El rey Felipe VI de España se encuentra en cuarentena luego de haber estado en contacto con una persona contagiada con COVID-19, anunció el lunes la Casa Real.
“El Rey ha tenido conocimiento de que una persona con la que ayer (domingo) tuvo contacto próximo ha dado hoy positivo por COVID-19. Siguiendo las normas sanitarias, a partir de este momento, guardará el preceptivo periodo de cuarentena de diez días, quedando suspendidas todas sus actividades oficiales” indicó un comunicado de Palacio.
Lea más: La OMS se opone al uso del remdesivir contra el COVID-19
Por su parte la reina Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofia “podran continuar con sus actividades con normalidad”, agregó el comunicado oficial.
La heredera del trono, Leonor, había estado en cuarentena durante dos semanas a mediados de septiembre luego de la detección de un contagio entre sus camaradas de colegio. España. uno de los países más golpeados por la pandamia viral, ha registrado un millòn y medio de infecciones y más de 43.000 decesos.
Lea más: Brasil recibe de China primer lote con 120.000 dosis de CoronaVac
Fuente: AFP.
Dejanos tu comentario
Rockealo, Elvis, donde sea que estés
El rock and roll, alguna vez tuvo un rey, y se llamó Elvis Aaron Presley. Con el tupé como corona, el mono blanco como traje universal de su estilo y el micrófono como cetro, creó su propio imperio dentro de la música: el rockabilly. Desde este género, dio sus mejores discursos, en una época donde todo era jazz, Sinatra y canciones de amor. La contracultura era su bandera y estaba seguro de que con ella llegaría lejos.
Tuvo dos revoluciones antes de convertirse en “el mejor cantante de la historia”. La primera la vivió de chico, a los 11 años, cuando sus padres, tras su insistencia, le regalaron una guitarra. Y es que disfrutaba más del blues, el country y el soul, que de las matemáticas, las ciencias naturales y la historia y geografía. Claramente, fama de buen alumno no tenía, pero conseguirla tampoco aseguraba el éxito que hasta hoy día tiene su nombre.
La segunda revolución llegó luego de mudarse de su natal Tupelo, Mississipi, a la musical Memphis, Tennesse; ocurrió incluso tiempo después de su graduación en el Humes Hight School. Todas sus biografías cuentan que su primerísimo disco lo grabó en Sun Records —un sello local de esta ciudad americana—, con la idea de regalárselo a su madre. Su evidente talento y unos cuantos dólares en el bolsillo —para pagar el estudio— fueron suficientes para que su historia con la música comience.
1956 fue el año del “antes y el después”. Elvis trajo ritmo a la década, e hizo del romanticismo una verdadera fiesta. Canciones como Blue Suede Shoes, Tutti Frutti y Rip It Up, transgredían el estilo de vida que se llevaba en la época. Elvis cantó sobre el amor, el desamor y sobre alguna que otra nimiedad, pero siempre a su manera. Sus letras no representaban rebeldía, pero los compases que le pertenecían, sí. En la era Presley, el rock and roll significó baile, movimiento de pies y sacudidas en las piernas. Era pura actitud.
Sus matices de voz en Heartbreak Hotel, una de las canciones que lo hicieron popular, le daban una identidad nunca antes vista. Ya no sólo era el chico del jopo húmedo, de las chaquetas negras y de la cadera inquieta, sino el hombre que instalaba un estilo estético y musical, sin que importara lo que esté sucediendo afuera.
Elvis nunca fue una suma de referencias artísticas existentes. Y, si bien el género de su autoría es una fusión de sus influencias, no contemplaba antecesores que persiguieran la esencia musical que él buscaba. Por eso se dice aquello de que “si él no hubiese existido, no habría Lennon, ni McCartney, ni Dylan”. De hecho, John lo reconoció en su momento: “Si Elvis no hubiera estado, Los Beatles no hubieran existido”.
Su música molestaba a la sociedad más conservadora, y de todas las formas posibles. Cantaba su revolución, pero también la vestía. Su rock era visual y auditivo pero, por momentos, podía percibirse con los cinco sentidos. Era el grito de la otra parte de la sociedad: la que estaba cansada de los tradicionalismos, la que quería romper esquemas y entender a la libertad más de cerca.
Por todo esto y más, la industria del cine lo quiso desde un principio. Sin embargo, la versión de Elvis frente a cámaras era totalmente distinta a la que se veía en el escenario. Para algunos, una faceta “realmente mala”. De todas formas, los años 60 lo sorprendieron protagonizando más de 30 películas. Y todas, con algo que contar.
A fines de los 60, siguió dando conciertos, pero ninguna ecuación era perfecta para superar el éxito provocado por la beatlemanía. Era inminente: el Rey del rock empezaba a convertirse en una leyenda, viva, pero leyenda al fin.
Era otro Elvis
La voz de Can’t Help Falling In Love empezó a apagarse en el 70, siete años antes de su muerte. Su salud empeoró y con ella, su creatividad. Aún así, no bajó los brazos y cantó hasta más no poder. Durante esa última etapa, se mantuvo en pie gracias a las pastillas. A eso hay que sumarle la constante lucha que tenía contra su obesidad. Para entonces, sus presentaciones no eran las mismas; él no era el mismo.
El 16 de agosto de 1977, el mundo se quedó en silencio cuando se confirmó su desaparición física. Las causas de su muerte fueron debate durante mucho tiempo, pero en aquellos días “un ataque al corazón” bastó para cerrar la historia. Desde aquel episodio, Elvis vive en el recuerdo de sus seguidores de siempre, en los ojos de quienes lo buscan por primera vez en una biografía escrita y en el corazón de quienes lo escuchan en el relato de otras generaciones.
