Las mascarillas filtrantes destinadas al personal sanitario se adaptan menos al rostro de las mujeres y de los asiáticos, cosa que puede exponerlos a un mayor riesgo de infección del COVID-19, según un estudio publicado el miércoles pasado.
“Las mascarillas filtrantes solo pueden proteger correctamente si se adaptan bien a la forma de la cara del individuo, de manera que se ajusten herméticamente e impidan pasar aire no filtrado”, subraya la autora principal del estudio, la doctora Britta Von Ungern-Sternberg, de la Universidad Western Australia.
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Según este trabajo, una buena adaptación al rostro del portador es más importante que la capacidad de filtración en términos de protección.
Publicado en la revista médica Anaesthesia, este estudio analiza los diferentes trabajos realizados en varios países antes incluso de que estallara la pandemia, para evaluar las mascarillas empleadas por el personal sanitario, como las FFP2 o las N95.
Estos concluyeron que estas protecciones se adaptaban correctamente al 95% de los hombres y al 85% de las mujeres. Se ajustaban además al 90% de las personas de origen caucásico, frente al 84% de las de origen asiático.
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La proporción es significativamente baja para las mujeres asiáticas, con un promedio de 60%. Sin embargo, las mujeres representan dos tercios del total del personal sanitario en muchos países, de acuerdo con estimaciones oficiales.
Según los autores del estudio, las mascarillas deberían ser probadas de forma sistemática entre el personal sanitario, cosa que no fue posible durante los peores meses de la epidemia de COVID-19, debido a la falta de tiempo y de material.
Fuente: AFP.
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En China florecen las comunidades 100 % femeninas
Un huerto, gansos, y ningún hombre. Este alojamiento rural forma parte de las comunidades femeninas que se multiplican en China. Allí las mujeres buscan descanso y apoyo mutuo, lejos de las presiones socioprofesionales y de los juicios masculinos. ¿Sus motivaciones? “Hablar libremente de temas íntimos”, “hacer amigas” o “sentirse seguras”, explican las participantes en esta casa blanca situada en la ladera de una colina.
Tras preparar panes al vapor rellenos de carne en la cocina con vista a las montañas, las mujeres charlan en la acogedora sala de estar, donde las risas brotan alrededor de un juego de mesa y cafés con leche. "Un espacio 100 % femenino es tranquilizador. Entre mujeres hablamos más fácilmente de ciertas cosas", como relaciones amorosas o heridas emocionales, afirma Zhang Wenjing, de 43 años.
“En presencia de un hombre prestamos más atención a nuestra actitud”, añade Chen Fangyan, de 28 años. Las participantes pagan 30 yuanes (unos 4 dólares) por noche, y luego 80 yuanes (11 dólares) a partir del cuarto día, en este lugar llamado “El Universo Imaginario de Keke”, apodo de la fundadora, Chen Yani, de 30 años. “Durante mis experiencias profesionales y empresariales fui acosada por hombres hasta el punto de no poder trabajar normalmente”, relata, añadiendo que fue entonces cuando empezó a pensar en “un lugar donde no existiera esa aprensión”.
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Así rehabilitó esta casa situada en Lin’an, en la provincia de Zhejiang, en el este del país, y organiza a través de la red social Xiaohongshu (el Instagram chino, también conocido como RedNote) una estancia en su casa durante el Año Nuevo chino. Doce mujeres acuden para escapar de las preguntas intrusivas de sus padres durante las fiestas, ya que en China la presión por casarse antes de los 30 años es especialmente fuerte.
“En familia, las mujeres deben ocuparse a menudo de los abuelos, hijos y la limpieza. Sin contar las responsabilidades en el trabajo”, señala Chen Yani. “Necesitan un lugar donde no estén obligadas a desempeñar un papel”, subraya. Gracias a su independencia económica y a un mayor nivel educativo, hoy las mujeres tienen más opciones, estima Yuan Xiaoqian, de 29 años.
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Una alternativa
En RedNote estas comunidades femeninas se multiplican. Buscan ser lugares de solidaridad entre mujeres, durante unos días o meses. Como el que Yang Yun, de 46 años, abrió a comienzos de junio en Xiuxi, un pueblo de Zhejiang. Un lugar con aires de hotel con encanto, muebles rústicos y caligrafías en las paredes. A cambio de 3.980 yuanes (550 dólares) de cuota de inscripción a este club, llamado “Su Espacio”, las socias pueden acudir en cualquier momento y de por vida.
“Si pierde su empleo, a sus padres, discute con su marido, o está agotada por la vida urbana, sabe que puede venir y encontrar calidez”, explica Yang, asegurando tener 120 socias. “Eso les da fuerza mental”, destaca. Las socias pueden convertirse en inversoras, participando en la renovación de casas del pueblo, que luego pueden alquilar a turistas. Estos espacios no mixtos son acusados por algunos de fomentar el antagonismo entre los sexos, algo que Chen Yani rechaza.
