La vacuna de Pfizer/BioNTech contra el COVID-19 es “segura” y “tolerada” por los niños de 5 a 11 años, a quienes la dosis adaptada genera una respuesta inmunitaria “robusta”, según los resultados de un estudio anunciado este lunes por los laboratorios.
Las vacunas administradas a este colectivo contienen una dosis menor, pero generan una reacción “comparable” a la observada en los pacientes de entre 16 y 25 años, indicaron en su comunicado.
Afirmaron además que enviarán estos datos a las autoridades “lo antes posible”. Se trata de los primeros datos clínicos para este grupo de edad. Las agencias reguladoras de medicamentos de la Unión Europea y Estados Unidos habían autorizado las vacunas de Pfizer/BioNTech y Moderna, ambas basadas en la tecnología de ARN mensajero, a partir de 12 años.
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Debido a la propagación de la variante delta, “desde julio, los casos pediátricos de COVID-19 habían aumentado un 240% en Estados Unidos, señalando la necesidad de una vacunación”, comentó Albert Bourla, consejero delegado de Pfizer.
Las dosis del fármaco en este colectivo son de 10 microgramos por inyección, en vez de los 30 suministrados a colectivos más mayores. Sus efectos secundarios son “en general comparables” a los observados en personas de 16 a 25 años, indicaron los laboratorios.
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Son resultados parciales de un estudio realizado a 4.500 niños de entre 6 meses y 11 años en Estados Unidos, Finlandia, Polonia y España. Las dos empresas esperan publicar en el cuarto trimestre los resultados de la franja entre 2 y 5 años y de 6 meses a dos años, que recibieron inyecciones de 3 microgramos.
Fuente: AFP.
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Trabajo de calidad es una “deuda urgente” en América Latina, según informe del BID
Cuando este 1 de mayo se celebra el Día Internacional de los Trabajadores, un contundente informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) revela que a pesar de que en América Latina y el Caribe hay empleo, sin embargo, destaca que “es urgente aumentar su calidad”, más aun teniendo en cuenta que la última edición del Índice de Mejores Trabajos de la organización internacional coloca a la calidad del empleo en la región en 41,2 en una escala del 1 al 100.
La misma fuente agrega que el estudio realizado incluye recomendaciones de políticas para mejorar la calidad del empleo cultivando y fortaleciendo las habilidades de la fuerza laboral, entre otras.
Por si fuera poco, el documento también evidencia un hecho de injusticia: las mujeres de América Latina tienen empleos de peor calidad que los hombres con una brecha de 16 puntos en el Índice de Mejores Trabajos.
La informalidad
A pesar de todos los avances sociales y laborales conquistados en las últimas décadas, aun falta mucho por lograr teniendo en cuenta que según las cifras casi un 55 % de los trabajadores de América Latina y el Caribe tiene un empleo informal, sin contrato ni cobertura de seguridad social, y 3 de cada 10 no alcanzan a tener los ingresos necesarios para superar el umbral de la pobreza, esto según la más reciente edición del Índice de Mejores Trabajos del BID, que cada dos años mide la calidad y cantidad del empleo en América Latina.
El estudio que abarca datos para 17 países de la región indica que el 70 % de las personas en edad productiva trabajan, pero con el índice la calidad del empleo es apenas de 41,2 sobre 100. “La dimensión de calidad del índice está compuesta por los indicadores de formalidad laboral y suficiencia salarial para superar la pobreza”, reza el dossier.
“Si bien la dimensión de calidad del Índice se ubica en su nivel histórico más alto desde 2010, su bajo nivel promedio subraya la urgencia de mejorar la calidad del empleo en la región. El Índice de Mejores Trabajos 2024 también refleja importantes brechas en los mercados laborales de la región. Las mujeres de América Latina tienen empleos de peor calidad que los hombres con una brecha de 16 puntos en el Índice de Mejores Trabajos. A su vez, los jóvenes de la región tienen empleos de peor calidad que los adultos con una brecha de 15 puntos en esa dimensión del Índice de Mejores Trabajos.
