Una buena taza de café es todo lo que está bien para arrancar el día, pero sus efectos -por la cafeína- no están indicados para niños y adolescentes, y te contamos por qué.
La cafeína es un compuesto natural que está presente en varios alimentos, desde los granos de café, las hojas de té, la yerba mate, guaraná y la nuez de cola. Dependiendo cuál, las dosis varían. Se considera un psicoestimulante y es el más consumido y aceptado en todo el mundo.
Se demostró que en dosis moderadas -en personas adultas- tiene varios beneficios para la salud. Además de generar subidones de energía, puede ayudar a perder peso y a prevenir ciertas afecciones como la diabetes o problemas del corazón. Generalmente estas dosis van desde 100 a 300 miligramos por día, lo que equivale de 1 a 3 tazas de café negro al día.
¿Por qué no es bueno que los niños y adolescentes consuman cafeína?
- Puede generar insomnio: Se estudió el efecto de la cafeína en niños de 5 a 15 años y se demostró que consumir entre 1 y 5 latas de gaseosa de cola (50 a 250mg de cafeína) les puede generar alteraciones del sueño.
-Afecta el estado anímico: El café activa la mente y el cuerpo, y a los peques les cuesta reconocer el cansancio natural cuando consume este compuesto. Esto puede desencadenar episodios de estrés y ansiedad, según apunta una investigación.
- Funciones cognitivas: Una investigación basada en 11 mil niños de entre 9 y 10 años comprobó que, consumiendo dosis elevadas de cafeína, sus funciones cognitivas como la memoria episódica, la comprensión del vocabulario y la velocidad para procesar la información se vieron afectadas y disminuídas.
¿Qué hacer?
“En niños, el café como tal para mi es un: no”, opina Elena Araujo, licenciada en nutrición. “Hay estudios que demuestran que la cafeína tiene relación con los niveles altos de cortisol en adultos, imaginate cómo puede afectar esto a los niños”, justifica.
“Lo ideal es que los niños tengan un menú variado: un día jugo de frutas, otro día yogurt, y debes en cuando mate cocido, pero no el típico cocido quemado, sino el que se prepara sólo con agua caliente y yerba, si se sirve cortado con leche, mejor”, sugiere.
En cuanto al consumo de chocolate, la licenciada explica que lo mejor es evitar los excesos, “ningún alimento es malo realmente, el problema es la cantidad“. Indicando que lo apropiado para los más pequeños es que consuman chocolate 70 a 100% cacao y en porciones mínimas, como un antojo de vez en cuando.
Para finalizar, aconseja: “Durante la adolescencia ocurren demasiado cambios hormonales y tienden a ser más irritables, con el café esto se agrava, por eso, lo ideal sería que empiecen a beberlo a partir de los 17, 18 años de edad”.