Hace algunas semanas, los incendios vienen causando estragos en Norteamérica, Europa y Asia, en medio de una intensa ola de calor. Un estudio reciente reveló que los incendios forestales contribuyeron a más de 19 mil casos graves de COVID y 700 fallecimientos en Estados Unidos debido a las complicaciones respiratorias del aire insalubre.

La revista académica Science Advances publicó un estudio de un equipo de investigadores de la Universidad de Harvard que encontró evidencia de que la exposición a niveles elevados de contaminación por partículas finas que se encuentran en el humo de los incendios forestales estaría relacionada con miles de casos más de COVID-19, así como más muertes entre los que dieron positivo al coronavirus.

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La publicación, difundida el 13 de agosto pasado, analizó datos de 92 condados en California, Oregón y el estado de Washington donde ocurrieron incendios forestales entre marzo y diciembre de 2020. La situación se complica actualmente en Norteamérica por la amenaza de la variante delta.

Según este análisis, el humo de los incendios transporta altos niveles de partículas PM2.5, tan nocivas como tan delgadas que puede atravesar las defensas del cuerpo humano y adherirse a los pulmones.

La enfermedad puede empeorar a causa de la inhalación del humo porque, en lugar de enfocar su energía en combatir el virus, los anticuerpos del organismo prefieren enfocarse en las PM2.5. Además, estas partículas irritan las mucosas de la boca y la nariz; y la exposición prolongada agrava el asma y una serie de padecimientos cardiacos.

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Según National Geographic, que habló con la autora principal del estudio, Francesca Dominici, los incendios forestales en Estados Unidos “exacerbaron la pandemia sustancialmente”. El portal de ciencias publicó: “Según la experta, entre más expuestas estén las personas a inhalar el humo tóxico, más difícil será superar la emergencia sanitaria por coronavirus. Con variantes cada vez más agresivas, y una creciente inestabilidad ecológica en el planeta, este tipo de eventos cruzados —y letales— podrían convertirse en una constante global de ahora en adelante”.

Actualmente, un inmenso incendio llamado Dixie arrasa el norte de California (EEUU) y se convirtió en el tercero mayor en la historia del estado. Ya ha devastado más de 2.400 kilómetros cuadrados desde que comenzó en julio; y arrasó Greenville, un histórico pueblo de la fiebre del oro enclavado en el norte de la costa oeste estadounidense.

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