Grandes brechas
A continuación el informe deja en claro que los países con puntajes elevados en el Índice global presentan las mayores brechas en esos grupos vulnerables. Costa Rica, por ejemplo, que ocupa el número tres en el ranking de la última edición del Índice de Mejores Trabajos, presenta a la vez una de las mayores brechas de género y la menor brecha entre adultos y jóvenes en la región. Uruguay, por su parte, lidera en el Índice de Mejores Trabajos en la región, pero presenta la brecha más grande de calidad y cantidad entre adultos y jóvenes.
Para Laura Ripani, jefa de la División de Mercados Laborales y Seguridad Social del BID, “en una región en la que 70 % de las personas dependen exclusivamente de su trabajo para vivir y mantener a sus familias, la calidad del empleo tiene que aumentar rápidamente. Eso significa generar y conectar a más personas con más empleos formales que les permitan ahorrar para el retiro y tener coberturas de seguridad social frente a riesgos”.
Evolución de la calidad del empleo
En el estudio, según el informe Índice de Mejores Trabajos 2024, la evolución de la calidad del empleo ha sido lenta desde 2010 y, al ritmo actual de crecimiento, llegar a unos 70 puntos tomaría casi 48 años. La dimensión de cantidad ha tenido un comportamiento más o menos estable con una caída en 2020 producto de los efectos de la pandemia en el empleo, recuperándose para 2022.
Recomendaciones
Algunas de las soluciones e iniciativas que impulsa el BID para aumentar la calidad del empleo en la región se refieren a equipar al capital humano con habilidades alineadas a las necesidades de talento de los sectores productivos de cada país, promover el empleo formal con menores costos haciendo universal parte de la seguridad social, e impulsar el acceso a empleos fortaleciendo los servicios públicos de empleo
“En Bolivia, por ejemplo, el Programa de Apoyo al Empleo ha facilitado el acceso a empleos de calidad en empresas a más de 50.000 personas trabajadoras, la mayoría mujeres y jóvenes, con capacitaciones laborales en planta”, refiere el informe.
Indicadores
El Índice de Mejores Trabajos es una de las herramientas del BID para identificar las áreas de oportunidad para desarrollar e impulsar la productividad en América Latina y el Caribe. Evalúa cómo son los empleos de los países a través de dos dimensiones: cantidad y calidad.
La dimensión de cantidad está compuesta por dos indicadores: la tasa de participación laboral y la de ocupación. La de calidad se construye con las tasas de formalidad y de trabajos con salario suficiente para superar la pobreza. Así, el índice es la media ponderada de estos cuatro indicadores y sus puntuaciones van de 0 a 100. Para que un país obtenga 100 puntos, todas las personas que participan en la fuerza laboral deben estar empleadas con un trabajo formal que les aporte un salario suficiente.
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Maestras mochileras: docentes que dejan huellas en los niños y sus familias
- Por Karina Ríos
- karina.rios@nacionmedia.com
Los docentes siempre dejan marcas imborrables en cada uno de sus alumnos y alumnas. Todos en algún vago recuerdo tienen presente a un profesor o profesora que dejó una enseñanza para toda la vida.
Desde hace unos siete años, en Paraguay, las maestras mochileras dejan huellas en el día a día de niños de 0 a 5 años y sus familias, pues son las responsables de dar el primer impulso hacia la escuela.
En el Día del Maestro, qué mejor que conmemorar con aquellas profesoras que todos los días salen con sus mochilas a cuestas y van hasta las casas de sus alumnos.
El propósito es el de desarrollar las habilidades socioafectivas y brindar atención oportuna en la primera infancia. Además, acercan pautas de crianza positiva y la sensibilización en las familias.
LAS FAMILIAS NOS ACOMPAÑAN
La maestra Carolina Barosi sale a recorrer con su mochila cargada de materiales. Su trabajo es de lunes a viernes y recorre las calles del Bañado Norte, en zona de Tablada Nueva. Pese a ser un lugar caracterizado por su alta tasa de delincuencia, comenta que no tiene miedo porque las familias a las que asiste siempre la acompañan.
“Recorro todos los días a pie de 13:00 a 17:00, lo hago desde hace tres años con una compañera. No puedo negar que los primeros días tuve un poco de miedo por la zona, detalló en entrevista con La Nación/Nación Media.
En su andar diario, se ganó el cariño y respeto de los pobladores. “La gente nos demostró su cariño y nunca nos pasó nada. Los padres ya nos esperan y nos acompañan hasta la ruta principal para que no nos pase nada”, siguió diciendo.
