La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) confirmó este jueves pasado a la AFP que investiga los detalles del famoso viaje de la nave de Virgin Galactic al espacio en julio pasado, y anunció que el aparato no podrá realizar nuevos vuelos hasta tanto no se haya determinado por qué se desvió de su trayectoria planificada.

“Virgin Galactic no podrá volver a volar el SpaceShipTwo hasta que la FAA apruebe el reporte final de investigación sobre el percance o determine que el problema no afecta la seguridad pública”, informó la agencia federal respecto del vuelo que transportó hasta el inicio del espacio al fundador de la compañía, el magnate Richard Branson, el 11 de julio pasado.

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“Durante el vuelo del 11 de julio de 2021, la aeronave de Virgin Galactic SpaceShipTwo se desvió de su autorización de control de tráfico aéreo mientras regresaba a Spaceport America”, la base espacial utilizada por la compañía en el desierto del estado de Nuevo México, señaló la FAA.

La investigación sobre esta irregularidad está “en curso”, aseguró la agencia. Un informe de la revista semanal The New Yorker reveló que alertas de seguridad se encendieron en la cabina de la nave durante su viaje. Posteriormente, la FAA confirmó a la AFP la apertura de una investigación porque el aparato se alejó del espacio aéreo autorizado y dedicado a la misión.

Sin embargo, Virgin Galactic había asegurado en aquel momento que el vuelo se había desarrollado según lo planificado. Ahora la decisión de la FAA representa un golpe para la compañía espacial privada de Branson, en momentos en que ajusta sus planes para transportar a clientes que pagarán fuertes sumas para viajar después del primer vuelo de prueba con tripulación completa.

Dudas técnicas

No está claro ahora si el próximo vuelo de prueba de Virgin, en el que participarán miembros de la Fuerza Aérea Italiana, se llevará a cabo según lo programado a fines de septiembre o principios de octubre. El problema en la trayectoria amenazó con comprometer la fase de retorno a la Tierra, cuando la nave espacial VSS Unity, en la que además de los dos pilotos, viajaban Branson y otros tres pasajeros, debió planear hasta aterrizar en una pista de Nuevo México, según The New Yorker.

Según el artículo del periodista de investigación Nicholas Schmidle, los pilotos se encontraron primero con una luz amarilla y luego con una roja, lo que indica que el ascenso del avión espacial era demasiado superficial y la nariz de la nave no estaba lo suficientemente vertical.

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Citando fuentes anónimas dentro de la empresa fundada por Branson, la revista neoyorquina especificó que la forma más segura de reaccionar ante estas alertas hubiera sido interrumpiendo la misión. Sin una acción correctiva, que los pilotos aplicaron, la aeronave no habría tenido suficiente energía para emprender su regreso a la base. La publicación explicó que una luz roja encendida indica un problema grave que podría haber tenido un desenlace fatal.

La aeronave había superado entonces los 80 km de altitud, el punto establecido en Estados Unidos para la frontera espacial, permitiendo a los pasajeros desprenderse de sus asientos y flotar durante unos minutos en ingravidez.

Un fallo habría dañado enormemente la imagen de Virgin Galactic, que había invitado a toda la prensa y a muchos espectadores de prestigio -entre ellos el magnate Elon Musk, dueño de la fabricante automotriz Tesla y de la aeroespacial SpaceX- a este evento retransmitido en directo. Branson, de 70 años, venció por algunos días al fundador de la gigante Amazon, Jeff Bezos, y su compañía Blue Origin, en una carrera espacial entre multimillonarios.

Blue Origin demanda a la NASA

Blue Origin no se rinde: tras meses de reclamos contra la decisión de la NASA de elegir a SpaceX para construir el futuro módulo de alunizaje, la compañía del magnate Jeff Bezos anunció que ingresó una demanda en un tribunal federal contra la agencia espacial estadounidense.

“Blue Origin ha presentado una demanda ante el Tribunal de Reclamos Federales de Estados Unidos”, dijo un portavoz en un comunicado enviado la AFP, que describió la decisión como “un intento de corregir las fallas en el proceso de adquisiciones de la NASA”.

“Creemos firmemente que deben corregirse los problemas identificados en esta adquisición para restablecer la imparcialidad, crear competencia y garantizar el regreso seguro de Estados Unidos a la Luna”, agregó. La NASA anunció en abril que había adjudicado a la compañía SpaceX el proyecto para construir el sistema de aterrizaje lunar tripulado (Human Landing System, o HLS); un contrato cuyo monto asciende a 2.900 millones de dólares.

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Los participantes de este llamado a licitación, incluido Blue Origin, presentaron una primera demanda ante el órgano del Congreso que se encarga del control de cuentas públicas, el GAO, al considerar que el proceso de evaluación de la NASA había sido injusto y que la agencia espacial debería haber elegido varios ganadores.

Pero el órgano de contralor rechazó la demanda a finales de julio, estimando que la NASA no había contravenido la normativa vigente y que se había reservado “el derecho de designar varios ganadores, un solo ganador o ningún ganador”. Blue Origin reaccionó a este anuncio afirmando que la GAO no pudo responder a los “problemas fundamentales” de la decisión de la NASA debido a su limitado poder jurisdiccional, y prometió continuar la batalla legal.

La agencia espacial estadounidense confirmó el lunes en una declaración haber sido notificada de la demanda que algunos responsables “estudian actualmente con detalle”. La NASA tiene como objetivo, con su programa Artemis, enviar astronautas estadounidenses a la Luna en 2024, entre ellos una mujer por primera vez.

Fuente: AFP.

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