Por Yvelice Villalba M.
Fotos: Néstor Soto.
Con una voz pausada, suave, melódica, recibió a Palabras+Ideas la poeta que ganó este año el Premio Nacional de Literatura. Se trata de Susy Delgado (67 años), destacada periodista, prolífica escritora y promotora cultural. Ella culminó recientemente su importante trabajo de traducción de los poemas de Roa Bastos, que próximamente se lanzarán, para hablar de su amor por los versos, su pasión por el idioma guaraní, su premio y el compromiso de seguir trabajando por la difusión de la literatura en guaraní.
Susy empezó a escribir siendo adolescente en un colegio de San Lorenzo, donde estudiaba, pero por su extrema timidez recién publicó su primer poemario "Algún extraviado temblor", en 1986, con un prólogo de Rubén Bareiro Saguier y un comentario de Augusto Roa Bastos, dos grandes escritores. "La verdad que empecé con demasiada suerte y después conocí a otra gente que me animó a seguir publicando, lo que fuí haciendo en una periodicidad de dos años más o menos", recuerda Susy.
Desde entonces, ha venido publicando libros mayoritariamente identificados con el género de la poesía, al principio en castellano y luego en guaraní.
La poetisa nació en San Lorenzo, ella y su hermana se criaron con sus abuelos y su madre en un poblado rural de Capiatá. Esa vivencia profunda que tuvo con la vida campesina ha sido recurrente en sus obras. También recuerda que la familia Ferreiro, cuyos dos hijos eran compañeros de colegio, fue una figura importante que le incentivó a la lectura y la escritura. "La casa de los Ferreiro era mágica, llena de libros y obras de arte. Allí descubrì mi pasión por la lectura", cuenta Susy.
A sus 20 años, ya con su título de licenciatura en Medios de Comunicación por la Universidad Nacional de Asunción, decidió "volar" de su casa y buscar suerte en otro horizonte, la capital argentina, Buenos Aires. Allí se animó a asumir otra pasión que tenía guardada: la danza contemporánea, con los mejores maestros de la época, de la capital porteña. "Aunque tenía mis años, mi cuerpo tenía todavía flexibilidad, e hice realidad ese deseo que tenía desde chiquita, bailar; de hecho ´siempre levantaba polvareda bajo el mango´", recuerda con una sonrisa en los labios. Vivió durante 4 años en Buenos Aires, hasta que se produjo el golpe militar en la Argentina, en 1976, y decidió volver al país, para seguir dedicándose a la danza por unos 15 años más, aunque también seguía escribiendo poemas, pero los tenía bien guardados. Además, en un lapso dos años, estuvo viviendo en España para hacer un postgrado en Sociología, en la Universidad Complutense de Madrid.
De hecho escribir y publicar literatura para Susy siempre fue una pasión muy fuerte, porque no le redituaba económicamente, pero para mantenerse trabajaba en periodismo, al principio en forma independiente con algunos semanarios y luego integrándose a algunas editoriales periodísticas como Hoy y finalmente La Nación, de Paraguay, siendo una de las labores que desarrolló por más de 35 años. En esta última década vino trabajando como asesora de lenguas y literatura de la Secretaría Nacional de Cultura, ofreciendo talleres sobre poesía y narrativa e incentivando a los escritores postergados a participar de concursos de literatura. En esta entrevista Susy nos cuenta sobre sus obras, el Premio Nacional de Literatura y sus proyectos más próximos.
-¿En qué tiempo empezaste escribiendo poemas y quienes fueron tus promotores?
Empecé muy jovencita, en la época de colegio. Creo que la familia Ferreiro fue una gran promotora de mi vocación. Cuando me animé a publicar mi primer poemario "Algún extraviado temblor", en 1986, tuve el apoyo de Rubén Bareiro Saguier y Augusto Roa Bastos. La verdad que empecé con demasiada suerte y después conocí a otra gente que me animó a seguir publicando, porque escribir poesía en ese tiempo era cosa de gente tekorei (ociosa) o de gente que andaba en cosas raras. Por ejemplo cuando yo ingresé en el taller de Ortiz Guerrero, en los años 80, la situación política del país no era la más buena, teníamos compañeros presos y contábamos con algunos pyrague (informante del gobierno de Stroessner) controlándonos, como si los poetas íbamos a hacer algo con la poesía. Bueno, tal vez podíamos agitar un poco el ambiente porque en ese tiempo había muchos recitales de poesías en las facultades (Medicina, Derecho, Filosofía). Tal vez con la metáfora decíamos lo que no se podía decir directamente, y se tomaba a los recitales de poesía como lugares de protesta.
