El galardonado director de Hollywood Peter Jackson y su pareja compraron un terreno en la costa de Nueva Zelanda para preservar la naturaleza, informaron este viernes, una iniciativa que busca impedir un controvertido proyecto urbanístico. Estas tierras, ubicadas en la bahía de Shelly Bay, en la capital Wellington, formaron parte de una base militar y estaban en la mira de promotores inmobiliarios que querían construir 350 apartamentos, un hotel y una fábrica de cerveza.
Este plan, que tenía un costo de 298 millones de dólares, dividió a los residentes de la zona e incluso movilizó una ocupación que duró dos años de la población indígena maorí para bloquear el proyecto. Tras una pugna judicial de varios años, Jackson, originario de Wellington, y su pareja la guionista y productora, Fran Walsh, compraron el terreno.
Lea más: Cine paraguayo en acción: “Leal 2″ se estrena hoy en salas nacionales
“Es una zona costera maravillosa que tiene un gran significado cultural e histórico”, afirmaron Jackson y Walsh en un comunicado conjunto. La pareja afirmó que, a largo plazo, tienen pensado buscar formas de que el terreno “sea utilizado tanto para las artes como para la recreación”.
El precio de la venta no fue divulgado. Jackson es un premiado cineasta que tiene varios Óscar y ha dirigido exitosas producciones como “El señor de los anillos” y “El Hobbit”. Más recientemente dirigió el documental sobre la Primera Guerra Mundial “They Shall Not Grow Old” (2018), así como la aclamada miniserie de tres episodios “The Beatles: Get Back” (2021), sobre la última sesión de grabación del famoso cuarteto de Liverpool.
Lea también: Venecia: esperan que “algo bueno” salga de la huelga en Hollywood
Fuente: AFP.
Dejanos tu comentario
Conductor descubrió a una niña de dos años dentro de una maleta
Una mujer fue detenida ayer domingo en Nueva Zelanda por viajar en un autobús con una niña de dos años dentro de una maleta y fue acusada de maltrato infantil y negligencia, indicó la policía. Los agentes acudieron a una terminal de autobuses en Kaiwaka, a unos 100 kilómetros al norte de Auckland, después de que el conductor del autobús notara durante una parada que una de las maletas se movía, indicó el inspector Simon Harrison.
“Cuando el conductor abrió la maleta, descubrió a la niña de dos años”, dijo el policía. “La pequeña tenía mucho calor, pero por lo demás parecía físicamente ilesa”, indicó. El equipaje iba guardado en un compartimento separado, debajo del área de pasajeros.
Harrison informó que la niña está hospitalizada y se le está realizando una evaluación médica exhaustiva. La mujer, de 27 años, fue arrestada. Según el policía, el conductor evitó “lo que pudo haber sido un desenlace mucho peor” y apuntó que no se descartan más cargos.
Fuente: AFP.
Lea más: Motín en cárcel de México deja siete muertos y once heridos
Dejanos tu comentario
Auckland City hizo historia
El modesto equipo semiprofesional de Nueva Zelanda recibió 17 goles, marcó una vez y se embolsó una cantidad de dólares en premios que supera ampliamente su presupuesto anual.
- Fotos Mundial de Clubes
El modesto Auckland City, club semiprofesional de Nueva Zelanda, tuvo un premio de 3,58 millones de dólares solo por participar del Mundial de Clubes 2025 en los Estados Unidos, cifra a la que agregó otro millón de dólares por el empate (1-1) ante el famoso Boca Juniors de la Argentina.
El dinero cambió la historia del club y de sus jugadores, al punto que se generó un conflicto. No hay claridad sobre cómo se va a repartir el efectivo entre jugadores, cuerpo técnico y dirigencia. Un litigio con la Federación de Fútbol de Nueva Zelanda debe determinar quién administra y cómo se distribuye el dinero.
No ganaron, le encajaron 17 goles y se eliminaron en primera ronda, pero quién les quita lo bailado.
El equipo más humilde del torneo fue integrado por futbolistas que trabajan de albañiles, peluqueros o profesores. Casi todos pidieron permiso en sus trabajos para representar al país en el millonario torneo organizado por la FIFA en suelo norteamericano.
Fueron vapuleados en sus primeros dos partidos, en el tercero hicieron pasar vergüenza a Boca Juniors con un empate 1-1. Además del premio económico, recogieron el reconocimiento mundial. Algunos jugadores ganan 90 dólares semanales. El Mundial de Clubes premió el esfuerzo y la entrega. La campaña nunca será olvidada en Nueva Zelanda.
