Amazon se prepara para despedir a 10.000 personas, según The New York Times, lo que convertiría a la empresa en el último gigante tecnológico estadounidense en responder a la crisis económica con un plan de recorte de empleos.
Estos miles de empleos representarían poco menos de 1% de la masa salarial del grupo, que contaba con 1,54 millones de trabajadores en el mundo a finales de septiembre, sin incluir a los zafrales, contratados cuando aumenta la actividad, por ejemplo en las fiestas de fin de año.
Según el diario, la cifra podría cambiar. Pero si se confirma, se trataría del recorte de puestos de trabajo más importante en la historia de la empresa. Contactada por la AFP, Amazon no formuló comentarios de momento.
La empresa ya había anunciado, hace dos semanas, que congelaba las contrataciones para sus oficinas, y sus efectivos ya bajaron con respecto a inicios de año, cuando empleaba a 1,62 millones de personas. Amazon contrató masivamente durante la pandemia, para responder a una explosión de la demanda, y duplicó su personal en el mundo entre inicios de 2020 y comienzos de 2022.
El gigante del comercio en línea registró un descenso de sus ganancias netas de 9% en el tercer trimestre sobre igual período del año pasado. En el trimestre en curso, que incluye las fiestas, período de gran venta para Amazon, la empresa anticipa un crecimiento bajo con respecto a lo que habitualmente registra, de 2 a 8% interanaual.
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El miércoles pasado Meta, matriz de la red social Facebook, anunció el despido de 11.000 personas, 13% de sus efectivos. También el especialista de servicios de pago en línea Stripe y la plataforma de vehículos con chofer Lyft realizaron recortes importantes.
Una de las primeras decisiones del nuevo propietario de la red Twitter, el millonario Elon Musk, fue deshacerse de la mitad de sus empleados, en una empresa con una plantilla de 7.500 trabajadores.
Fuente: AFP.
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Dueño de Amazon se casó en Venecia en medio de protestas
Al menos 500 manifestantes protestaron ayer sábado en el puente de Rialto en Venecia contra la suntuosa boda del fundador de Amazon, Jeff Bezos, con la expresentadora Lauren Sánchez, que dividió a la Ciudad de los Canales. “Bezos, lejos de la laguna”, gritaron los manifestantes por las callejuelas de la ciudad con pancartas con mensajes contra “ricos” y que acusan al alcalde de Venecia de ser “corrupto”.
Bajo un sol de plomo, el colectivo “No place for Bezos” (No hay espacio para Bezos) volvió a salir a la calle para denunciar la explotación de la ciudad por la multimillonaria pareja y las consecuencias de estas celebraciones para el medioambiente. “Estamos aquí en contra de lo que Bezos representa en sí mismo con su modelo Amazon, basado en la explotación de las personas”, declaró a AFPTV Alice Bazzoli, de 24 años, una activista de “No Space for Bezos” que vive en Venecia desde hace cinco años.
Después, los manifestantes desplegaron una pancarta con el mensaje “No space for Bezos” (No hay espacio para Bezos) y encendieron bengalas en el puente Rialto, por encima del Gran Canal. Matteo Battistuta, un estudiante de 20 años, afirmó que “Venecia resiste, no es una ciudad muerta”.
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“Creemos que Venecia aún puede ser un lugar donde se puede vivir bien”, añadió. Bezos, un empresario de 61 años que es uno de los hombres más ricos del mundo, y Sánchez, de 55, se dieron el “sí, quiero” en una ceremonia celebrada el viernes por la noche en la isla de San Giorgio Maggiore, frente a la plaza de San Marcos.
Fue el punto culminante de una semana de festividades - con yates e invitados VIP en los canales - que terminará ayer sábado por la noche con un gran baile en Venecia, ciudad saturada por el turismo, muy dividida sobre el impacto que tendrá esta boda en su imagen. Entre los invitados, está la hija del presidente estadounidense, Ivanka Trump, el actor Leonardo di Caprio, la estrella de telerrealidad Kim Kardashian, la presentadora Oprah Winfrey y el magnate Bill Gates.
Lujo y molestias
El fundador de Amazon, Jeff Bezos, y la expresentadora Lauren Sánchez se casaron simbólicamente este viernes pasado en Venecia, dividida por el impacto de esta gran boda en una ciudad ya abarrotada de turistas pero que espera sacar rédito de los festejos. La ceremonia fue el punto culminante de una semana de fiestas, entre superyates e invitados famosos. El conocido hotel Aman elegido por los novios, un palacio renacentista con un precio mínimo de 2.000 euros (2.340 dólares) por noche, colgó el cartel de completo.
