Qué tienen en común una guirlanda luminosa, un teléfono inteligente y la depilación láser? Todos se basan en los principios de la física cuántica, una disciplina revolucionaria que en 2025 celebra su centenario en todo el mundo. La Unesco inaugurará el martes y miércoles en París el Año Internacional de la Ciencia y la Tecnología Cuánticas (IYQ) con una exposición y conferencias con la participación entre otros de cuatro premios Nobel (los franceses Serge Haroche y Alain Aspect, la franco-sueca Anne L’Huillier y el estadounidense William Phillips).
A lo largo del año se organizarán un centenar de eventos desde Washington hasta Harare, pasando por la isla de Helgoland (Alemania), donde el físico Werner Heisenberg, refugiado allí en 1925 por la llamada fiebre del heno, desarrolló las ecuaciones fundacionales de esta disciplina. La física cuántica nació a principios del siglo XX a partir de la observación de que la física clásica no podía explicar los fenómenos de lo infinitamente pequeño y desde entonces ha revolucionado nuestra visión del mundo.
“Desde la física y la química hasta la biología y las ciencias de la información, la investigación cuántica está en el origen de los descubrimientos que dan forma a nuestra comprensión del universo, desde los elementos constituyentes más pequeños de la materia hasta la vasta estructura del cosmos”, señala la Unesco. Las partículas (electrones, fotones, neutrones o quarks) tienen comportamientos que desafían nuestra lógica porque son inconcebibles en el mundo tal como lo vemos a nuestra escala.
En lo infinitamente pequeño, una partícula puede estar simultáneamente en varios lugares, atravesar paredes, comunicarse instantáneamente con otra... Sin embargo, es imposible imaginar nuestra vida cotidiana sin las tecnologías nacidas de estos descubrimientos. Sin ellas no habría circuitos integrados en los ordenadores y en los teléfonos, ni LED, ni GPS, ni paneles solares.
“En los últimos años, hemos aprendido no solo a manipular las propiedades de la escala cuántica, sino también a controlarlas”, señala Sofia Vallecorsa, coordinadora de la Iniciativa de Tecnología Cuántica dentro de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), en un comunicado sobre el año internacional.
Esta “revolución en curso” promete nuevos avances en medicina, seguridad o en lucha contra el cambio climático, gracias a sensores ultrasensibles, comunicaciones inviolables o ordenadores cuánticos con enormes capacidades.
El año internacional fue proclamado en junio pasado por la Asamblea General de las Naciones Unidas y tiene el objetivo de “celebrar las contribuciones de la ciencia cuántica” al progreso tecnológico, “crear conciencia mundial sobre su importancia para el desarrollo sostenible”, “fortalecer la cooperación científica” y “garantizar que todas las naciones tengan acceso a la educación y las oportunidades” relacionadas con ella.
Gracias a este año internacional, “llevaremos la educación y la investigación en ciencias y tecnologías cuánticas a los jóvenes de África y a los países en desarrollo de todo el mundo, con la esperanza de inspirar a la próxima generación de científicos”, dijo Riche-Mike Wellington, representante ghanés del IYQ, cuyo país llevó el proyecto de resolución a la ONU.
En un informe publicado en 2023 sobre el impacto de las tecnologías cuánticas, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) se mostró preocupada por la ampliación de la “brecha digital global” entre las grandes potencias y las empresas privadas con grandes capacidades de inversión y los países en desarrollo. “La computación cuántica podría crear una dinámica en la que los ricos se vuelvan más ricos, como pocas tecnologías lo han hecho antes”, advirtió la agencia.
Este 2025, el Teatro Municipal de Asunción “Ignacio A. Pane” continúa exponiendo su historia con actores para descubrir cada rincón de este emblemático coliseo de arte y cultura, mediante curiosidades y anécdotas. El próximo recorrido se realizará el domingo 22 de junio a las 15:00, completamente gratuito y la entrada es por orden de llegada.
