La nueva princesa de Gales, Catherine Elizabeth Middleton se ha convertido en un modelo para la realeza desde que se unió a la familia más famosa de Reino Unido, mostrando aplomo en sus apariciones públicas y esquivando las duras críticas vertidas sobre su cuñada Meghan.
Catalina (por su versión en español) se casó en 2011 con el ahora heredero al trono, el príncipe Guillermo, y ha ido ganando importancia en las apariciones públicas a medida que la reina Isabel II reducía su agenda de actividades. La pareja, ambos de 40 años, desempeñó un importante papel durante la pandemia del coronavirus y se han erigido en los últimos años entre los miembros de la Corona más populares después de la difunta soberana.
Antes Kate Middleton, y luego duquesa de Cambridge y Cornualles, la nueva princesa de Gales es la hija de un empresario y una azafata de vuelo, Michael y Carole Middleton. Estudió en una prestigiosa escuela privada, el Marlborough College, y empezó a salir con Guillermo mientras cursaba historia del arte en la Universidad de Saint Andrews en Escocia.
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La pareja se mantuvo unida desde entonces, a excepción de una breve ruptura en 2007 que, según Kate, la hizo “una persona más fuerte”. Trabajó un corto tiempo como encargada de compras en la lujosa cadena de moda Jigsaw antes de su boda en la histórica abadía de Westminster de Londres en 2011, en la que lució una creación de Alexander McQueen con mangas de encaje.
La decisión de Guillermo de casarse con “una plebeya” tras una larga relación contrasta con la boda en 1981 de su padre, ahora el rey Carlos III, con la aristócrata Diana Spencer, de apenas 20 años, 12 menos que él. Desde el enlace, Kate ha explicado pocas cosas sobre su experiencia en la Corona, a diferencia de su cuñada Meghan Markle, que se casó con el hermano menor de Guillermo, el príncipe Enrique, en 2018.
La pareja causó estupor al renunciar a sus obligaciones reales y trasladarse a Estados Unidos en marzo de 2020. Desde allí, empezaron a criticar la vida en el palacio. Meghan, antigua actriz televisiva en Estados Unidos, dijo a Oprah Winfrey en una entrevista en marzo de 2021 que tuvo una gélida recepción y denunció acoso por parte de los tabloides.
En los comienzos de su relación, los fotógrafos seguían también cada paso de Kate, estableciendo paralelismos con el tratamiento mediático con la madre de Guillermo, la princesa Diana, que murió en 1997. También se publicó que los amigos de Guillermo se reían de la profesión de su nueva suegra y que los cortesanos criticaban que esta no usaba frases suficientemente “elegantes”. Guillermo, sin embargo, habló de la afectuosa relación que mantenía con los padres de su mujer.
Kate contra Meghan
Kate dio a luz en 2013 al príncipe Jorge, que será el próximo en la línea de sucesión después de Guillermo. Después llegarían la princesa Carlota en 2015 y el príncipe Luis en 2018. La princesa habló de sus dificultades con los mareos matutinos, confesando en un pódcast que “no era la mujer embarazada más feliz”.
En ese tiempo, el príncipe Enrique era fotografiado a menudo en eventos con su hermano y su cuñada, mostrándose relajado y afectuoso en su compañía. Cuando Meghan apareció en escena, las parejas parecían llevarse bien, provocando predicciones de que los cuatro serían el rostro de la monarquía moderna.
Pero poco después de la boda de Enrique y Meghan en 2018 en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor empezaron a surgir rumores de un alejamiento. El tabloide The Sun dijo en noviembre de ese año que Meghan había hecho llorar a Kate durante la prueba del vestido de dama de honor de su hija Charlotte.
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En la entrevista con Oprah, Meghan aseguró que fue justo lo contrario, pero que Kate se disculpó y le envió flores. Lamentó, sin embargo, que el palacio de Buckingham nunca hubiera corregido la información. Los implacables tabloides británicos han recibido críticas por tratar a la mestiza Meghan de una forma que nunca afrontó Kate, un punto que no pasó desapercibido para Enrique.
En noviembre de 2016, poco después de hacer pública su relación, Enrique aseguró que “se había cruzado un límite” y denunció comentarios con “tonos raciales”. Después de que la pareja acusara públicamente de racismo a la familia real, se ha hecho mucho hincapié en el distinto trato recibido por las dos mujeres.
“Maniquí de escaparate”
Pero Catalina no ha estado al margen de las críticas. Algunas feministas le reprocharon su aspecto perfectamente arreglado en su aparición horas después de dar a luz. El hecho de que no ocultara su barriga posparto fue bien recibido. Pero la actriz británica Keira Knightley dijo que el cuidado aspecto de Kate presionaba a las mujeres a “estar guapas” y “ocultar nuestro dolor”.
