El auge del “body positive” impulsa desde años toda una nueva forma de concebir la moda y liberarse de ideas preconcebidas anteriormente. Se trata de resaltar las curvas y no de encontrar tallas grandes simplemente.
Durante mucho tiempo hubo quejas respecto a conseguir talles grandes en prendas de vanguardia. Mucha gente llegó a sentirse mal por no poder vestir a su gusto y además se cuestionó los mensajes vinculados a los cuerpos que publicaban los medios sobre lo que era “aceptable” y “no aceptable”.
Con el auge del body positive hubo un quiebre y se visibilizó esta problemática, se erradicó el body shaming y varias marcas de renombre apostaron por subir el números de sus tallas. De ahí nace la “moda curvy”.
El concepto está prácticamente asentado en el mundo de la moda, luego de décadas en las que solo eran aceptables las tallas S y M. Por otro lado, también se empezó a elaborar indumentarias catalogadas como “plus size”, pero vale aclarar que esta y la moda curvy no son las mismas.
La diferencia está en que la moda curvy cubre desde el talle 42 al 46, es decir L a XXL, mientras que la plus size supera estas medidas. Vale aclarar también que ser una “mujer curvy”, significa que tener curvas que resaltar, no tiene que ver con usar ropa grande o taparse el cuerpo.
Por otro lado, tanto las chicas curvy como las plus size tienen algo en común: sus cuerpos no encajan en la escala de tallaje de las marcas de moda.
Entre las marcas que apoyan este “movimiento” están: Michael Kors, Ralph Lauren, Calvin Klein, Mango, Glossier, Christian Siriano, Missguided, Dolce & Gabbana, Levi’s, Violeta Andic, Lane Bryant, H&M, Forever 21, y la marca brasilera C&A.
Sin dudas, este cambio ayudó al mercado y la expansión de diferentes firmas de renombre al ser más inclusivos con sus productos, mientras que para las mujeres fue el empoderamiento de aceptar sus cuerpos tal y como son, a la vez de encontrar ropa que les guste y de su talla.