Son un manjar que acompañan tostadas, galletitas o bizcochos y, que si bien las podemos conseguir en los comercios, la mayoría vienen con mucha azúcar agregada y aditivos. Si queres probar algo nutritivo y orgánico, te contamos cómo hacerlo.

Las recetas tradicionales también incluyen azúcar, generalmente por cada kilo de fruta se le agrega 500 gramos de azúcar y se cocina a fuego moderado hasta que se forme la mermelada, sin embargo, con una variante en la receta es posible incluirlo en planes para bajar de peso.

¿Cómo se prepara?

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Elegí la fruta que quieras. Puede ser durazno, frutilla, ciruela, etc., y vas a necesitar también 1 limón, semillas de chía, stevia o el edulcorante que tengas, y finalmente 2 cucharadas de miel.

Lava, pela y corta en cubos pequeños la fruta, luego agregale el jugo de limón y mezcla bien. Lo siguiente es agregarle una cucharada de chía, el edulcorante a gusto y las cucharadas de miel.

Volvé a mezclar hasta que quede homogéneo y lo llevas a cocinar. Puede ser en la sartén a fuego moderado o al microondas en intervalos de 1 minuto. A medida que se vaya cocinando revolvé a menudo para que la fruta se cocine bien. Una vez listo, lo sacas de la hornalla.

Reservá hasta que se enfríe un poco y procesá. Esto lo podes hacer en la licuadora o con un procesador, y si no contas con estos implementos, podes usar un pisa papas o un tenedor. Una vez lista tu mermelada, colocala en un frasco esterilizado con tapa y llevalo a la heladera.

Además de ser deliciosa, fácil de hacer y baja en calorías, la mermelada que prepares contará con las bondades de la fruta que elijas y la chía -encargada de darle consistencia- que es rica en proteínas, fibra y ácidos grasos.

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