Este alimento tan bondadoso para la salud es excelente para incluir en la dieta a diario. De él no solo se destaca su versatilidad a la hora de cocinar ¿sabías que también es bueno para la piel?
Esta fruta -sí, no es una verdura- es muy popular en la gastronomía mundial. Se puede consumir de múltiples maneras y ayuda a reducir el colesterol y prevenir enfermedades cardiovasculares, entre otras afecciones.
Considerado un “superalimento”, es rico en vitaminas A, B6, C y E, proteína como el licopeno de función antioxidante y minerales como el potasio y el manganeso. Ahora, ¿qué pasa si usamos el tomate de forma tópica?
- Las propiedades del tomate y todos sus aportes nutricionales ayudan a controlar la piel grasa.
- Al regular el sebo que general la piel, ayuda a disminuir la aparición de granos, espinillas y puntos negros. También tiene un efecto “sellador” en los poros dilatados y, por sus antioxidantes, aclara e ilumina la piel de forma natural.
- Su efecto antiinflamatorio y astringente también aporta soluciones al acné y ayuda a refrescar el rostro.
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¿Cómo aprovecharlo?
Se la puede incluir como un ingrediente más en diferentes mascarillas para el rostro, pero lo cierto es que algo tan simple como sacar un tomate de la heladera, lavarlo y cortarlo en rodajas para luego aplicar sobre el rostro, es más que suficiente para beneficiarse de sus bondades.
Basta con dejar reposar la fruta sobre la dermis entre 10 a 15 minutos, para luego lavar el rostro y notar los resultados. Otra combinación efectiva para aclarar el rostro y controlar el sebo es la mezcla de limón y pulpa de tomate. Mezclá ambos ingredientes, aplicá sobre el rostro -no en los ojos- dejá actuar durante 15 minutos y luego enjuaga con abundante agua fresca.
Su efecto astringente, antiinflamatorio y refrescante ayuda a aliviar las molestias causadas por las quemaduras del sol. Si alguna vez terminas enrojecida después de salir de la pileta, aplica unas rodajas de tomate en la zona y verás los resultados.