Este proyecto es un esfuerzo conjunto entre la Dirección General de Cultura y Turismo, el Teatro Municipal de Asunción y la Sociedad Filarmónica de Asunción. En esta edición se anuncian sorpresas y varios detalles nuevos, entre los cuales se suma el festejo por el centenario de la guarania y a la puesta en valor de la vida y obra de su creador, el maestro José Asunción Flores.
“En esta edición, recorreremos lugares que jamás fueron visitados. La actividad tiene como objetivo generar interés y atraer a las familias para fomentar la cultura en nuestro querido coliseo que ha visto pasar a innumerables artistas de primer nivel”, señala un comunicado de prensa sobre este próximo encuentro cultural.
“Será un momento único en el que cada visitante podrá conocer a personajes históricos como Ignacio Alberto Pane, Tala Ern de Retivoff, el empresario Baudilio Alió, Jacinto Herrera y el curioso “cuidador” del Municipal, quienes estarán presentes en todo momento. Estos ilustres personajes serán personificados por estudiantes de teatro del IMA y funcionarios del Teatro Municipal”, agregaron.
Con motivo de los 100 años del nacimiento del maestro Florentín Giménez (1925-2021), el Ateneo Paraguayo invita a dos jornadas conmemorativas que celebran su vida y su obra, en diálogo con su valiosa contribución a la música nacional. Ambas actividades serán con entrada libre y gratuita en la sede de la institución, ubicada en Nuestra Señora de la Asunción 820, en Asunción.
Primeramente, se realizará un conversatorio el martes 17 de junio a las 19:00, con la participación de Alfredo Colmán y Manuel Martínez Domínguez, mientras que María Cristina Melot y Nelson Quintana darán lectura de poemas. El jueves 19 habrá un concierto a las 19:00, con el estreno de sus canciones de cámara, a cargo de la soprano Alejandra Meza y el pianista Alfredo Colmán.
Florentín Giménez nació 14 de marzo de 1925, en Ybycuí, y falleció en Asunción el 11 de marzo de 2021. La velada del jueves contará con la participación especial del Coro Años Dorados, con la dirección de Néstor Morel Aquino. La primera parte del programa presentará las obras de Florentín Giménez en arreglos corales: “Gloria de mis ensueños”, “Cerca de ti”, “Quiero ser” y “Así canta mi patria”.
La segunda constará de: “Tus hoyuelos amados” (letra de F. Giménez), “Romanza del beso” (J. M. Frutos Pane), “Nocturno de la Chacarita” (H. Sánchez Quell), “Mi vieja casa” (E. Báez), “El valle de nuestro amor” (C. Gómez y J. C. Riquelme), “Ese rosal de mi huerto” (C. Gómez y J. C. Riquelme), “En el nido de tu reja” (E. Báez), “Por el río” (F. Giménez) y “Cuando florece mi valle” (F. Giménez).
“La interconexión ha generado nuevas formas de sufrimiento psíquico”
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Jimmi Peralta
Fotos: Mariana Díaz/Archivo
La geopsiquiatría como un campo emergente de estudios y nuevo enfoque de salud mental profundiza su mirada respecto a la influencia del entorno cercano y global en la psiquis de las personas. En este diálogo con El Gran Domingo de La Nación, el Dr. Julio Torales habla sobre esta novedad académica, su alcance, campo de acción y estudios existentes.
La reconfiguración del plano geopolítico global, la digitalización, el cambio climático y la pandemia, entre otros fenómenos que pueden ser mundiales o locales, pero de interrelación planetaria, sin dudas marcan huellas en la condición psíquica de las personas. En procura de desarrollar una mayor comprensión de esa situación, surge un nuevo enfoque médico que ya viene desarrollando estudios al respecto: la geopsiquiatría.
En contraposición al síntoma del momento que experimenta el sujeto individual, surge una forma de comprender la salud psíquica que pone el acento en la condición social del ser humano y parte de un enfoque holístico.
