La esperada gala de la 91 edición de los Premios Oscar estuvo espléndida, pero no con ese brillo acostumbrado que despliegan ciertas figuras cuya presencia en la Red Carpet siempre marcan las pautas en el mundo de la moda.
No se vieron estilismos descollantes de esos que dejan impactados, pero el glamur no estuvo tampoco del todo ausente en el Teatro Kodak de Los Ángeles. Como no podía ser de otra manera, las celebrities sacaron lo mejor –y lo peor– para acudir a esta cita tan emblemática del séptimo arte donde los grandes diseñadores tienen el más exclusivo escaparate para exhibir sus creaciones de la mano de actrices de la talla de Charlize Theron o Julia Roberts, Jennifer López, Glen Closse, Emilia Clark o Lady Gaga. No fue extraño que este año el tono predominante fuera el rosa –como un guiño a los movimientos reivindicativos de las mujeres– en todas sus variantes, en texturas que fueron desde seda, gasa y tul hasta encajes; joyería evaluada en millones de dólares complementaron el look escogido por las famosas entre quienes como siempre hubo llamativos desaciertos en la elección de sus atuendos.