Los influencers son personas comunes pero con un arma poderosa: la audiencia. Y esto genera cada vez más relevancia para las empresas y su imagen en el mundo. La publicidad de boca en boca se reinventa, utilizando las redes sociales.

El nombre “Influencers” o “recomendador”, liderada por una suerte de influenciadores a la hora de solicitar tráfico y audiencia en las plataformas digitales, se escucha cada vez más. Los denominados “nano influencers” que están presentes en campañas publicitarias, son en realidad personas comunes y corrientes que las marcas y pymes eligen cada vez más, pues son un vínculo hacia el público consumidor de sus campañas.

Según la representante de Spotlike en Paraguay -empresa Spotlike que se delimita al target de Influencer Marketing- Natali Cohen, actualmente tenemos más de 5.000 influencers locales tanto de Asunción, Gran Asunción, Encarnación y Ciudad del Este.

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Spotlike es una plataforma creada por emprendedores que funciona en Paraguay, Uruguay, Chile y Argentina, que permite conectar influencers con anunciantes y agencias. A tenor de la misma agencia, en el año 2017 América Latina registró una inversión que superó los US$ 150 millones y para este 2018 se prevé un 40% de aumento.

Estas personas poseen un alto nivel de persuasión en sus redes sociales, podemos hablar desde artistas famosos hasta ciudadanos virtuales que supieron cosechar tráfico en sus respectivos blogs y redes sociales. Tal es el caso, por ejemplo, de los bloggers de moda, viajes, cocina, tecnología, entre otros.

Uno de los factores que mueve este fenómeno es la autenticidad. Los microinfluencers no son precisamente celebritys, sino personas con hasta menos seguidores en redes sociales, pero que movilizan comunidades con cada posteo y además poseen una herramienta fundamental: la credibilidad.

Las Pymes eligen cada vez más este tipo de estrategias

El grado de popularidad que tenga el influencer, es directamente proporcional a la cantidad de personas que consumirán el producto anunciado. El mercado todavía es reciente pero avanza e invita a reconfigurar las estrategias comerciales de venta.

La principal razón por la que las pymes optan por esta dinámica es que la inversión en influence-marketing es mucho menor que la que implica contratar publicidad de forma directa en las redes.

Los microinfluencers son por lo tanto una apuesta no por la cantidad de seguidores, sino por la calidad de las ideas que inspiran. Otro factor que beneficia es la audiencia definida, es decir, se apunta al público directamente, sin necesidad de hacer una depuración. De esta manera, el mensaje a comunicar llega claro y al target que se desea.

Los influencers, recomendadores o "embajadores de marca" atraen al público objetivo. Foto: Influencia.online

Se reinventa la publicidad de boca en boca y utiliza ahora otros mecanismos ayudados por el fenómeno tecnológico y las redes sociales. En otras palabras, la confianza en la persona que recomienda cobra fuerza.

Otro punto a favor es que se sustituye la atención al cliente por el influencer, considerando que la persona es accesible a los usuarios y tiene la capacidad de interactuar con los mismos.

El nuevo nicho de la mercadotecnia

Bruno Petcho, Co-Founder de Spotlike, alegó que las redes sociales son el hábitat de los influencers: “Los influencers tal como se conocen hoy nacen con las redes sociales. Las redes sociales democratizaron la fama”.

“Antes solamente aquellas personas con exposición mediática ‘influían’ en las tomas de decisión de compra de la gente. Hoy personas populares en redes que generan contenidos que entretienen a la gente, se transformaron en influenciadores”, comentó.

Ahora bien, cómo saber el grado de rentabilidad, es decir, no es lo mismo ser un espectador que ir a comprar el producto. Sobre es punto, habla de la presencia de las arcas en los contenidos difundidos. “Principalmente el influencer entretiene a las personas. Y sumar un producto o una marca a un contenido que entretiene, genera que la percepción de la marca sea más favorable”, explicó.

El influencer o “recomendador” fortalece el objetivo de la marca, pues avala, usa y recomienda el producto. Los resultados son de alto impacto en el público consumidor y el negocio logra tanto comunicar como posicionar su marca.

En cuanto al promedio de edad al que se llega, señala que los Instagramers por ejemplo, tienen entre 15 a 45 años. Por último, aseguró que esta tendencia “llegó para quedarse” y no se trata de una moda. “Las redes sociales pueden variar. Puede aparecer una y desaparecer otra. Pero la popularidad en redes seguirá existiendo y los influencers se potenciarán cada vez más”, afirmó.

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