La novelista Hilary Mantel acusó a Kate de parecer “un maniquí de escaparate sin personalidad propia”. Sin embargo, Kate habla apasionadamente de algunos aspectos como el desarrollo de los niños o las influencias en la primera infancia. “Nuestra primera infancia moldea nuestra vida adulta”, dijo. En julio de 2021, lanzó el Centro de la Fundación Real para la Primera Infancia.
También se conoce su afición por la fotografía. Algunas de las imágenes oficiales de la familia las ha tomado ella misma en su casa o en su jardín. Durante la pandemia, Guillermo, que se contagió de covid, y ella misma apoyaron públicamente la campaña de vacunación y hablaron con personal médico y personas que recelaban de inmunizarse.
La reconciliación
La muerte de la reina Isabel II podría ayudar a iniciar una reconciliación del príncipe Enrique y su esposa Meghan con el resto de la familia real, luego de un supuesto distanciamiento y su traslado a vivir a Estados Unidos. La pareja, que se encontraba en Reino Unido cuando murió la reina el jueves, se reunió con el hermano de Enrique, Guillermo, y su esposa Catalina el sábado en el castillo de Windsor. Fue la primera aparición pública de los cuatro juntos desde 2020.
Vestidos de negro, miraron juntos las ofrendas florales dejadas por el público antes de saludar a las personas, sin dar señales del estado de las relaciones entre las dos parejas. Pero la decisión de los cuatro de aparecer juntos ante las cámaras pareció ser una señal de avance en enmendar los vínculos rotos.
Según la prensa especializada en la realeza británica, Guillermo, el heredero al trono, tendió la mano a su hermano menor, quien se ha mostrado crítico con la familia desde que abandonó los deberes reales. Dos días antes, la situación era bien diferente: Enrique, de 37 años, llegó solo en un vehículo a Balmoral, Escocia, donde poco antes había fallecido la reina. Guillermo y otros allegados a la familia, sin incluir a Catalina, habían llegado previamente en un solo coche.
Richard Fitzwilliams, un especialista en la realeza, dijo el jueves que el hecho de que los hermanos llegaran separados mostraba que estaban “distanciados”. Se considera que Enrique y Meghan causaron “mucho daño a la familia real en los últimos meses” con sus comentarios contra la monarquía, agregó. “En el futuro, la pelota está en el campo de ellos y depende de cómo quieran jugar”, abundó.
Caminos diferentes
Tras la muerte de Diana, la madre de los príncipes, en un accidente de tráfico en París en 1997, los hermanos conmovieron al mundo cuando caminaron detrás de su féretro en el cortejo fúnebre. Guillermo tenía 15 años y Enrique solo 12. Como adultos parecían muy cercanos y así continuó luego de que Guillermo se casara en 2011 con su novia de larga data, Kate Middleton.
Pero luego del matrimonio de Enrique en 2018 con Meghan, una actriz estadounidense, la relación empezó a debilitarse. Enrique dijo en una entrevista en 2019 que él y su hermano seguían “caminos diferentes”. Un año después, él y Meghan anunciaron su traslado a Estados Unidos.
En una explosiva entrevista de la pareja con Oprah Winfrey, en marzo de 2021, Meghan aseguró que Catalina la hizo llorar. También afirmaron que un miembro de la realeza, a quien no identificaron, especuló sobre el color de piel del futuro hijo de la pareja, puesto que Meghan es mestiza. Guillermo reaccionó diciendo que la familia real “no es para nada” racista.
Las relaciones entre los hermanos eran claramente distantes cuando se reencontraron el año pasado para inaugurar una estatua de su madre. Tampoco se encontraron para el Jubileo de Platino de la reina en junio. Más recientemente, Meghan dijo a la revista The Cut que ella ahora se siente “libre” para contar su propia historia, lo que algunos consideraron como una amenaza velada a la monarquía.
Impredecibles
Sin embargo, desde la muerte de Isabel II ha habido señales de un posible alivio en el distanciamiento. Aunque Enrique dijo a Winfrey que su hermano y su padre estaban “atrapados” en la monarquía, Carlos pareció abierto a reconciliarse con su hijo en su primer discurso como rey, al expresar “amor” por él y Meghan. “Está ofreciendo un ramo de olivo, pero lo ofrece con gran cuidado porque sabe que son impredecibles”, sostuvo Fitzwilliams.
El duque y la duquesa de Sussex son muy populares entre los jóvenes, pero criticar abiertamente a la monarquía podría ser un riesgo grande, añadió, especialmente en un momento de duelo nacional. “No hay duda de que los Sussex llamarán mucho la atención en este momento”, destacó el especialista, ahora que la opinión pública británica está firmemente de lado del resto de la familia.
Su aparición con Guillermo y Catalina, convertidos en príncipe y princesa de Gales tras el ascenso de Carlos al trono, podría abrir un nuevo capítulo en las relaciones familiares. Pero, todo esto podría cambiar con la esperada publicación de las memorias de Enrique a fines de año. “Obviamente ellos irán al funeral, pero más que eso, es imposible decir”, señaló Fitzwilliams.
Fuente: AFP.