Según la prensa italiana, Bezos, de 61 años, y Sánchez, de 55, ya casados por lo civil en Estados Unidos, intercambiaron anillos y votos matrimoniales en la isla de San Giorgio Maggiore, situada frente al Arsenal, la antigua base naval de la ciudad. La boda se celebró en un gran anfiteatro al aire libre con una serenata de Matteo Bocelli, hijo del famoso cantante de ópera Andrea Bocelli, según los medios.
El chef Fabrizio Mellino, con tres estrellas Michelin, se encargó del banquete y la tarta nupcial corrió a cargo del conocido pastelero francés Cédric Grolet, indicó el diario Corriere della Sera. Lauren Sánchez publicó una foto de ella, con un vestido de novia blanco, junto a Jeff Bezos en la cuenta de Instagram “laurenSánchezbezos”.
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“Pequeño Montecarlo”
Entre los invitados, figuraban la estrella de la telerrealidad Kim Kardashian, la hija del presidente estadounidense Ivanka Trump, el actor de Hollywood Leonardo DiCaprio, la reina Rania de Jordania o la presentadora Oprah Winfrey.
Preguntado por lo que más le gustaba de la ciudad de los canales, Bezos dijo sonriente junto a su mujer en una lancha: “¡Miren a su alrededor! Esta ciudad parece imposible, no puede existir, y sin embargo aquí está”, en un vídeo publicado el jueves por el diario La Repubblica.
A pesar de las reticencias de parte de la población, las autoridades locales defendieron acoger la boda del magnate, uno de los hombres más ricos del mundo, que posee unos 215.000 millones de dólares en acciones de Amazon.
El presidente de la región, Luca Zaia, explicó que Bezos donará 3 millones de euros (3,5 millones de dólares) a una asociación de protección de la laguna, la Universidad Internacional de Venecia y la Unesco.
“El 80 % de los gastos de esta boda, cuyo coste se estima en al menos 40 millones de euros (46 millones de dólares), tendrá un impacto en nuestras empresas y nuestros residentes”, aseguró Zaia, un político de ultraderecha que gobierna la región del Véneto.
El Ministerio de Turismo estimó que la “visibilidad mediática” del acontecimiento generaría 895 millones de euros (1.000 millones de dólares) para la ciudad, aunque advirtió que esto “requiere verificación empírica”.
Los dirigentes locales desvinculan la elección de Bezos del exceso de turismo contra el que ellos mismos tomaron múltiples medidas, como que los visitantes diarios paguen un boleto de entrada.
Unos 100.000 turistas duermen en la ciudad en temporada alta, pero también hay decenas de miles que solo pasan el día en la ciudad. Al mismo tiempo, la población local se reduce.
Para Samuel Silvestri, un comerciante veneciano de 55 años, “el exceso de turismo está principalmente causado por la gente que solo viene un día con la mochila en la espalda y su comida y que contribuyen en muy poco a la ciudad”.
“No quienes transforman Venecia en un pequeño Montecarlo”, el célebre y exclusivo barrio de Mónaco, continúa. “Esta boda moldea también la imagen de la ciudad”, asegura.
“Venecia no está en venta”
Pero parte de los habitantes se oponen a los festejos bajo el colectivo “No space for Bezos” (No hay espacio para Bezos). “Venecia no está en venta”, gritaban algunos activistas en una manifestación el martes.
“Esta boda causa problemas en la ciudad: además de cierres de canales y controles más estrictos, hubo también una represión a los miembros de Extinction Rebellion”, una organización ecologista, denunció Alice Bazzoli, una militante de 24 años de “No space for Bezos”.
Según el prefecto de Venecia, Darco Pellos, el evento no precisó de ningún “refuerzo” policial respecto al dispositivo habitual de la temporada de verano.
Bezos no es el primer famoso en casarse en Venecia. Hace 11 años lo hicieron el actor estadounidense George Clooney y la abogada Amal Alamuddin sin causar tanto revuelo.
Pero el perfil de Bezos genera más divisiones por su inmensa fortuna y por las críticas por el trato que Amazon da a sus trabajadores o el impacto medioambiental de su empresa aeroespacial, Blue Origin. Greenpeace ha denunciado precisamente el daño ecológico del enlace, al que muchos invitados llegaron en jet privado, justo cuando el frágil equilibrio de Venecia “se hunde bajo el peso de la crisis climática”.
Fuente: AFP.
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Jeff Bezos y Lauren Sánchez, la boda que causa protestas en Venecia
- Venecia, Italia. AFP.