-Tus primeras obras son en español, ¿en qué momento decidiste escribir en guaraní?La verdad que empecé a escribir en guaraní mucho tiempo después de iniciarme con el castellano. Recuerdo que en los años 80 trabajaba en una publicitaria y un día me pidieron un texto en guaraní, un pequeño guión radial para Los Compadres, y ese fue el día en que descubrí que podía escribir en guaraní. Despuès fui mejorando mi grafía, leyendo libros, no me fue difícil porque la lengua estaba en mí, era mi lengua materna. Entonces fue una maravilla descubrir que podía escribir en mi lengua y a partir ahí ya no paré más.
En 1987 publiqué mi primera obra en guaraní: Tesarái mboyve; (Antes del olvido), que cuenta con traducción de Carlos Villagra Marsal y Jacobo A. Rauskin.
-Tus obras en guaraní son más de tinte social, son bastante diferentes de tus poemas en castellano, ¿a qué se debe eso?
Si, así es. El guaraní automáticamente me lleva a mi infancia y hacia el mundo del pueblo, la mujer campesina, con sus vicisitudes. Creo que la lengua guaraní está muy relacionada con ese mundo. Y mis escritos en castellano están más relacionados con la mujer urbana. Pero eso fue al principio, luego con los años descubrí que esos mundos paralelos se podían conectar. Además, después de mucho reflexionar sobre las lenguas en contacto, ví que ninguna lengua tiene total pureza, y fui aceptando que entre nuestras dos lenguas existe esa mezcla, el llamado jopara.
-Y asumiste la mezcla lingüística como materia prima?
Reflexione mucho y un buen día asumí eso como escritora. Creo que cualquier escritor o escritora tiene que asumir esa materia prima que tiene: la lengua viva. Es parte de su realidad. Y creo que otros poetas lo hicieron en su momento, como Emiliano R. Fernández, a quien admiro profundamente; él escribió maravillosamente con esa mezcla. Con los años me di cuenta, a través de las lecturas, que las lenguas puras no existen, todas las lenguas se mezclan, y a su vez no paran de mezclarse con otras lenguas con las que están en contacto. El ejemplo más cercano es el que tenemos con el castellano, que es una mezcla infernal de lenguas anteriores. Pero también el tema exige una lengua más castiza o una más viva y flexible.
-¿El escribir en guaraní o en jopara le identifica más a tus lectores?
Y cada tipo de escritura tiene su público. Creo que los jóvenes lectores tienen mayor apertura por los textos que tienen mezclas, eso es lo que yo percibo cuando estoy en contacto con ellos, en algunas actividades, y a través de este premio que me llegó, que es precisamente a un libro de ese tipo. El jurado estuvo integrado por personas bastante rigurosas y eso me hace pensar que mi trabajo pareciera que está llegando a la gente.
-¿Cuál es la esencia de tu obra Yvytu Yma, ganadora del Premio Nacional de Literatura?
El tema central que desarrollo en la obra es sobre la metáfora del tiempo. Es un libro medio "plagueón", porque todos cuando llegamos a cierta edad nos preocupamos por el tiempo; uno empieza a ver que la parte más importante o gruesa de su vida ya vivió y piensa: "mbykyvéma hína la chera'äröva" (me queda menos tiempo vida). Entonces uno empieza a preocuparse por el tiempo y a valorizarlo terriblemente. Este poemario es un poco plagueón por todas las cosas que todavía quiero hacer en mi vida.
-¿Qué significa para vos ganar el Premio Nacional de Literatura?
Fue una gran sorpresa, aunque tengo algunos amigos que aprecian mi trabajo, que solían decirme que podía ganar el Premio Nacional, pero yo les contestaba que nunca me iban a dar porque la poesía no gusta a todos. En realidad es mi editor (Cayetano Quattrocchi de Arandurá), el que presenta mis obras a los concursos. La noche antes del anuncio, me llamó uno de los miembros del Jurado a anticiparme la noticia, y yo no le creí. Pero me insistió, y me dijo: mañana vas ver. Efectivamente a la mañana siguiente me llamaron del Senado, y en un primer momento fue un tremendo asombro. Luego de evaluarlo bien, este premio me crea un mayor compromiso con el idioma guaraní. De hecho que en los últimos años, venía reflexionando mucho sobre el guaraní y fui sintiendo que tenía un compromiso con mi gente, con mi comunidad, unas ganas cada vez más fuertes de darle algo. Por eso, esos talleres que doy en el interior del país son tan importantes para mí, porque es una modestísima manera de darle algo a mi gente, como escritora. Por cierto, el resultado es tremendamente gratificante y con este premio ese sentimiento se me agranda. Y mi pregunta es: "socorro, mba'éiko la ajapova'erä ko´äga" (socorro que puedo o debo hacer ahora). Tengo que hacer algo más para ser digna de este premio que voy a recibir.