“Al igual que los niños o los ancianos (...), las mujeres constituyen un grupo social con trayectorias de vida y problemas similares. Es más fácil comprenderse y mostrar empatía”, explica. Otros lugares reservados a mujeres se van creando en China. “Los hombres tienen un sinfín de oportunidades para socializar, en fiestas alcoholizadas o practicando deportes”, comenta Lilith Jiang, de 34 años, fundadora en Pekín de la librería-café no mixta “La Mitad del Cielo”.
Espacios de intercambio que “las mujeres no tienen”, insiste. Si bien Chen Yani admite que su “modelo económico no es viable”, asegura que “mientras haya demanda, seguirá existiendo y creando otra manera de vivir”. “Algunas personas repiten constantemente a las mujeres: si no te casas, ¿qué será de ti cuando envejezcas?”, dice Lilith Jiang. Para ella “las convivencias 100 % femeninas a largo plazo, para envejecer entre mujeres, podrían ser una solución”.
Fuente: AFP.
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Llevar a niños a conciertos puede arriesgar un daño auditivo
La Asociación Española de Pediatría (AEP), a través de su Comité de Salud Medioambiental (CMS-AEP), ha advertido del grave riesgo que supone para la salud auditiva de niños y bebés su exposición a conciertos, festivales o cualquier otro evento con altos niveles de ruido, por lo que ha desaconsejado llevar a los menores a este tipo de espectáculos.
Los pediatras han aseverado que, en espectáculos de música en vivo diseñados para adultos, las mediciones habituales muestran que el sonido alcanza entre 110 y picos de 130 decibelios (dB) cerca de los altavoces, niveles suficientes para provocar “daño auditivo irreversible en cuestión de segundos”. Como han explicado, el oído de bebés y niños pequeños es especialmente vulnerable porque sus estructuras auditivas aún están en desarrollo y carecen de mecanismos de protección frente a la intensidad del sonido.
En línea con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), han señalado que la población infantil no debe exponerse a más de 85 dB durante periodos superiores a una hora, además de que a partir de 70 dB la exposición prolongada ya implica riesgo.
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Ante las dificultades para reconocer los efectos de una sobreexposición al ruido en lactantes, que no pueden comunicar molestias como pitidos o pérdida de audición temporal, el Comité de Salud Medioambiental de la AEP ha aconsejado a familiares y entorno prestar atención a posibles signos de alerta después de un evento ruidoso.
Entre ellos, ha apuntado a llanto inconsolable o irritabilidad repentina, sobresaltos exagerados o persistentes ante sonidos, parpadeo frecuente o gestos evidentes de incomodidad, apatía o somnolencia anormal, falta de reacción ante sonidos habituales y movimientos repetidos de frotarse los oídos o tocarse la cabeza.
Al hilo, ha indicado que los efectos de un trauma acústico agudo no siempre son inmediatos y pueden incluir consecuencias como pérdida auditiva temporal o permanente; acúfenos, esto es, pitidos, que en lactantes solo se deducen por su comportamiento; y daño neurosensorial irreversible.
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Cómo proteger el oído en eventos ruidosos
La AEP establece que los lactantes y preescolares no deberían asistir a conciertos o festivales de adultos, incluso aunque utilicen protección auditiva, una recomendación que afecta a todos los menores de seis años. En el caso de niños de seis a 12 años, los pediatras indican que la asistencia solo debería considerarse si el evento está adaptado, es decir, si cuenta con un volumen controlado y zonas seguras, y cumpliendo siempre todas las medidas de protección.
Para adolescentes mayores de 12 años, ha señalado que sigue siendo imprescindible usar la protección adecuada, respetar los tiempos de exposición y evitar situarse cerca de los altavoces, limitando además la frecuencia de estas exposiciones. En esta línea, los especialistas han aconsejado que los niños usen orejeras específicas para su edad y piden evitar los tapones pequeños por el riesgo de atragantamiento. Además, han sugerido mantener al menos 30 metros de distancia de los altavoces y situarse en zonas laterales.
A este respecto, han recomendado no permanecer más de 30 minutos o una hora en entornos con niveles sonoros superiores a 85 dB, alternar la estancia con zonas tranquilas para permitir que el oído descanse y evitar recintos cerrados o con mucha reverberación donde el sonido se amplifica. En este punto, han apuntado la utilidad de algunas aplicaciones de medición del sonido para conocer la exposición real.
En cualquier caso, han prevenido a los adultos para que estén atentos a los niños durante y después del evento, vigilando si dan signos de incomodidad o cambios en su respuesta a los sonidos. Si se detectan cambios en la audición o en la conducta relacionados con el sonido, han instado a consultar al pediatra.
Fuente: Europa Press.
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Las relaciones formadas en internet muestran menor satisfacción y compromiso emocional
Internet ha revolucionado la manera en que las personas encuentran el amor, pero ¿qué impacto tiene realmente en la calidad de las relaciones? Un ambicioso estudio global, que analizó datos de más de 6.600 personas en 50 países, revela que conocer a la pareja en línea es cada vez más común, especialmente entre quienes iniciaron su relación después de 2010, y que el amor digital se rige por distintas reglas que podrían estar poniendo en riesgo la felicidad y durabilidad de estas parejas.