El multimillonario Jeff Bezos, jefe de Amazon, está en Venecia para su boda, constató el miércoles AFP, un evento que ha generado protestas en la turística ciudad. Bezos y su futura esposa Lauren Sánchez fueron vistos entrando al lujoso hotel Aman situado en el Gran Canal, donde la noche cuesta más de 10.000 euros.
Las festividades se iniciarán el jueves y terminarán el sábado con una ceremonia en un lugar secreto por razones de seguridad. Según la prensa italiana, Bezos (61 años) y Sánchez (55 años), ambos divorciados, habrían reservado completamente los hoteles más lujosos de la ciudad para acoger a sus prestigiosos invitados: desde Leonardo DiCaprio a Ivanka Trump, pasando por Mick Jagger, Oprah Winfrey, Orlando Bloom o Kim Kardashian.
La hija del presidente estadounidense llegó el martes por la tarde a Venecia, acompañada de su esposo Jared Kushner y sus hijos, constató un fotógrafo de AFP. El yate de Bezos, el Koru, fondeará ante la isla de San Giorgio Maggiore, situada justo en frente de la célebre plaza San Marco y que habría sido alquilada en su totalidad para esta fiesta.
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Este derroche de lujo suscitó polémica en Venecia, donde parte de la población teme que los invitados hagan todavía más inhabitable una ciudad ya invadida por los turistas. El lunes, un grupo de activistas de Greenpeace desplegó una pancarta gigante en la plaza San Marco con una foto de Bezos riendo acompañado por el mensaje: “Si puedes alquilar Venecia para tu boda, puedes pagar más impuestos”.
En los últimos días fueron pegados afiches con la inscripción “No space for Bezos” (“No hay espacio para Bezos”). Erigida a lo largo de los siglos en islotes en una laguna, Venecia implementó un controvertido billete de entrada para los visitantes diarios, pero algunos reclaman políticas más ambiciosas para luchar contra la crisis de la vivienda y demográfica en la ciudad.
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Un tórrido romance
El romance entre el multimillonario Jeff Bezos y la expresentadora de televisión Lauren Sánchez empezó envuelto en escándalo y acabará en una boda extravagante en Venecia, punto culminante de una transformación personal y profesional. Ambos estaban casados cuando comenzaron a salir en secreto antes de 2019.
En enero de ese año, Bezos y su entonces esposa MacKenzie Scott anunciaron su divorcio y su intención de seguir siendo “amigos”. Bezos, que tiene la cuarta fortuna del mundo, conoció a Scott en 1992 cuando ambos trabajaban en un fondo de inversión en Nueva York. Dejaron sus trabajos para cofundar Amazon en un garaje alquilado.
Mensajes lascivos
Un mes después de la separación, Bezos acusó públicamente al tabloide estadounidense National Enquirer de chantaje por una oferta para evitar la publicación de fotos y mensajes de texto lascivos con Sánchez. Sugirió que estaba detrás Arabia Saudita, cuyos dirigentes, según él, desaprobaban la forma en la que el Washington Post, del que es propietario, cubrió el asesinato de su columnista Jamal Khashoggi.
Sánchez reveló más tarde que su hermano vendió el contenido del teléfono al Enquirer por 200.000 dólares. En 2021, en pleno romance, Bezos dejó Amazon en manos de Andy Jassy, nuevo director general. Alegó la necesidad de dedicar más tiempo a Blue Origin, su empresa de exploración espacial, y a sus obras benéficas.
En 2020 creó el Fondo para la Tierra, destinado a luchar contra el cambio climático y al que dotó con 10.000 millones de dólares. Jeffrey Preston Jorgensen, su nombre de nacimiento (más tarde tomó el apellido de su padrastro), sigue siendo presidente ejecutivo del gigante minorista en línea, pero ya no participa en la gestión diaria de Amazon.
Camisetas ajustadas
Se le consideró simpatizante demócrata, pero desde la campaña presidencial de 2024 que llevó de nuevo al poder al republicano Donald Trump se ha reposicionado, al igual que el presidente director general de Meta, Mark Zuckerberg. En octubre prohibió al Washington Post, diario que compró en 2013, apoyar a un candidato a la presidencia.
Después, en febrero, lanzó una reestructuración de las páginas de opinión, que ahora están dedicadas a tribunas favorables a las “libertades individuales y a la economía de mercado”. Sobre su vida privada es muy discreto en algunos temas, al punto de que los nombres y las edades de tres de sus cuatro hijos nunca se han hecho públicos, pero proclive a codearse con famosos.
Suele acudir con Sánchez a actos mundanos y a los lugares preferidos de las celebridades, desde los Oscars hasta Cannes, pasando por St. Barts. Bezos, de 61 años, ha cambiado también su forma de vestir. Atrás quedaron sus trajes oscuros. Desde hace unos años prefiere los polos ajustados que destacan su musculatura.