En este contexto, el médico psiquiatra paraguayo Julio Torales fue electo senior fellow del Instituto Internacional de Geopsiquiatría (International Institute of Geopsychiatry), con sede en Suiza, y nombrado director del Centro Colaborativo en Geopsiquatría en Paraguay.
Actualmente, Torales es profesor titular de Psiquiatría y líder del Grupo de Investigación sobre Epidemiología de los Trastornos Mentales, Psicopatología y Neurociencias de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (FCM-UNA). Además, es coordinador del Centro de Investigaciones Médicas de la Universidad Sudamericana e investigador de la Universidad de Los Lagos (Chile).
–¿Cuál es la definición de la geopsiquiatría?
–La geopsiquiatría es una subdisciplina emergente de la psiquiatría que estudia las interacciones entre los factores geográficos, sociopolíticos, económicos y ambientales y su influencia en la salud mental de las poblaciones. Se trata de un enfoque integrador que reconoce cómo el entorno, el territorio y los procesos históricos afectan el bienestar psíquico individual y colectivo.
URGENCIA
–¿Cuál es la necesidad a la que viene a asistir?
–La geopsiquiatría surge para responder a una necesidad urgente: comprender y abordar los determinantes contextuales de la salud mental que han sido tradicionalmente subestimados. En un mundo marcado por desigualdades estructurales, crisis humanitarias, migraciones forzadas y colapsos ecológicos. Esta disciplina busca ofrecer marcos de análisis y acción sensibles a la realidad geopolítica de cada territorio.
–¿Existen otras especialidades o disciplinas que trabajen el factor social dentro de la psiquiatría?
–Sí. La psiquiatría social, la psiquiatría transcultural y la psiquiatría comunitaria son disciplinas que han abordado aspectos sociales, culturales y contextuales. Sin embargo, la geopsiquiatría se diferencia por su énfasis en los determinantes geopolíticos y ambientales globales, proponiendo una lectura más amplia y situada de los fenómenos mentales.
–¿Qué tipos de patologías se enmarcan en el ámbito de competencia específica de la geopsiquiatría?, ¿su labor se centra más en lo estadístico?
–La geopsiquiatría no se limita a una categoría diagnóstica específica, pero suele enfocarse en trastornos vinculados al contexto, como el estrés postraumático, la ansiedad climática, la depresión asociada a crisis humanitarias o las psicosis en contextos de violencia estructural. Más que limitarse al análisis estadístico, busca interpretar los datos a la luz de las realidades sociales, políticas y ambientales en las que se inscriben.
–¿La interconexión virtual y real del mundo globalizado visualiza y/o genera nuevos problemas mentales?
–Ambas cosas. Por un lado, la interconexión ha permitido visibilizar condiciones mentales antes silenciadas o estigmatizadas. Pero también ha generado nuevas formas de sufrimiento psíquico: adicción a las redes, ansiedad informativa, dismorfia corporal digital, aislamiento paradójico, entre otras. La vida en red ha transformado los modos de vincularnos con efectos directos sobre la salud mental.
PUNTO DE INFLEXIÓN
–¿Qué peso tienen en estos nuevos escenarios la virtualidad y la pandemia?
–La pandemia de covid-19 fue un punto de inflexión. Aceleró procesos de digitalización y puso en evidencia la fragilidad de los sistemas de salud mental a nivel global. La virtualidad se volvió una herramienta clave para sostener vínculos, pero también potenció el aislamiento, la fatiga psíquica y la desigualdad en el acceso a recursos digitales, sobre todo en contextos de vulnerabilidad.
–¿Existen antecedentes de estudios y análisis anteriores que se hayan clasificado dentro del análisis de la geopsiquiatría?
–Sí, aunque no con ese nombre. Durante la Guerra Fría se investigaron los efectos del miedo nuclear y tras el 11-S se estudió el impacto del terrorismo y la securitización en la salud mental colectiva. La geopsiquiatría retoma estas experiencias para construir un marco conceptual más sistemático y global capaz de integrar esas realidades al análisis contemporáneo.