Internet ofrece acceso a un conjunto aparentemente ilimitado de parejas potenciales, pero si bien esta abundancia podría ayudar a las personas a encontrar la pareja ideal, en la práctica, suele generar una sobrecarga de opciones. Curiosamente, los resultados del estudio contradicen investigaciones anteriores que sugerían que las personas de zonas rurales tienen más probabilidades de buscar parejas en Internet debido a limitaciones geográficas.
El estudio, realizado por un equipo internacional de investigadores dirigido por la doctora Marta Kowal de la Universidad de Wroclaw, con contribuciones de expertos de la Universidad Nacional Australiana (ANU), utilizó datos representativos a nivel nacional de 50 países de todo el mundo recopilados por el Being Human Lab de la Universidad de Wroclaw, dirigido por S. Craig Roberts. Los investigadores estudiaron a 6.646 personas en relaciones, examinando cómo encontraron a sus parejas y el impacto que esto tuvo en la satisfacción de la relación.
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En promedio, el 16 por ciento de los participantes conocieron a sus parejas por Internet, cifra que aumenta al 21 por ciento entre aquellos que iniciaron sus relaciones románticas después de 2010. “Los participantes que conocieron a sus parejas en línea informaron una menor satisfacción en la relación y una menor intensidad del amor experimentado, incluyendo intimidad, pasión y compromiso, en comparación con los que se conocieron fuera de línea”, señala el coautor del estudio y estudiante de doctorado de la ANU, Adam Bode.
Según los investigadores, varios factores podrían explicar los hallazgos del estudio, incluido el hecho de que las parejas que se conocen fuera de línea tienden a ser más homógamas (o tienen características similares) que las que se conocen en línea. “Los antecedentes sociales y educativos similares pueden influir positivamente en la calidad de las relaciones al fomentar un mayor apoyo y aceptación social, experiencias de vida compartidas y una alineación de valores y visiones del mundo”, afirma Bode.
Contrariamente a hallazgos anteriores, tampoco encontraron evidencia de que las personas más jóvenes fueran más propensas a conocer pareja en un entorno web. Esto sugiere que navegar por los espacios en línea se ha vuelto accesible para todos los grupos de edad.
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Los investigadores creen que las motivaciones para las citas por aplicaciones o ‘on line’ han evolucionado con la “cultura del deslizamiento”, que describe la naturaleza inmediata de las aplicaciones de citas y donde prevalece la prioridad del atractivo físico por sobre un proceso de selección exhaustivo.
Mientras que los primeros usuarios buscaban parejas para toda la vida, los usuarios modernos buscan cada vez más relaciones casuales. Esta tendencia hacia relaciones a corto plazo y menos comprometidas puede, a su vez, contribuir a una menor calidad de la relación.
La otra complicación que ocurre las aplicaciones de citas es el riesgo de ignorar posibles señales de alerta que son más evidentes en las interacciones de la vida real. Dado que las citas en línea siguen creciendo en todo el mundo, nuestros hallazgos subrayan la necesidad de reforzar el apoyo para mejorar la calidad de las relaciones entre todas las parejas, en particular entre aquellas que conocieron a sus parejas en línea.
Fuente: Europa Press.
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Exceso de pantallas aumentaría riesgo cardiometabólico en niños
Pasar demasiado tiempo frente a una pantalla —ya sea una tableta, un teléfono o un televisor— puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y metabólicas en los niños, según un estudio realizado en Dinamarca. “Los niños y jóvenes que pasan demasiadas horas pegados a las pantallas y dispositivos electrónicos pueden presentar un mayor riesgo de enfermedades cardiometabólicas, como hipertensión arterial, colesterol alto y resistencia a la insulina”, indica el estudio publicado en la revista Journal of the American Heart Association, según un comunicado de esta última.
Estas condiciones aumentan posteriormente el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares o diabetes. Utilizando datos de cohortes de niños de 10 y 18 años —más de 1.000 en total— sobre sus hábitos de uso de pantallas y de sueño, los investigadores analizaron la relación entre el tiempo de pantalla y los llamados factores de riesgo cardiometabólico.
El análisis reveló que cada hora adicional frente a una pantalla aumentaba el riesgo, siendo este incremento más significativo en los jóvenes de 18 años que en los de 10. Además, el riesgo se agrava cuando disminuye el tiempo de sueño. “Esto significa que un niño que pasa tres horas al día frente a una pantalla tendría un riesgo global de entre un cuarto y medio de desviación estándar superior al de sus compañeros”, estimó David Horner, autor principal del estudio e investigador en la universidad de Copenhague, citado en el comunicado.
“Multiplique eso a nivel de toda una población infantil, y se observa una evolución significativa del riesgo cardiometabólico temprano que podría persistir hasta la edad adulta”, advirtió. Aunque los efectos negativos de las pantallas sobre niños y adolescentes aún no generan un consenso unánime entre los investigadores, la mayoría coincide en que los más jóvenes están más expuestos al riesgo que los adultos.
Fuente: AFP.
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