Profesor goleador
Un protagonista que ganó notoriedad fue Christian Gray, defensor central y profesor de educación física de un colegio de Auckland. Marcó a grandes estrellas del fútbol como el británico Harry Kane y el uruguayo Edinson Cavani. Su despliegue fue notable con el agregado de anotarle el gol de cabeza a Boca Juniors. Fue recibido como héroe por sus alumnos y colegas profesores a su retorno.
Vuelta a la realidad
El plantel volvió a la realidad en Nueva Zelanda. Esos jugadores semiprofesionales retomaron sus trabajos tras retirarse del Mundial de Clubes “como campeones”. Enseñaron que no todo es dinero en el fútbol, incluso es motivo de divisiones. Auckland City no triunfó en el campo, pero se llevó el respeto de aficionados que aman el fútbol.
“Fue surrealista, pero ahora tengo que poner las notas a mis alumnos. Lo más duro es tener que entrenar después de un día largo de trabajo. Todos en el Auckland tienen oficios”.
EL PLANTEL Y SUS OCUPACIONES
Jordan Vale – Defensor – Profesor de escuela.
Christian Gray – Defensor – Profesor de escuela.
Regont Murati – Defensor – Empleado de logística.
Adam Mitchell – Defensor – Agente inmobiliario.
Alfie Rogers – Defensor – Representante de ventas en una refresquera.
Joe Lee – Mediocampista – Servicio al cliente en telefonía.
Dylan Manickum – Mediocampista – Asistente de ingeniero de obra.
Mario Ilich – Mediocampista – Jefe de ventas en una refresquera.
Ryan De Vries – Delantero – Chapista.
Angus Kilkolly – Delantero – Encargado de una fábrica de herramientas.
El zaguero Adam Mitchell dejó su puesto como agente inmobiliario (basado en comisiones), usando días libres para competir en la justa.
Conor Tracey, arquero titular, rota los fines de semana su ocupación en un almacén farmacéutico veterinario con prácticas nocturnas.
LA CAMPAÑA
Auckland City 0-10 Bayern Munich.
Stadium de Cincinnati, Ohio.
Auckland City 0-6 Benfica.
Exploria Stadium de Florida.
Auckland City 1-1 Boca Juniors.
Geodis Park de Nashville, Tennessee.
Gol: Christian Thomas Gray (AC).
Dejanos tu comentario
Director de “Duna” encabezará la nueva película de James Bond
- Los Ángeles, Estados Unidos. AFP.
Denis Villeneuve dirigirá la próxima película de James Bond, a cargo de Amazon MGM, anunció el estudio ayer miércoles. El realizador francocanadiense, que viene de dirigir “Duna”, dijo en un comunicado de Amazon que el proyecto es “una gran responsabilidad”, así como también “un gran honor”
“Soy un fan incondicional de Bond. Para mí, es un personaje sagrado”, agregó Villeneuve. “Crecí viendo películas de James Bond con mi padre (...) Tengo la intención de honrar la tradición y allanar el camino para muchas nuevas misiones por venir”, añadió.
“Es un honor para nosotros que Denis haya aceptado dirigir el próximo capítulo de James Bond. Es un maestro del cine cuya filmografía habla por sí sola”, dijo Mike Hopkins, responsable de Amazon MGM Studios y Amazon Prime. El gigante, que está a cargo de la saga del espía más famoso del mundo, anunció además que Tanya Lapointe fungirá como productora ejecutiva, mientras que Amy Pascal y David Heyman serán productores de la muy esperada cinta.
Lea más: Homenajearán a Julie Banks por el Día del Documentalista 2025
Lo que sigue siendo un misterio es quién se pondrá en los zapatos de James Bond, quien fue encarnado por Daniel Craig hasta 2021, cuando se despidió del personaje tras el estreno de “Sin tiempo para morir”. La saga cambió de dueños después de esta cinta. Amazon pagó casi 8.450 millones de dólares para comprar en 2022 el legendario estudio de Hollywood MGM, que incluía el catálogo de las antiguas películas de James Bond.
Pero durante tres años, el gigante de la distribución se topó con la resistencia de Barbara Broccoli y Michael Wilson, los productores históricos de la saga, que guardaban celosamente sus derechos sobre las películas. Amazon llegó finalmente a un acuerdo financiero con ellos en febrero para hacerse con el control creativo de la franquicia.