-Pero creo que estás haciendo mucho por la literatura, por el guaraní, con los talleres y concursos?
Ojalá. Esa labor la vengo haciendo desde que entré a la Secretaría Nacional de Cultura (alrededor de 10 años) y está dando sus frutos. Actualmente existen muchos concursos importantes y los jóvenes se están atreviendo a escribir sin miedos, o a desarrollar sus proyectos de teatro, de cine, de lo que sea. Ndaipóri ojapo'ÿva hikuái (no hay cosa que no saben hacer). Y creo que eso es genial, porque entre ellos existen grandes talentos.
Por otro lado, tenemos la intención, con la Sociedad de Escritores del Paraguay, de mejorar las herramientas legales que se refieren a la labor del escritor, ya tenemos un anteproyecto de Ley del Libro, que está esperando tratarse en el Parlamento, y queremos cambiar la Ley del Premio Nacional de Literatura, para que se vaya galardonando alternativamente al castellano y al guaraní, para estimular la producción en los dos idiomas nacionales, porque en más de 20 años de creación de la Ley del Premio Nacional de Literatura es la segunda vez que un autor en lengua guaraní fue premiado. Primero fue Carlos Martínez Gamba y ahora recayó en mi.
-¿Cómo ves el crecimiento de la literatura paraguaya?
Teniendo en cuenta dos perspectivas: una para adentro y otra para afuera, puedo decir que dentro del país estamos mucho mejor, con una producción creciente, cada vez más madura. Tenemos muchos premios importantes en el país y una camada nueva de escritores jóvenes muy prometedora. Che alee ikatúva guive la ojapova hikuái (yo leo todos los escritos que hacen, toda vez que pueda). Yo sigo mucho a los jóvenes y creo que hay talentos impresionantes, que nos ganan lejos a las generaciones anteriores, porque manejan la herramienta de la tecnologìa, y eso les da muchas posibilidades.
Y con relación a los que nos ven desde afuera, creo que seguimos mal, porque nuestra literatura sigue siendo la de "una isla rodeada de tierra", como decía Roa Bastos. Se conoce muy poco todavía a la literatura paraguaya. Tenemos que trabajar en una forma más fuerte para buscar caminos de difusión para el libro paraguayo. Eso está en pañales todavía y creo que tiene que ser apuntalada con una política cultural más agresiva. Creo que se está haciendo todo lo que se puede, se está caminando hacía ahí, pero ese proceso es muy lento. Yo conozco alrededor de 10 investigadores extranjeros que se interesan por la literatura paraguaya y suelen venir para buscar materiales, solo que estamos muy desconectados del mundo. Nosotros deberíamos hacerles llegar nuestras obras a Estados Unidos, Francia, España y otros países, porque también existen estudiantes que buscan bibliografía paraguaya y no encuentran…
– Actualmente ¿en qué trabajos estás enfocada?
Estoy culminando un proyecto grande de traducción, que está a punto de publicarse este fin de año. Me atreví a dar el gran salto de traducir a Augusto Roa Bastos. Hice una selección de los poemas que me parecían traducibles. Heta añorairö hendive kuéra (Me pelee mucho con ellos para traducir), porque no es fácil llevar al guaraní los textos complejos y profundos de Roa. Y me animé a hacer el esfuerzo porque creo que le hacia mucha falta a la lengua guaraní. De hecho que la traducción al guaraní es también otra pasión que descubrí en los últimos años.
-¿Cuántos libros bilingues tenés?
Todos mis libros nacidos en guaraní aparecieron bilingües y también tengo dos antologías bilingües de literatura guaraní y otros libros que incluyen traducciones, pero creo que la traducción de los poemas de Roa Bastos será una de las más importantes. Estuve alrededor de 8 meses, consultando diccionarios y libros, barajando todas las formas posibles de traducir algunas palabras, tratando de descifrar y traducir el matiz que había en cada verso. El idioma guaraní es muy diferente al castellano, tiene demasiados matices y funciona de otra manera. De acuerdo a lo que he aprendido de los grandes maestros, traducir no solo implica acercarse al espiritu original sino acercarse a la música original del texto que se traduce. Es una tarea apasionante, que implica paciencia, investigación y sensibilidad.