Texto: Micaela Cattáneo @micaelactt
Dejanos tu comentario
La célebre subasta de atún rojo en Japón, otra víctima de la pandemia
La subasta de atún de Año Nuevo en Tokio concluyó este martes sin las clásicas pujas, ya que el autoproclamado “Rey del atún” de Japón, el empresario especializado en sushi Kiyoshi Kimura, se abstuvo de hacer sus ofertas para comprar el pescado estrella al considerar que la pandemia ha sumido en una crisis a los restaurantes.
La pieza más cara del día -un atún rojo de 208 kilogramos de peso pescado en la región septentrional de Aomori, conocida por la calidad de sus túnidos-, la compró otro postor por 20,84 millones de yenes (165.000 euros, 202.000 dólares).
Solo es una parte mínima de lo que Kimura ha desembolsado en los últimos años para obtener la publicidad que acompaña a la compra del atún más apreciado de esta subasta anual. El año pasado, Kimura pagó 1,5 millones de euros (1,84 millones de dólares) por un atún rojo de 276 kilogramos y, en 2019, pagó el precio más alto de la historia por una pieza de 278 kilogramos: 2,7 millones de euros (3,3 millones de dólares).
Sin embargo, el empresario aseguró que este año quería dar muestras de contención, ya que la pandemia ha generado muchas dificultades a los restaurantes y a otras empresas. “No he hecho la oferta más alta este año porque es momento de controlarse”, declaró a los periodistas reunidos para verle tras la subasta organizada antes del alba en el mercado de pescado de Toyosu. “No creía que era apropiado hacer una fiesta en esta ocasión”, dijo.
Habitualmente, después de pagar el precio más alto en la subasta y llevarse la pieza ganadora a uno de sus restaurantes, corta el pescado en filetes con un inmenso cuchillo, los convierte en sushi y los sirve a los clientes sin hacerles pagar un suplemento, todo ello ante una nube de cámaras de televisión.
El atún más caro este año lo compraron, conjuntamente, el célebre mayorista Yukitaka Yamaguchi, invitado habitual de los platós de televisión, que suministra a los mejores restaurantes de sushi, y una importante empresa de alimentos.
Fuente: AFP.
Dejanos tu comentario
Neverland: famosa propiedad del Rey del Pop finalmente fue vendida
El antiguo rancho Neverland de Michael Jackson, en California, se vendió al multimillonario estadounidense Ron Burkle, a un precio fuertemente rebajado de cerca de 22 millones de dólares.
El fallecido rey del Pop convirtió su enorme mansión en un refugio temático de cuento de hadas, con ferrocarril de juguete, noria y orangutanes, y escribió allí algunos de sus principales éxitos.
Pero Neverland también fue el lugar infame al que Jackson invitaba a los niños a visitarlo y a dormir, y escenario de supuestos abusos sexuales de menores, de acuerdo con acusaciones en su contra.
Sycamore Valley Ranch
Tras la muerte de Jackson, el sitio fue rebautizado en 2009 como Sycamore Valley Ranch.
Burkle, un empresario de Montana con inversiones que van desde supermercados hasta la industria del entretenimiento, compró el rancho “como una oportunidad ‘land banking’”, dijo su portavoz a la AFP en referencia a la adquisición de tierras para inversión a largo plazo.
El precio de 22 millones de dólares que reportó el Wall Street Journal y confirmó a la AFP como aproximado una fuente familiarizada con el acuerdo, significaría una rebaja contundente del precio inicial del rancho, de 100 millones de dólares en 2015.
Esa jugosa cifra, considerada “optimista” por los agentes de bienes raíces incluso en aquel momento, se redujo a 31 millones de dólares el año pasado, pero el rancho siguió sin venderse y fue retirado del mercado.
Burkle estaba sobrevolando la región recientemente para explorar una propiedad vecina, susceptible de albergar una nueva sucursal de su red de clubes privados Soho House, cuando avistó el rancho, después de lo cual contactó a su dueño, según el portavoz.
Michael Jackson habría pagado 19,5 millones de dólares por la propiedad en la década de 1980. La firma de inversiones Colony Capital de Thomas Barrack Jr. compró el rancho al cantante, para entonces muy endeudado, por 22,5 millones el año previo a su muerte.
Burkle había trabajado en el pasado como asesor del cantante en asuntos comerciales, incluida la resolución de deudas contraídas por su lujoso estilo de vida en los años que precedieron a su fallecimiento.
La finca de 1.100 hectáreas, ubicada a 65 kilómetros de Santa Bárbara, cuenta con una casa principal con seis habitaciones y tres casas de huéspedes, un lago con una cascada, canchas de tenis, varios graneros e instalaciones para refugio de animales.
El rancho de Jackson fue allanado en 2003 como parte de un caso de abuso de menores en su contra y la policía incautó un gran repertorio de pornografía e imágenes de niños desnudos. Jackson fue absuelto del caso en 2005.
El año pasado, el documental de HBO Leaving Neverland emitió testimonios de dos hombres que afirman que Jackson abusó sexualmente de ellos siendo niños en el rancho, incluido el ático, el dormitorio principal y la piscina.
Los herederos de Jackson, que demandaron a HBO por 100 millones de dólares por el “asesinato póstumo de un personaje”, niegan todas las acusaciones, como hizo Jackson en vida, informó AFP.