Lea también: Tras la estela de Top Gun, “F1” llega al cine de la mano de Brad Pitt
El acuerdo, por un valor no revelado, permitirá a la compañía de Jeff Bezos pilotar las próximas aventuras de Bond. Algunos fans temen que el personaje sea sobreexplotado por Amazon, que podría multiplicar el número de películas o incluso estrenar series y producciones derivadas en su streaming Prime.
Villeneuve viene de dirigir las dos partes de la saga de ciencia ficción “Duna”, que conquistaron las codiciadas nominaciones al Óscar a la mejor película. La segunda parte de la franquicia recaudó el año pasado 700 millones de dólares en taquilla y ganó dos Premios de la Academia a mejor sonido y mejores efectos especiales.
Dejanos tu comentario
Daniel Burman: “El cine revela las cosas que la sociedad niega”
- Fotos: Pánfilo Leguizamón
En esta edición del programa “Expresso”, del canal GEN/Nación Media, Augusto dos Santos recibe al director de cine argentino Daniel Burman, quien se encuentra de visita en nuestro país por razones de trabajo. Además de algunas de sus producciones y de la función del cine en nuestros tiempos, Burman habla de la construcción de la identidad y de la necesidad de que la sociedad aprenda a sentir como propio el dolor de los otros.
Daniel Burman nació el 29 de agosto de 1973 en Buenos Aires; es conocido por la serie “Iosi, el espía arrepentido” (2022), así como las películas “Esperando al mesías” (2000), “Todas las azafatas van al cielo” (2002), “Derecho de familia” (2006), “El rey del Once” (2016), además de “El abrazo partido” (2004), galardonada con el Gran Premio del Jurado del Festival de Berlín. Otros títulos destacados: “El nido vacío” (2008), “La suerte en tus manos” (2012), “Dos hermanos” (2010), “El misterio de la felicidad” (2013). Su último trabajo es “Transmitzvah” (2024).
–Hay mucho que hablar de cine, pero mi primera pregunta es bien provinciana. ¿Qué le trae por el pueblo, don Daniel?
–Un montón de cosas. Es muy curioso. A veces en mi actividad ocurre que hay algo que va más allá de lo racional y hay una alineación de proyectos que te empiezan a llevar a todos lados. Ahora hay tres proyectos muy importantes en diferentes etapas que me empezaron a traer para Paraguay. Todo empezó con Andrés Gelós, que es un gran amigo y colega y colaborador que me viene hablando de Paraguay hace muchos años. Yo no conocía a Asunción, es increíble, estando a una hora y media. Entre paréntesis, es impresionante el desconocimiento que tenemos de un país hermano, vecino, que cuando entré a Asunción no tenía nada que ver con el prejuicio o el preconcepto. Me quedé muy sorprendido de lo que tiene que ver con el sector audiovisual del enorme potencial, el enorme presente también, porque el potencial siempre habla como de algo por venir. Lo que está sucediendo con el audiovisual en Paraguay y las posibilidades que se están abriendo en esta coyuntura son increíbles.
–Este vaticinio de que la pandemia en algunos aspectos era un punto de inflexión en nuestra manera de ver, de reflexionar las historias, ¿sucedió?
–No, no sucedió, no va a suceder y tiene todo el sentido porque uno de los mecanismos más comunes que tenemos todos y más activos, más presentes, una de las mayores herramientas de su providencia es la negación. Vivimos en estado de negación permanente, primero negamos quiénes somos todo el tiempo y también ni hablar de las situaciones externas que la vivimos negando. Entonces era de esperar que neguemos la pandemia, el efecto traumático y, sobre todo, neguemos lo que nos reveló sobre nosotros mismos, sobre nuestra vulnerabilidad, sobre su fragilidad y tiene un sentido. No juzgo ese mecanismo. La supervivencia incluso en condiciones óptimas de alimentación y sanitarias es muy compleja por la propia crisis existencial de estar, con lo cual entiendo que hayamos tirado en un abismo todo aquello que aprendimos en esos tiempos tan dramáticos.
IDENTIDAD POLIFACÉTICA
–Estaba reflexionando de que Argentina debe ser de los cines, después de Hollywood probablemente, obviamente Israel supongo, que más incurren en la temática judía.
–Tiene que ver con que hay una comunidad judía muy grande y también una diferencia con las demás comunidades judías. La dicotomía identitaria no ha existido en gran parte de la comunidad. Yo siempre he sido judío y argentino al mismo tiempo y nunca me puse a preguntar cuánto había de cada uno, no hay ninguna dialéctica digamos porque también creo personalmente que la identidad es absolutamente polifacética y soy judío y soy padre y soy hijo y soy argentino y soy una persona de cuentitos y soy un montón de cosas y no soy nada al mismo tiempo. Soy la persona que busca saber quién es como cualquiera de nosotros. Creo que tiene que ver con eso, que también no nos tuvimos que aferrar a esa identidad de una manera reactiva. Encima viniendo del país que sufrió los atentados terroristas más cruentos contra la comunidad judía fuera de Israel.