Agregó que sale de la escuela Juana María de Lara con las mochilas cargadas de todos los materiales que van a utilizar con cada familia y con muchas ilusiones de ver el progreso de sus niños y niñas aprendices.
“Con la compañera tratamos de hacer el mismo camino, porque así nos acompañamos. Ser maestra mochilera es algo muy satisfactorio, no se compara con estar en aula”, señaló.
HAY MUCHA ESPERANZA
La profesional señaló que se trata de un servicio que involucra a toda la familia, donde los cuidadores principales son los padres, pero siempre están los abuelos, hermanos, tíos y primos, quienes trabajan en forma conjunta durante una semana para estimular el crecimiento como la educación del niño que así lo requiere.
“Todos los días nos reciben con mucha esperanza y cariño. Los chicos nos esperan con sus mesitas, juegos y con la ilusión de mostrarnos lo aprendido”, aseguró.
Agregó que los padres aprenden a desarrollar esa conexión mediante el juego con sus hijos, lo que es algo muy gratificante. “Nos esperan con muchas ansias de aprender. Nos cargan con mucha esperanza”, manifestó.
LLEGAR A MÁS CHICOS DE AREGUÁ
La maestra Andrea Yanina Estigarribia es mochilera en la ciudad de Areguá, ella junto con otras docentes se encargan de llevar atención a los niños y niñas del barrio Las Mercedes. Busca llegar a los chicos que residen en zonas más difíciles de llegar a su querida comunidad.
“Hay muchos niños que necesitan y estoy solicitando poder acceder a un rubro que está vacante para el turno mañana para llegar a todos. Mi propósito es llegar a niños que están más al fondo del barrio en una zona donde acceder es más difícil y son familias vulnerables, pero que necesitan más de nosotros”, relató.
EL VÍNCULO
Este año las maestras se enfocan mucho más en el desarrollo sicosocial de los niños y principalmente el vínculo con sus cuidadores principales.
La idea es que puedan acompañar la estimulación de sus hijos desde los 4 meses de vida y las actividades se vinculan con el entorno, por lo que usan materiales de las casas.
“Llevamos las propuestas y les dejamos una tarea para que ellos puedan desarrollar a lo largo de la semana, de esta forma la crianza se ve más fortalecida”, comentó.
Agregó que cada maestra tiene 20 alumnos por semana. “Pero pasamos este número porque hay familias donde hay más niños y llegamos a todos”, refirió al indicar que no excluyen a nadie.
RECORRIDO EN MOTO
Andrea indicó que la mayoría de las maestras mochileras hacen el recorrido a pie, pese a que existe mucha inseguridad. El objetivo es llegar a las familias que siempre esperan con mucha ilusión. En su caso, logró comprarse una moto y puede llegar a cada casa un tanto más rápido como segura.
“Tengo la gran ventaja de contar con una moto, porque en un día tengo cinco familias que visitar y en algunos casos excedemos el número”, dijo a La Nación/Nación Media.
Pero la tarea no acaba con las familias, pues también llegan a las plazas o parroquias “donde hacemos encuentro grupal y llegamos a más niños, pero siguen imperando los mitos que hacen que los padres se nieguen al servicio”, puntualizó.
Ambas docentes coincidieron en que este trabajo es muy satisfactorio y que ver el avance en cada familia hace que las ganas de llegar día a día junto a los pequeños sea lo más importante.
El trabajo es realizado junto con el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), la Policía Nacional y el Ministerio de Salud, que apoyan para realizar el diagnóstico como mapeo para acceder al servicio.
ASÍ ES UNA MAESTRA MOCHILERA
Maestras mochileras es un servicio educativo diversificado en modalidad no formal, que inició con el programa de Primera Infancia en el año 2017 con el apoyo de la Unicef.
La idea nació atendiendo a la necesidad de programas educativos en algunas comunidades donde los niños de 0 a 5 años requerían un servicio adecuado. En algunos casos requieren de estimulación temprana y no tienen acceso por ser de escasos recursos económicos.
“Es una oferta del Ministerio de Educación que está ligada a una institución educativa. Las maestras hacen un mapeo y de acuerdo a las necesidades de la zona encuentran a niños de 0 a 5 años, entonces elabora un diagnóstico más un plan de acción de visitas a las casas”, dijo Sonia Olmedo Dinatale, directora general de Educación Inicial del MEC, en LN.