–¿Qué tipo de acciones globales podrían impulsarse en el marco de las necesidades que plantea el nuevo panorama de la salud mental en el mundo?
–Se necesitan políticas públicas globales que integren la salud mental como componente esencial del desarrollo sostenible. Esto incluye el fortalecimiento de sistemas comunitarios de atención, la capacitación de profesionales en enfoques contextuales, la investigación transnacional de determinantes psicosociales y la inclusión de la salud mental en agendas climáticas, migratorias y de derechos humanos.
MISIÓN
–¿Qué es el Instituto Internacional de Geopsiquiatría? ¿Cuáles son sus funciones y qué trabajo desarrollará usted allí?
–El Instituto Internacional de Geopsiquiatría fue creado en 2025 bajo el auspicio del Grupo de Interés Especial en Geopsiquiatría de la Asociación Mundial de Psiquiatría. Su misión es promover la investigación, la formación académica y la incidencia política en torno a la relación entre geopolítica y salud mental. Como senior fellow y director del Centro Colaborativo en Paraguay, me corresponde impulsar estudios regionales, fortalecer capacidades locales y contribuir al desarrollo de marcos teóricos y prácticos que reflejen las realidades de América Latina en el contexto global.
–¿En qué sentido la problemática del subdiagnóstico, la escasez de profesionales y los prejuicios sociales que postergan las consultas menguan el avance en este tipo de aristas investigativas emergentes?
–Estas problemáticas no solo dificultan el acceso a atención oportuna, sino que también limitan la capacidad de los sistemas de salud para generar datos representativos y contextualizados. El subdiagnóstico oculta la verdadera magnitud del sufrimiento psíquico en las poblaciones; la escasez de profesionales impide establecer redes de investigación clínica sólidas y el estigma social retrasa tanto la consulta como la participación en estudios. Esto repercute directamente en la producción de evidencia científica que permita desarrollar políticas sensibles al contexto geográfico y sociocultural. La geopsiquiatría, al enfocarse en los determinantes estructurales y globales de la salud mental, pone de relieve la urgencia de superar estas barreras para avanzar hacia una comprensión más completa y justa del sufrimiento psicológico en cada territorio.
DESARROLLO DE LA GEOPSIQUIATRÍA EN PARAGUAY
Profesionales paraguayos publicaron en el International Journal of Social Psychiatry un estudio que analizó, por primera vez en el país, la relación entre condiciones meteorológicas extremas y las consultas psiquiátricas de urgencia.
Utilizando un diseño case-crossover, el estudio evidenció que el calor extremo y la baja humedad relativa se asocian con un incremento significativo de consultas por episodios bipolares, trastornos de la conducta alimentaria y depresión.
En contraste, se observó una disminución en las consultas por esquizofrenia. Además, se constató que cada 1 % menos de humedad relativa aumentaba en 11 % el riesgo de consulta, lo que subraya la vulnerabilidad de ciertos cuadros ante condiciones climáticas adversas.
Otro trabajo recientemente publicado, esta vez en la revista Geopsychiatry, consistió en la primera encuesta global sobre la incorporación de la geopsiquiatría en la formación de médicos residentes en psiquiatría. Participaron 401 profesionales de más de 20 países. Los resultados muestran que, si bien la familiaridad con la disciplina aún es baja (4,2 %), más del 60 % considera muy importante incluirla en los programas formativos. Este estudio también identificó las principales barreras institucionales, como la falta de docentes capacitados y de materiales educativos específicos.
Actualmente Paraguay lidera un estudio multinacional sobre los efectos del cambio climático y fenómenos meteorológicos extremos en la salud mental de la población general.
Esta investigación se encuentra en fase de recolección de datos en los cinco continentes, en colaboración con centros académicos de América, Europa, África, Asia y Oceanía.