–Quiero detenerme en “Iosi”, una de las series más vistas acá en Paraguay. Fue un episodio muy fuerte a partir de toda esa fortaleza que tuvo unos años de incertidumbre al respecto de si se hacía justicia o no se hacía justicia, ¿no?
–Sí, no se hizo justicia finalmente. Y creo que también lo que quise reflejar, o sea, la sociedad argentina se anestesió ante la falta de justicia y que la impunidad formó parte de la identidad colectiva. Es algo tremendo. Pero me parece importante que la impunidad no es responsabilidad de un político o de una época política, es de una época de la sociedad en la cual la gente estaba anestesiada y admitía que la impunidad era un activo social con el cual se podía vivir y muy bien.
–Que tiene un pariente, que es el miedo.
–Ojalá fuera el miedo. Yo creo que es más la desidia, porque básicamente nadie soporta la impunidad respecto a uno mismo. Las víctimas nunca soportan la impunidad, esto está claro. El chiste es que la sociedad que no es directamente influenciada por un hecho lo sienta como propio. A mí me fascina el concepto de Spinoza sobre la escala del amor y la generosidad. Uno puede amar a cualquiera pero la generosidad es actuar como si uno amara al otro. Esto es lo mismo, que la sociedad actúe como si hubiera sido lesionada ella misma y cuando eso se desarticula puede existir la impunidad. Entonces básicamente hablamos de un cierto quiebre en el contrato social, de cierta dilución de una empatía.
VERDADES OCULTAS
–¿Te parece que el cine sigue reivindicando el lugar de la verdad?
–Una de las misiones del cine, porque cristaliza de manera física y evidencia ciertas verdades o a contrario sensu, que es más fácil porque darle un lugar de portador de verdad es un poco riesgoso, evidencia estos momentos de impunidad, estos momentos de la verdad que es mirada o atacada, que no es lo mismo que ser un lugar de definición de verdades. Yo en “Iosi” no digo “el atentado lo hizo tal persona”, porque la Justicia es la que tiene que hacer eso. Yo lo que digo es que durante 30 años se construyó una conspiración de actores muy diferentes de la sociedad, todos alineados de manera sincronizada para garantizar un pacto de impunidad. Hay una verdad que no conocemos y el cine puede develarnos las verdades ocultas.
–¿Cuándo fue la vez en tu vida, para hablar de tu historia personal, que dijiste “yo quiero hacer cine”?
–No existió ese momento y es bastante decepcionante cuando me preguntan eso, porque yo quería ser escritor. Yo tengo una fascinación por la literatura, me encantaba escribir y todavía la verdad que escribo y siempre digo a mis hijos “cuando sea grande me dedicaré a ser escritor” y me miran y me dicen “cuánto falta para eso” (risas). Escribía, pero en cierto momento sentí que tenía que transformarlo en un ambiente para contarle algo a alguien. Tengo el recuerdo de esperar que mi madre llegue del trabajo para contarle algo, la fascinación de contar algo. Y tomé cine como un instrumento, que podría haber sido cualquier otro. Nunca tuve una fascinación por el dispositivo cinematográfico y de hecho hoy no la tengo. Tengo una relación totalmente instrumental. No hay nada que me aburre más que hablar de una cámara. Cuando viene el fotógrafo y me dice ¿salió tal lente? Ni me cuentes. Mi relación con el cine es instrumental y de puente.
LA FIGURA DEL HÉROE
–Quiero continuar con tu obra y quedarme en “El abrazo partido”, porque además es un juego de palabras muy bonito.
–“El abrazo partido” me dio muchísimas satisfacciones y me cambió la vida. Fue la película donde dije “soy algo así como un director de cine”. Siempre parto de un dilema moral irresoluble. Yo cuando era chico vivía en el barrio judío de Once de Buenos Aires y había escuchado una historia que nunca se termina de saber si fue verdadero, pero me inspiró la película de que en la época de la guerra de los Seis Días hubo muchos judíos argentinos que dijeron “vamos a luchar por Israel” y en esa época se tardaba en llegar. Muchos llegaron después del sexto día y la guerra ya había terminado. Y alguno dijo “bueno, me quedo” y dejó una familia con un local. A mí esos dilemas de ir a luchar por un ideal dejando una familia, la idea de ir a salvar al mundo, pero abandonar tu responsabilidad más próxima, siempre desconfié. Siempre desconfié mucho de los héroes porque para mí son gente que se escapó de la casa, que no quiere asumir o que prefiere ir a salvar las ballenas en Australia en lugar de cuidar a su hijo de cuatro años y explicarle ciertas cuestiones existenciales.