MÁS DE 500 MOCHILERAS
Explicó que la idea es crear un vínculo entre los niños y sus padres, abuelos, hermanos mayores, tíos, para que cumplan sus roles en forma respetuosa y comprometida.
El servicio educativo utiliza el entorno familiar para crear el ambiente adecuado con lo que se tenga en casa para estimular la creatividad del chico.
“A nivel país tenemos entre 500 a 600 maestras mochileras, cada una tiene 20 alumnos a su cargo, quienes empiezan su vida escolar. Los chicos que forman parte del servicio son ingresados al Registro Único del Estudiante (RUE), tienen un informe pedagógico y forma parte de historial educativo”, detalló.
IMPACTO POSITIVO
Olmedo detalló que se trata de un trabajo muy satisfactorio donde se ve el progreso del niño día a día y donde los padres son parte muy importante de este crecimiento de sus hijos.
“Desde varios países nos pidieron compartir la experiencia”, confirmó. Actualmente, beneficia a 7.579 niños y sus familias. “El niño que formó parte del servicio ya adquiere hábitos y contacto social a la hora de ir a las instituciones educativas, el impacto es muy positivo. El proyecto en sí finalizó en diciembre del año pasado y se volvió a renovar por tres años más, pero con el compromiso de que el MEC con sus propios recursos absorba el servicio”, puntualizó.
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Hambre Cero es la más contundente apuesta del Gobierno a favor de los niños
El Poder Ejecutivo promulgó el miércoles último el Decreto n.° 1584 que reglamenta la Ley de Hambre Cero en las Escuelas con el propósito de articular la norma principal y hacer que en el plazo más breve posible se pueda llegar con los beneficios a los niños de las escuelas públicas del país. La Ley 7264/24, que establece el programa Hambre Cero en las Escuelas, se promulgó hace tres semanas.
Una de las principales apuestas políticas y sociales que ha hecho el Gobierno nacional es que los 1.300.000 niños escolares del país puedan alimentarse adecuadamente para garantizar su buen aprendizaje escolar. No acepta que el sacrificio que se hace para la cobertura de esa alimentación quede por el camino y los chicos continúen vergonzosamente malnutridos debido a la deshonestidad y la incompetencia de ciertos funcionarios, como ha ocurrido en la administración anterior.
Este gobierno, consciente de esa lamentable realidad que se tenía como normal anteriormente, no la va a permitir. Y por eso una de las primeras acciones que realizó fue crear la Ley de Hambre Cero para los alumnos de las escuelas estatales y subvencionadas.
Ahora con la reglamentación de la ley se quiere dar agilidad a la puesta en marcha de la nutrición infantil, para que se la aplique lo antes posible, con mayor prontitud y sin que la burocracia estatal pueda impedir la velocidad que se requiere. Teniendo en cuenta todos los procesos previos, se quiere empezar a distribuir los alimentos en los primeros días de agosto, para lo que previamente se tienen que hacer las licitaciones para adquirir los insumos necesarios y cubrir otros trámites.
Consciente de la lentitud de los pasos burocráticos, el propio presidente Santiago Peña se puso al frente del organismo coordinador para apurar el proceso, el Consejo Nacional de Alimentación Escolar (Conae).
El mandatario explicó que tomó la decisión para trabajar juntamente con los gobernadores departamentales e intendentes municipales para armar un gran equipo, porque nadie más que ellos conocen bien los mecanismos para repartir los alimentos para los niños. “Estoy seguro de que con cada uno de los intendentes y gobernadores vamos a armar un gran equipo y que esto sea realmente una gran victoria de la sociedad paraguaya”, manifestó.
El ministro Tadeo Rojas, que encabeza el Conae, dijo que a partir de los primeros días de agosto se iniciará el reparto de los alimentos en 75 distritos del país de los 7 departamentos elegidos. Indicó que el criterio de priorización se hizo de acuerdo con los indicadores de pobreza del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), con el criterio de llegar con la alimentación de los niños a las escuelas más vulnerables. Entre las circunscripciones geográficas elegidas está Asunción, el departamento Central, el de Presidente Hayes, entre otras localidades más de los 7 departamentos que tienen la prioridad.