Lauren Sánchez incluso publicó, en 2023, una foto de él en traje de baño a bordo de su yate. Su relación con Jeff Bezos ha llevado al primer plano a esta expresentadora de televisión de 55 años, que pasó por el programa de entretenimiento Extra así como por el matutino de la cadena local de Fox en Los Ángeles. Tiene cuatro hijos, es empresaria y fundó, en 2016, una empresa especializada en filmaciones aéreas.
“Este campo está dominado por hombres”, afirmó en una entrevista con la revista Hollywood Reporter en 2017. “Pero no hay nada físico en pilotar un helicóptero. No hay ninguna razón para que las mujeres no puedan hacerlo”, apuntó. Piloto experimentada, Sánchez participó en abril en un vuelo espacial fletado por Blue Origin solo con mujeres, como la cantante Katy Perry, una de sus amigas que se espera asista a la boda.
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Bolivia puede entrar en default, advierte el presidente Luis Arce
- La Paz, Bolivia. AFP.
Bolivia, con falta de divisas extranjeras y en medio de una profunda crisis económica que ha generado violentas protestas sociales, corre el riesgo de caer en cesación de pagos si no obtiene nuevo financiamiento, advirtió el presidente Luis Arce durante una entrevista con la AFP. “Estamos procurando no entrar en ‘default’. Tenemos toda la intención de pagar nuestra deuda, ¿pero si no tenemos los recursos?”, señaló el mandatario izquierdista, entrevistado el miércoles en la sede de gobierno.
Arce, en el poder desde 2020, no logra que el Parlamento apruebe los préstamos internacionales que solicitó a entidades multilaterales. Según él, la oposición de derecha y los congresistas afines al expresidente Evo Morales (2006-2019) se han unido para bloquear sus pedidos de financiamiento.
El actual mandatario, quien declinó presentarse a la reelección en las presidenciales del 17 de agosto, enfrenta el descontento popular por la elevada inflación, que se disparó en mayo a más del 18% interanual, el dato más alto registrado en los últimos 17 años, así como por una marcada escasez de carburantes y dólares.
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La carestía ha motivado protestas sociales y cortes de vías que duraron dos semanas este mes, impulsados por Morales, exaliado de Arce. El gobierno informó el domingo que los choques entre policías y manifestantes dejaron seis muertos, cuatro de ellos uniformados, y más de 200 heridos.
Actualmente hay 1.800 millones de dólares en solicitudes de fondos internacionales que hasta ahora no han sido discutidas por los legisladores. El país necesita hasta diciembre 2.600 millones de dólares para la importación de carburantes y el pago de la deuda externa.
“Estamos haciendo el peor negocio como país. Porque cuando uno tiene deuda externa, paga capital e intereses” al acreedor, y esa salida de dólares “se compensa con el ingreso de los nuevos desembolsos” provenientes de nuevas deudas, lo que no ocurre ahora, señaló Arce.
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La deuda externa de Bolivia representa el 37,2% de sus ingresos nacionales brutos, según el Banco Mundial (BM). Sus principales acreedores son el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), el BM y China.
Bolivia casi ha agotado sus reservas internacionales líquidas para solventar su política de subsidios a los combustibles, que importa a precio internacional y vende subvencionados internamente. La última vez que Bolivia dejó de pagar su deuda externa fue en 1984, durante el gobierno del izquierdista Hernán Siles Zuazo.
Evo, el mayor adversario
Arce, que arrolló en las urnas con un 55% de los votos, asumió la Presidencia apoyado por Morales. Pero la crisis económica fue haciendo mella en su imagen. Hoy es uno de los mandatarios más impopulares de Sudamérica. Solo un 9% de los bolivianos aprueba su gestión, según la encuesta Latinobarómetro de 2024.
Responsabiliza de ello a Morales, quien anunció en 2023 sus intenciones de buscar un cuarto mandato a pesar de estar legalmente inhabilitado. Su oposición ha sido feroz desde el parlamento y las calles. Arce aseguró que que su exaliado golpeó en los últimos años “con toda su artillería hacia el gobierno nacional”, en momentos en que su administración “estaba comenzando a despegar”.
A las puertas de una nueva elección presidencial, Bolivia podría ver un viraje en su modelo económico, después de casi dos décadas de la izquierda en el poder. La derecha lidera ahora las encuestas de intención de voto para los comicios, con el empresario Samuel Doria Medina y el expresidente Jorge Quiroga.
