Científicos confrontados a una avalancha de insultos y amenazas en Twitter abandonan la red social, donde el negacionismo climático se multiplica desde que Elon Musk compró la plataforma. Peter Gleick, un especialista sobre clima y agua, con casi 100.000 seguidores en Twitter, anunció el 21 mayo que no publicaría más mensajes en la famosa red, acusándola de racismo y sexismo.

El investigador dice estar acostumbrado a los “ataques agresivos, personales y ‘ad hominem’, que van hasta las amenazas físicas directas”. Pero, estos últimos meses, dice a la AFP, “desde la llegada del nuevo dueño y los cambios en Twitter, la cantidad y la intensidad de las agresiones se han disparado”. Desde que adquirió Twitter hace seis meses, el magnate Elon Musk ha suavizado la moderación de los contenidos problemáticos y ha dejado que volvieran personas que antes estaban vetadas, como Donald Trump.

Robert Rohde, de la asociación Berkeley Earth, también analizó la actividad de cientos de cuentas de especialistas del clima, antes y después del cambio de propietarios de Twitter. En su opinión, estos tuits no tenían el mismo alcance: el número medio de “likes” (para marcar la aprobación) cayó 38% y fueron retitueados 40% menos.

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Desinformación

Twitter no ha comentado directamente los cambios que efectuó en sus algoritmos, que generan el tráfico y la visibilidad de la red. Contactado por correo electrónico, el servicio de prensa de la compañía respondió con un mensaje automático que incluye un emoji en forma de “caca”. Musk explicó en un tuit en enero una razón que podría explicar los cambios: “la gente de derecha debería ver más cosas ‘de izquierda’ y la gente de izquierda debería ver más cosas ‘de derecha’. Pero puede bloquearlo si usted quiere quedarse en una sala de eco”.

En otro análisis, la reconocida climatóloga Katharine Hayhoe observó las reacciones a un mismo tuit que ella publicó deliberadamente dos veces, antes y después de la adquisición de Twitter. Las respuestas procedentes de trols o bots --cuentas automáticas que suelen difundir desinformación-- aumentaron de 15 a 30 veces, en comparación con los años anteriores, según la científica. Desde la compra de Twitter en octubre, “mi cuenta registraba un crecimiento regular, con al menos varios miles de nuevos seguidores cada mes. Desde entonces, no ha cambiado”, explica a la AFP.

“Trols profesionales

Andrew Dessler, profesor de ciencia atmosférica en la Universidad A&M de Texas, decidió trasladar la mayor parte de su comunicación sobre el clima hacia otra plataforma, llamada Substack. “Las comunicaciones dedicadas al clima en Twitter son menos útiles (ahora) porque observo que mis tuits generan menos implicación”, indica.

“En respuesta a casi cualquier tuit sobre el cambio climático, me inundan con respuestas procedentes de cuentas verificadas con afirmaciones engañosas o mal informadas”, señala. Otros expertos decidieron sencillamente abandonar Twitter. Katharine Hayhoe calcula que de los 3.000 científicos sobre el clima que tenía registrados, 100 desaparecieron tras la compra de la firma del pájaro azul.

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La glacióloga Ruth Mottram tenía más de 10.000 seguidores en Twitter, pero en febrero decidió formar parte de un foro de científicos en Mastodon, una red social descentralizada creada en 2016. Según ella, hay un entorno “mucho más tranquilo”. “No he tenido insultos ni gente que pone en duda el cambio climático”, explica a la AFP.

Michael Mann, reconocido climatólogo de la Universidad de Pensilvania, también víctima de ataques en línea, considera que el aumento de desinformación es “organizado y orquestado” por opositores de las políticas climáticas. “Los trols profesionales manipulan el medioambiente en internet a través de publicaciones estratégicas que generan conflicto y división”, asegura a la AFP.

Fuente: AFP.

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