Se tiene previsto que los esquemas de alimentación escolar se diseñarán según los criterios del Ministerio de Desarrollo Social (MDS) por profesionales calificados en el área de la alimentación y nutrición. Se deberán respetar parámetros bien específicos. La alimentación de los niños deberá cubrir todos los días del año lectivo, desde el primer día de clases hasta el último, según el calendario definido por el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC). El programa de alimentación debe priorizar la adquisición de productos provenientes de la agricultura familiar, para potenciar el desarrollo local a través de la vinculación de las mipymes. Todos los alimentos adquiridos deberán ser prioritariamente de origen nacional, y solo en casos excepcionales, por escasez de la oferta local, se autorizará la sustitución por artículos importados.
Todo lo dispuesto por la norma busca que efectivamente los 180 días de clases del año lectivo haya suficientes alimentos para los niños, principalmente con productos de origen regional de cada escuela. Con ello se quiere asegurar el buen aprendizaje de los chicos, ya que está demostrado científicamente y en la vida cotidiana que sin nutrición adecuada no existe instrucción aceptable.
Teniendo en cuenta todos esos elementos se puede afirmar que con el programa de Hambre Cero en las Escuelas se podrá articular de manera efectiva la formación intelectual más apropiada de los chicos del país. Y así salir de la dificultosa situación en que se encuentran miles de pequeños.
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Los niños del dolor
DESDE MI MUNDO
- Por Carlos Mariano Nin
- COLUMNISTA
Me gusta escribir historias que vivo en la calle. De esas que nos hacen reflexionar sobre nuestro motivo en la vida. Y me gusta escribir sobre los niños porque entiendo que por más difíciles que sean sus condiciones de vida, siguen siendo niños aunque tengan la inocencia ahogada en el dolor.
Creo que me dijo que se llama Robertito. Me tomó por sorpresa en un semáforo. Su mirada me llamó la atención, entre la ternura y la decepción, o el aburrimiento, qué se yo. No tiene más de 10 añitos. En su cara se maldibujaba una sonrisa triste, casi resignada.
Pero fue su talento lo que me llamó la atención. Sus manitos parecen pájaros que vuelan, mientras tres pelotitas bailan en el aire. Van y vienen. Suben y bajan. Un malabarismo simétricamente calculado que comienza y termina mientras espero el cambio de luces del semáforo. Con una mirada optimista, su futuro se ve borroso. No va a la escuela. Es un marginado del sistema. Pero si hubiese ido, la pobreza hubiese limitado sus probabilidades.
En Paraguay, y en promedio, de 10 estudiantes que ingresan al primer grado, solo 3 culminan la educación media. Es una deuda pendiente de sucesivos gobiernos y organizaciones. Es la triste realidad.
Volviendo a Robertito. Me deslumbra su destreza. Fue perfeccionando su arte con el tiempo. Camina entre los vehículos reclamando una recompensa acorde a su trabajo. Se conforma con poco. En la calle las reglas las pone el que más tiene. El resto se acostumbra, se resigna… se conforma. No hay otra. Es la ley del día a día.
Robertito sonríe, mientras sus pelotitas caen al piso y peligrosamente las persigue entre los autos. Perdió la percepción del riesgo mientras juega a ganarse la vida.
Y, sin embargo, se toma en serio su trabajo. Un show estrictamente cronometrado, que comienza y termina con un simple y veloz cambio de luces. Del verde al rojo se juega la vida.
Deberá soportar indiferente insultos y burlas, y crecerá con la impotencia de los sueños rotos de esas infancias destrozadas. En las calles los códigos son ajenos al común de la gente. Es como una gran prisión, donde miles de personas sobreviven al día cada día.
Hace tiempo que los niños dejaron de ser el futuro. Hoy están, son el presente y exigen que los rescatemos de la indiferencia. De esa invisibilidad cruel que los margina.
Sigo mi camino, con un sinsabor en el corazón. Hace arte con tres pelotitas, pero muchos no lo entenderán así. Mañana será otro día y otros niños se cruzarán en mi camino. Pienso que así es la vida, pero no me resigno. Los niños son niños hoy y de todos depende que sean buenas personas. Si lo logramos, ellos construirán el país que todos soñamos. Pero esa... esa es otra historia.