El olfato es uno de nuestros sentidos fundamentales. A través de él, percibimos al mundo desde el momento de nuestro nacimiento. Y por eso usar una fragancia a diario repercute también en la autoestima de quien lo porta.

Los aromas generan inspiración, conexión entre personas, recuerdos, llaman la atención y nos alertan, incluso pueden ser la puerta para un “viaje en el tiempo”, como cuando sentís el perfume de una persona que no ves hace mucho.

Quizás por eso, es muy reconfortante darse una ducha relajante y ponerse esa fragancia que nos gusta tanto. Y por eso, te compartimos sus impactos positivos.

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- Poder: Tienen la capacidad de hacernos sentir seguras y empoderadas. Cuando tenemos una fragancia fuerte, llamativa y que nos hace sentir bien, es difícil que las personas que están cerca no noten nuestra presencia.

- Personalidad: Comunica parte de nuestros gustos y preferencias. No importa que sea una colonia de bebé o un eau de parfum, ambas expresarán algo clave de nuestra forma de ser que los demás notarán al estar cerca. Incluso al adquirir un perfume nuevo, nos ayuda a reforzar este aspecto tan vinculado al autoestima.

- Conexiones: El olfato está conectado a la memoria. Los olores nos generan emociones y recuerdos, así como reforzar el vínculo entre personas. Cuando nos gusta el olor de una persona, se vuelve magnética para nosotras.

- Estado anímico: Cuando sentimos diferentes fragancias, nuestras amígdalas - glándulas encargadas de procesar las emociones y la memoria emocional- se activan, obteniendo una respuesta positiva emocional al instante, según afirma una investigación de la Universidad de Brown.

- Autoestima: Son una fuente de autoconfianza y nos ayudan a enfrentar diferentes retos. Por ejemplo: una reunión de trabajo, un acontecimiento familiar, entrevista. Cuando nos sentimos seguras, podemos dar lo mejor de nosotras sin dudar.

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