-¿Y en cuánto a tus proyectos pendientes?
Tengo dos poemarios que están listos para publicarse. Uno de ellos es continuidad de Yvytu yma, y el otro es un poemario de canciones infantiles, de un tono diferente. Después tengo muchos escritos sueltos.
También me gusta mucho hacer antologías. He tenido muy buena receptividad con las antologías de literatura paraguaya bilingüe (castellano y guaraní) que hice, que se están empezando a utilizar no solo aquí en Paraguay, sino en el exterior. Yo creo que las antologías bilingües abren puertas a los escritores de lengua guaraní y estoy muy contenta por eso, porque tengo conocimiento de que profesores y estudiantes están usando esos libros míos en Chile, Perú, Brasil y Europa. Por eso me gustaría seguir haciendo antologías, a pesar de que existe gente que no entiende bien lo que es hacer antologías. Una antología significa hacer una selección, debe tener una temática, un margen de edad, un enfoque específico, y siempre va haber gente que quede fuera, porque es imposible que todos aparezcan. Este año por ejemplo hicimos una antología de poesía y narrativa con la Sociedad de Escritores y los que no fueron incluidos nos criticaron mucho, sin embargo detrás de esas antologías van a entrar todos, porque detrás de esas antologías vienen los investigadores a preguntar qué hay más en Paraguay. Una antología es una puerta importante. Por eso deseo hacer otras antologías con otro enfoque, con otro grupo etario. Yo me considero una ferviente "antologuera" y creo que el idioma guaraní también se merece antologías.
-¿Crees que la literatura en guaraní va a crecer?
Por suerte el guaraní se está afirmando, mucha gente se está acercando al guaraní. Por ejemplo muchos artistas, periodistas se están acercando al guaraní y eso es muy bueno. Yo animo vivamente a la gente que se acerque a la lectura e intente escribir en guaranì. La lectura es el mejor maestro. En la vida todo es cuestión de ejercicio, de trabajo. El guaraní es nuestra lengua ancestral, debemos acercarnos a ella, parafraseando un poco lo que decía Roa Bastos: "el guaranì es como un río profundo que corre bajo todas las cosas que hacemos los paraguayos".
RECUADRO 1
Obras
-En castellano: Algún extraviado temblor (1986); El patio de los duendes (1991); Sobre el beso del viento (1995); La rebelión de papel (1998); Antología primeriza (2001); La sangre florecida (2002) y Las últimas hogueras (2003).
-Obras en guaraní: Tesarái mboyvé -Antes del Olvido (1987); Tataypýpe – Junto al fuego (1992); Ayvu Membyre – Hijo de aquel verbo (1999); Ñe'ë jovái – Palabra en dúo (2005); Jevy ko'ë – Tyre'ÿ rape – Camino del huérfano (2008); Ogue jave takuapu – Cuando se apaga el takua (2010); y Yvytu Yma (2016).
-Tiene además varias antologías de literatura paraguaya y literatura guaraní, dos volúmenes de cuentos y varios libros para niños .
-Se dedicó al periodismo durante casi cuatro décadas y reunió una selección de las entrevistas y notas especiales realizadas en esos años, en el libro A dos tintas.
-Ha ofrecido conferencias y ponencias sobre literatura paraguaya y, en especial, sobre literatura guaraní, en numerosos encuentros internacionales en América Latina, Europa y Japón y parte de su obra ha sido traducida al inglés, al portugués, al alemán, el gallego y el francés.
RECUADRO 2
Premios y distinciones
-1991: Premio Radio Curupayty, por su obra El patio de los duendes.
-1991: Primera finalista del Premio de Literaturas Indígenas, Casa de las Américas, Cuba.
-1992: Premio Junta Municipal, compartido con Jorge Montesino.
-2004: Premio al Mérito Cultural del Mercosur.
-2005: Premio Cide HameteBenengeli de la Universidad Toulouse Le Mirail y Radio Francia Internacional.
-2006 y 2016: Segundo Premio Municipal de Literatura.
-2017: Premio Nacional de Literatura.
-Sus obras literarias, especialmente las escritas en guaraní, han sido estudiadas y fueron tema de tesis e investigaciones realizadas por especialistas y estudiantes de América y Europa.