Alberto Castro

Fotos: Fernando Riveros

Poco más de las 17 en Brasilia y Siria. Los manteles todavía no están puestos en el famoso restaurante de la esquina, en cuya gigantografía aún entibia el sol. Puertas afuera, el restó La Paraguayita está cerrado. Pasan chicas haciendo footing y cuidadores de perros paseando golden retriever. Puertas adentro, Pedro Chaparro abre el baúl de los recuerdos. O de las añoranzas. El microclima cultiva el lado nostálgico. El ambiente es solemne y expresa su lujo. Desde la cocina, viene un aroma que envuelve. Tal vez de una tarta pascualina o un chipa guazú.

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Presto a remembranzas, el cajero de hace 34 años del local decodifica la memoria en esta especie de biografía autorizada del tradicional restaurante que, detrás de las ventanas, deja ver los melancólicos primeros salones. Creado en 1977, la otrora primera parrillada adoptó un emblemático pollito como ícono. Hasta hoy. Y dice la leyenda urbana que la "paraguayita" hace alusión a la hermana del dueño del lugar (Emilia Villalba). "El restaurante se fundó el 8 de setiembre de 1977. Este año celebró su 40 aniversario. Yo entré en el 83", dice don Pedro.

"El nombre de La Paraguayita tiene un poco de historia. Mi patrón tiene varios hermanos, son cinco varones y una mujer, y el papá formó una parrillada a nivel familiar, casero, y tengo entendido que el nombre de "paraguayita" era por la hermana, de nombre Emilia, la única mujer. Yo lo relaciono así. Digamos, es la leyenda", cuenta.

Detalles no menores son traídos a colación, rescatados del tiempo. Y no surge nada que distraiga nuestra atención en esa catarata de anécdotas, puestas de manifiesto, quizás por enésima vez, en las cercanías del quincho. Fragmentos de la memoria, sobre la mesa.

"Después, cuando crecieron los hijos, se fueron a estudiar a La Plata (Argentina), el señor Esteban Villalba se recibió de ingeniero en Telecomunicaciones y no había mucho trabajo. Entonces, su papá le dijo que el fuerte de ellos es la gastronomía y que el terreno es de ellos. Le dijo que le iba a ayudar, edificaron el salón y le dan el nombre de La Paraguayita. El negocio familiar mas antiguo queda con el nombre de La Paraguaya", rememora.

El secreto está en el buen servicio, según nuestro entrevistado. "Tratamos de mantenernos siempre con la calidad de la comida. Queremos que el cliente se sienta como en su casa. Hay gente que venía con sus hijos y esos hijos hoy vienen con sus hijos", precisó a LUGARES+OCIO. "El dueño es el que mayor interés tiene en que ésto mejore cada día y es el primero en ayudar", graficó.

REALEZA

"Siempre han venido personalidades, gente famosa, importante, artistas. Que yo recuerdo, vino la Reina Sofía de España, vino a cenar a La Paraguayita y quedó encantada con el chipa guasú. Como plato se había servido surubí relleno. Y después vino el hijo, Felipe de Borbón, cuando era soltero todavía. El vino a almorzar. Estaban, coincidentemente, algunas chicas del Colegio Las Teresas, y luego vinieron muchas más del colegio, le rodearon, le pidieron autógrafos y sacaron fotos, todo eso", rememoró.

"La reina llegó sin que nosotros supiésemos que venía. Habían reservado ocho lugares en el jardín y vino mas tarde una persona con acento extranjero, de forma prepotente, a preguntar si ya estaban los lugares y preguntando dónde estaba la mesa. Y yo le dije 'quién pio va a venir, ¿la reina Sofía?'. Y sí, me dijo", relató después. "Después ya escuchamos las sirenas. Llegó, le ubicamos, y pidió una mesa cuadrada", agregó. "Luego, le obsequiamos un cuadro de la carreta campesina", refirió Chaparro, quien es una especie de "libro abierto" del local.

MARQUITOS DE BRIX

"Conseguíme una guitarra y le vamos a hacer una serenata", me dijo Marquitos de Brix, quien se sorprendió muchísimo al ver a la reina Sofía en el restaurante. El concoido cantante venía del Centro Paraguayo-Japonés (CPJ), donde había participado de un homenaje a Amambay Cardozo Ocampo. "Lastimosamente no le pudimos conseguir una guitarra", lamentó Chaparro.

EDICTO

Corría el año 1985 y había edicto policial. "La final de la Copa Libertadores de América se jugaba en Asunción, entre América de Cali y Argentinos Juniors. Juan Angel Napout mandó reservar una mesa para periodistas colombianos de la Red Caracol. El partido se alargó, hubo alargue y penales. Eran las 12:30 y aún no venían los invitados y ya llegaba las una, hora de cierre por el edicto policial. Ya estábamos por cerrar. Y qué le vas a decir al extranjero. No le podés dejar de atender. Y el edicto ése era algo interno nuestro. Así que les esperamos y les atendimos como se debe. Después ya vino la policía y le explicamos. Al día siguiente me citaron a la comisaría y el policía me dice que si se repite este hecho otro dia, no me va a citar sino que me enviará directo a la cárcel", recordó.

MENÚ INICIAL

El menú de fines de los 70 incluyó la parrillada completa, en base a carne vacuna, cerdo y pollo al spiedo. También figuraban -en la carta- las milanesas a la napolitana, lomito relleno, surubí relleno y las exquisitas paellas, además de lo que ya apuntalaba como "fuerte" del local: sopa paraguaya y chipa guasú.

CRECIMIENTO

En sus inicios, La Paraguayita tenía una infraestructura mínima. 100 metros cuadrados de construcción, rodeado de patio. "La gente prefería estar afuera", precisó Chaparro. Una de las constantes del mencionado restaurante es que nunca ha dejado de transformarse. Arreglos aquí, ampliaciones allá, siempre ha ido creciendo e incorporando mejoras. Como el aire acondicionado que dio más opciones a la clientela.

EL SUEÑO DE LA PARAGUAYITA PROPIA

"Según comenarios que yo escuché, de una de las hijas de ODD (Osvaldo Domínuez Dibb), el restaurante Lo de Osvaldo surgió porque ellos venían a almorzar acá. Les gustaba tanto y entonces ella quiso tener su propia Paraguayita", refirió Pedro Chaparro.

PARRILLADA COMPLETA

La parrillada completa tiene un costo de 270 mil guaraníes. "Se calcula para cinco personas, pero fácilmente pueden comer seis o siete personas. Es enorme", dice el portavoz del local.

SERRAT PIDIÓ SURUBÍ A LA CREMA

"Recuerdo que también vino el cantautor español Joan Manuel Serrat, habrá sido por el 89, 90, ya era el gobierno de (Andrés) Rodríguez. Del aeropuerto vino directo a almorzar acá, con una comitiva. El pidió surubí a la crema. Estaba con él Jorge Garbett, quien era nuestro cliente.

DUEÑO

El ingeniero Esteban Villalba es el dueño del local. Desde sus inicios, en 1977.

ACTRICES

"Verónica Castro y Lucía Méndez también vinieron en su momento a nuestro restaurante. Se sirvieron parrillada y comidas típicas, hubo serenata y todo", señaló Pedro Chaparro.

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