La jueza federal Rebecca Beach Smith otorgó a una compañía de salvamento el permiso para bajar hasta las profundidades del océano, abrir un hueco en el corazón del transatlántico hundido hace 108 años y rescatar el telégrafo inalámbrico Marconi, el mismo con el que se envió el pedido de auxilio aquella fría noche del 14 de abril de 1912.

La magistrada explica que ha fallado a favor porque el dispositivo Marconi tiene un valor histórico, educativo, científico y cultural significativo. Según RSM Titanic, la empresa que está detrás de la búsqueda, si se recupera el telégrafo es posible que este vuelva a funcionar y eso permitiría escuchar una vez más, y para siempre, la radio del Titanic, la voz del barco.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) se opone a esta misión, ya que considera que el buque es el lugar donde descansan más de 1.500 personas y eso debe respetarse.

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La NOAA asegura que remover la cubierta provocará que los difuntos que quedaron en el lecho del barco sean movidos de su lugar y que el telégrafo probablemente esté destruido, ya que estuvo bajo las aguas del Atlántico por más de un siglo.

Fuente: BBC Mundo

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