Los alimentos fermentados ganaron mucha popularidad por todos los beneficios que aportan. Desde la bebida kombucha, el chucrut o el kimchi, por eso te contamos también sobre el kéfir.
El kéfir se consume desde hace miles de años en la zona del Cáucaso. Su nombre, que deriva del turco, significa “bendición” y según cuenta la leyenda fue un regalo que le hizo Mahoma a los monjes ortodoxos de la zona. En esta cultura, muchos lo consideran un “elixir de larga vida”, por todos los beneficios que aporta y la longevidad de quienes lo consumen.
Su nombre se atribuye tanto a la bebida en sí, como al ingrediente que se utiliza para prepararla, y que se trata de gránulos de consistencia gelatinosa y es la responsable de fermentar la leche o el agua con azúcar. El resultado es una bebida con probióticos que facilita la digestión y mejora las defensas del organismo.
Su alto valor nutricional
Esto puede variar dependiendo de si se prepara con agua o con leche, pero en ambos casos comparten una potente cantidad de probióticos. En el caso de la leche, además de las bacterias buenas, contiene calcio, proteínas y vitaminas del grupo B, y vitamina K2 que es excelente para los huesos.
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En menor medida también aporta vitamina A, D, biotina y minerales como el potasio y fósforo. Cada gránulo de kéfir contiene 400 millones de microorganismo por gramo, la mitad -más o menos- corresponden a lactobacillus que obran en beneficio del cuerpo. Otra propiedad única es su aporte de kefiran, un polisacárido insoluble que actúa como antimicrobiano natural.
Sus variados beneficios para el organismo
- Microbiota y defensas: Al ser un alimento alto en probióticos ayuda a regenerar la flora intestinal. Está indicado para afecciones como indigestión, estreñimiento, diarrea, entre otros. También estimula y fortalece el sistema inmune.
- Favorece la tolerancia a la lactosa: El kéfir de leche posee muchísima menos lactosa y grasa, que es lo que causa intolerancia pero, en cuanto a propiedades nutricionales, mantiene todo lo bueno de este lácteo.
- Sistema digestivo: el kéfir funciona como astringente y laxante, aunque suene incoherente, el secreto está en el tiempo de fermentación. Si se fermenta durante 24 horas, actúa como laxante suave; si el proceso pasa las 24 horas, su efecto es astringente.
- También combate la osteoporosis, la inflamación intestinal y promueve la pérdida de peso.
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