“Si estamos dando paso a la derecha para que entre en las próximas elecciones (...), es el pueblo boliviano el que va a sufrir, no va a ser Evo Morales”, dijo Arce. El presidente aún cree que el candidato oficialista, el exministro Eduardo del Castillo, podría ser la gran sorpresa en las urnas, aunque en las encuestas está por debajo del 3% de la intención de voto.
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Bolivia: crisis económica agrava el acceso a víveres, cada vez más caros
- La Paz, Bolivia. AFP.
En medio de una carestía que no cesa en Bolivia, Sonia, una madre soltera de 40 años, se quedó de nuevo sin poder comprar aceite en un almacén estatal del centro de La Paz con mejores precios, donde hacía fila desde la madrugada. “Tengo que trabajar para mis seis hijos. Y venir a hacer esta cola encima, no me da. Ya no duermo bien”, dice enojada. Se va con las manos vacías, muy abrigada por el intenso frío y pide que no se publique su apellido.
La crisis económica en Bolivia, causada por la escasez de dólares y un excesivo gasto público, empobrece desde el año pasado a la población. Uno de sus efectos más visibles es la inflación, que en mayo fue de 18,4 % interanual, la más alta en por lo menos 17 años. Los clientes irritados increpan a los empleados de la agencia estatal por la falta de productos y golpean las puertas metálicas como protesta. Gisela Vargas, de 30 años, lamenta: “No hay arroz, azúcar, huevo, ya no hay nada”.
La crisis se ha agravado más en los últimos días, con los bloqueos de carreteras impulsados por los partidarios del expresidente Evo Morales, impedido de ser candidato presidencial en las elecciones de agosto. Los manifestantes exigen la renuncia del actual mandatario Luis Arce. Obstruyen el paso de cargamentos de comida y otros productos de primera necesidad por rutas neurálgicas de Bolivia. Sus choques con la policía han dejado cuatro efectivos y un civil muertos.
En la casa de Rocío Pérez, una jubilada de 65 años que vive con sus hijos y nietos, ya han empezado a racionalizar sus compras. “Nunca pensamos que esta situación podía llegar a este límite, donde tengamos que hacer cola por alimentos o papel higiénico. Estamos al borde del precipicio”, dice a la AFP mientras espera su turno en otra tienda del gobierno.
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“Me siento impotente”
“En términos de poder adquisitivo, los salarios se están deteriorando muy fuertemente” con la inflación, explica José Luis Evia, economista y ex miembro del directorio del Banco Central de Bolivia, donde el boliviano, la moneda local, cada vez vale menos. En los últimos años, la caída en las exportaciones de gas ha generado un menor ingreso de dólares a Bolivia. El gobierno los necesita para importar combustibles a precio internacional y venderlos subsidiados en el mercado interno. Ya casi ha agotado sus reservas internacionales líquidas.
En la Garita de Lima, una concurrida zona comercial paceña, un camión descarga pollos en un puesto mayorista. Cientos de bolivianos se forman en largas filas, impacientes y crispados. Meses atrás, el kilo de pollo costaba el equivalente a 2,6 dólares. Hoy está a 5. Francisca Flores, vendedora ambulante de 69 años, dice que ya no le alcanza para comprar esta proteína como antes. Ahora come tortillas y otras comidas a base de huevo.
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“Me siento impotente (...). Con mi platita salgo (...) y si no puedo” comprar los alimentos “nada, pues me voy, me aguanto”, dice. Una encuesta nacional de marzo de la consultora Panterra indicó que el 89 % de los bolivianos deseaba una “dirección muy distinta” a la llevada por el gobierno de Arce. Su principal preocupación era el incremento del costo de vida. “Yo quisiera que este gobierno se vaya de una vez, que piense en la gente”, opina Flores.
Para Evia, el malestar social puede ser un factor determinante para que la izquierda, que gobernó por casi dos décadas, pierda el poder en las próximas elecciones presidenciales. “La gente está viendo que el país no puede seguir este rumbo y cada vez hay mayor consenso para un cambio”, comenta. Los productos importados también están entre los que más han subido de precio por el encarecimiento del dólar en el mercado paralelo.
La madre diabética de Griselda Ventura, de 27 años, tuvo que internarse en un hospital de La Paz porque en Chulumani, un poblado 115 kilómetros al este donde vivía, ya no encontraban los medicamentos importados que necesita. Y aunque está asegurada y debería recibir su tratamiento sin costo del seguro público de salud, ahora tiene que recurrir a farmacias privadas, donde algunas de sus pastillas han duplicado su precio. El hospital está desabastecido. “No hay ni una jeringa” ahí, dice Ventura, en las afueras del centro de salud.