Está en fase de diseño final un nuevo estudio que evaluará la relación entre la exposición a partículas finas en suspensión (material particulado PM2.5) y la aparición o intensificación de síntomas comunes de enfermedades mentales.
Esta línea de investigación apunta a profundizar el entendimiento del impacto de la contaminación ambiental en el bienestar psicológico, un aspecto cada vez más relevante en contextos urbanos y vulnerables.
Princesa de Asturias premia la lucha contra el cáncer
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Madrid, España. AFP.
La estadounidense Mary-Claire King fue galardonada este jueves en España con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, por su aplicación de la genética a la prevención del cáncer, contribuyendo “a salvar millones de vidas”. “Los estudios de la doctora King han permitido establecer por primera vez la estrecha relación entre un gen concreto y el riesgo de desarrollar cáncer de mama u ovario, contribuyendo de este modo a salvar millones de vidas”, indicó el jurado del premio, concedido por la Fundación Princesa de Asturias, heredera del trono español.
Sus trabajos también han sido claves para conocer “la sorprendente similitud genética entre humanos y chimpancés”. Asimismo, la genetista estadounidense de 79 años ha contribuido a “la defensa de los derechos humanos”, toda vez que “desarrolló una metodología rigurosa, tanto científica como legalmente, con la que se ha conseguido la reunificación familiar de personas desaparecidas”, continuó el fallo, dado a conocer en Oviedo, capital de la región española de Asturias.
King fue seleccionada de entre 59 candidaturas de 23 nacionalidades que optaban por este premio. Graduada en Matemáticas y con doctorado en Genética en la Universidad de Berkeley, King ha recibido varios reconocimientos, como el Lasker, sobre todo por haber identificado el gen BRCA1, clave en el desarrollo de los cáncer de mama y ovario.
Ese descubrimiento “supuso un cambio de paradigma en el conocimiento del origen del cáncer”, lo que llevó a que “el estudio de esta enfermedad y de otras enfermedades denominadas raras” comenzaran a “enfocarse desde otro punto de vista”, apuntó la Fundación Princesa de Asturias.
Con más de veinte doctorados honoris causa en universidades de todo el mundo, King ha ocupado cargos relevantes en instituciones públicas y universidades de Estados Unidos, así como en el Consejo Científico de la Organización Mundial de la Salud.
El de Investigación Científica y Técnica es el séptimo de los ocho galardones de esta edición de los premios, considerados los más prestigiosos del mundo iberoamericano, que anualmente otorga la Fundación Princesa de Asturias. Instituidos en 1981, están dotados con 50.000 euros (unos 57.600 dólares) y una escultura creada por el fallecido artista catalán Joan Miró.
El año pasado, en esta categoría, el reconocimiento fue para cinco expertos de Estados Unidos, Canadá y Dinamarca, cuyos estudios propiciaron fármacos para combatir la diabetes y la obesidad, como el Ozempic. En otras ediciones también fueron premiados los científicos responsables del descubrimiento del ARN mensajero, que permitió desarrollar en tiempo récord varias vacunas contra el covid-19, o matemáticos impulsores del procesamiento matemático de datos.
Este año, los galardones ya anunciados han sido el Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, que recayó en el filósofo y ensayista alemán de origen surcoreano Byung-Chul Han, el de las Letras, que distinguió al español Eduardo Mendoza, y el de Ciencias Sociales, para el sociólogo estadounidense Douglas Massey.
También se fallaron el de Artes, que recayó en la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, el de Deportes, que reconoció a la tenista estadounidense Serena Williams, y la semana pasada el de la Concordia, destinado al Museo Nacional de Antropología de México.
El 18 de junio concluirán los anuncios de esta edición, con el fallo del Princesa de Asturias de Cooperación Internacional. Los galardones, que toman su nombre del título de la heredera al trono de la Corona española, la princesa Leonor, son entregados por los reyes Felipe y Letizia, normalmente acompañados por sus hijas, en octubre en una ceremonia en Oviedo, capital de Asturias.