–¿Qué cosas está mirando el cine?, ¿qué profecías está haciendo te parece?
–Yo creo que el cine no hace profecías. Yo creo que mucha gente que hace cine tenemos una conexión con nuestro tiempo. Entonces, no somos proféticos, sino revelamos cosas que la sociedad niega. Niega por el frenesí, por la falta de debate, por la agenda. Normalmente cuando uno va a promocionar una película, lo que te sucede hoy día es que la mayoría cuando vas a un programa de televisión te dice “la agenda de hoy es muy política, la agenda es otra cosa”. Yo creo que somos nuestra agenda. Estoy bien convencido de que somos qué hago hoy, somos eso y cómo tratamos al otro en ese eso y nada más.
EXPERIENCIA SOCIAL
–Dentro de unos años tendremos personas que pudieron no haber ido al cine, pero igual haber visto todas las películas del mundo. ¿Cómo te llevás con esos cambios?
–Tengo contradicciones al respecto. Por un lado, la idea de la masividad y la posibilidad de cuando pongo una serie y que pueden verla en cualquier parte del mundo y toda la penetración que tiene y el acceso que tiene porque sigue siendo un lujo burgués finalmente, pero tiene un acceso muy grande. Pero yo recuerdo que cuando estrenaba una película, mi mayor placer era salir y ver la gente llegando al cine. Había un momento de su vida que giraba en torno a ese evento y todo lo que significaba y que ahora todo se pueda hacer desde la cama comiendo una pizza. No es que me afecta a mí, me da pena que nos estemos perdiendo todo eso, porque en ese circular había un contacto humano, una circulación.
–Es como que se perdió el templo, ¿no?
–Se perdió el templo, pero lo mío no es la cuestión romántica, sino que nos perdimos una experiencia social que para eso nació, de a quiénes tengo al lado, que me encuentro con alguien, el tránsito con el otro, que lo vamos perdiendo. A mí eso me da pena, pero no por el cine en sí mismo, sino por la pérdida social, porque se van perdiendo y eliminando momentos de contacto humano, de contacto real.
HERMANDAD ESTÉTICA
–¿Te parece que hay un cine regional identificable como un corpus o hay experiencias aisladas?
–Yo siempre desconfío un poco del cine del hermano latinoamericano. Me parece que nunca terminé de entender por qué no podemos ser unidos, cercanos, colaborativos desde nuestra singularidad. Me parece que también es una pose totalmente innecesaria y es una retórica que el goce está en un supuesto sentimiento de hermandad estética o narrativa que no hay. Lo hubo en la literatura en cierto momento. Desde afuera nos miran como latinos, pero ¿nos tenemos que sumar a esa mirada? ¿O tenemos que reivindicar nuestra singularidad y tener una mirada más pragmática de colaboración entre los países para hacernos más fuertes en todas las cinematografías, generar hub de producción?
–¿Cómo está el cine argentino?, que siempre fue productivo.
–Creo que está en el momento más delicado de su historia. La interrupción del fomento público generó una crisis muy grande. El cine argentino hoy día se sostiene básicamente por el aporte de las plataformas y me gusta. Prefiero pensar que de alguna manera el sistema de fomento público de alguna manera se va a reinventar para lograr que personas como yo, que hemos sido hijos de la educación pública y hemos contado con apoyo, después podamos crear como yo compañías de producción independiente, pero el aporte público es el puntapié. Hay que entender que una cinematografía es mucho más que lafacturaciónoel valor agregado que genera porque tiene un enorme impacto cultural y sobre otras industrias.
–Hay una especie de desvalorización de lo público también, ¿no?
–Latinoamérica es un continente, y ahí sí estamos hermanados, con abismales asimetrías irresolubles por el mercado. Esto no es una posición ni ideológica ni política, es absolutamente descriptiva. Hay comunidades, hay espacios, hay territorios, que además de las cuestiones de asimetrías históricas, están bajo riesgo por cuestiones climáticas. Ahí la sociedad, más que el Estado, puede tener una decisión de si como humanos tenemos una empatía y queremos entre todos ayudarnos. Es una cuestión humanística y no política.