Cada álbum estará disponible en 2 CDs o en un set de 2 LPs. Las ediciones en vinilo incluirán una selección de material extra y también estarán disponibles mediante descarga digital o servicios de streaming.
Hagamos un poco de historia. El cantante Ronnie James Dio se unió a Black Sabbath en 1979, rápidamente encontró espíritus afines en el guitarrista Tony Iommi, el bajista Geezer Butler y el baterista Bill Ward, lo que dio lugar a dos álbumes clásicos consecutivos: “Heaven And Hell” y “Mob Rules”.
Cuando “Heaven And Hell” salió a la venta en abril de 1980, el álbum fue recibido con efusivas críticas por el regreso de la banda a la forma en obras maestras del metal como “Neon Knights” y la canción que da título al disco. El álbum llegó al #9 en el Reino Unido y #28 en Estados Unidos, donde también fue certificado disco de platino.
Como continuación de ese trabajo, la banda volvió al estudio en 1981 para empezar a grabar “Mob Rules”, con el baterista Vinny Appice uniéndose a la banda por primera vez. Publicado en octubre de 1981 y certificado disco de oro, el álbum fue otro clásico de Sabbath, incluyendo temas destacados como “The Sign Of TheSouthern Cross”, “Turn Up The Night” y la canción que da título al álbum.
En esos álbumes, el tenor elevado y la composición gótica de Dio fueron el complemento perfecto para la mezcla de riffs afilados, ritmos intensos e imágenes oscuras de la banda. Por ello, BMG rinde homenaje a la larga sombra proyectada por esta formación con versiones recién remasterizadas de ambos álbumes ampliadas con rarezas y música inédita: Heaven And Hell: Deluxe Edition y MobRules: Deluxe Edition.
Heaven And Hell: Deluxe Edition añade varios temas extra, incluyendo versiones de “Children Of The Sea” y “Die Young” grabadas en vivo en 1980 en Hartford. El set concluye con rarezas en vivo como “E5150″ y “NeonKnights” que aparecieron originalmente en 2007 en la colección de edición limitada “Black Sabbath: Live At Hammersmith Odeon”.
Mob Rules: Deluxe Edition cuenta con una amplia selección de grabaciones raras e inéditas. Junto con temas adicionales de Live At Hammersmith Odeon, la colección también incluye una versión recién mezclada de “The MobRules”. La frutilla del postre la pone un concierto completo grabado en 1982 en Portland. Lo más destacado, incluye interpretaciones de “Neon Knights”, “Heaven And Hell” y “Voodoo”.
Ambas ediciones se publicarán por separado el 4 y el 18de noviembre respectivamente.
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Birmingham dio el último a Ozzy Osbourne miles de fans
Miles de aficionados presenciaron ayer miércoles el cortejo fúnebre de Ozzy Osbourne, leyenda del heavy metal, en su ciudad natal de Birmingham, Inglaterra, antes de un sepelio en la intimidad. Al frente, un coche fúnebre negro transportaba el ataúd del líder de Black Sabbath, fallecido a los 76 años, cubierto de flores rosas que formaban el nombre “Ozzy”.
La procesión se detuvo frente al “Black Sabbath Bridge”, donde la familia del cantante, incluida su esposa Sharon, depositó flores. Llorando y con la cabeza gacha, Sharon iba acompañada de sus tres hijos, Aimee, Jack y Kelly, y saludó a la multitud que coreaba el nombre del cantante.
El puente “Black Sabbath Bridge”, sobre el que hay un banco con los rostros de los cuatro miembros de la banda, está cubierto desde el anuncio del fallecimiento de la estrella con una montaña de ramos de flores, globos y mensajes dejados por numerosos admiradores. A unos pasos del memorial improvisado, protegido por vallas, Lana Vivienne, de 26 años, hacía fila para dejar una rosa y, así, “rendir homenaje a la leyenda”.
“Vengo a decirle adiós una última vez”, dijo a la AFP la joven, oriunda de la región. “Ozzy era un tipo de la clase obrera de Birmingham, era auténtico y nunca cambió, ni siquiera al hacerse famoso”, comentó, destacando que el cantante “nunca perdió su acento”.
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“Conmovedor”
En las inmediaciones, en los pubs donde se concentraron los admiradores del artista se escuchaba la música de Black Sabbath a pleno volumen. Muchos de los fans vestían de negro y llevaban camisetas o chaquetas con la imagen del “Príncipe de las Tinieblas”. El cortejo recorrió Broad Street, donde las aceras están decoradas con estrellas que llevan los nombres de figuras destacadas de la ciudad —entre ellas Ozzy Osbourne—, al estilo del Paseo de la Fama de Hollywood.
“Era importante estar aquí porque hizo mucho por la ciudad”, dijo Reece Sargeant, de 16 años. Mhairi Larner, de 31 años, viajó desde la ciudad de Nottingham. “Es conmovedor formar parte de la comunidad metalera, que es simplemente fantástica”, comentó la auxiliar sanitaria, que afirmó ser fan del cantante desde que tiene memoria.
Para quienes no pudieron asistir, el evento fue transmitido en directo por internet. Ozzy Osbourne padecía la enfermedad de Parkinson desde 2009. Muy debilitado, ofreció su último concierto el 5 de julio en Birmingham, junto a sus compañeros de Black Sabbath, ante decenas de miles de aficionados de todo el mundo.
“Ozzy fue más que una leyenda de la música, fue un hijo de Birmingham. Para la ciudad era importante rendirle un homenaje digno”, declaró el martes su alcalde, Zafar Iqbal. Tras este último homenaje, la estrella debía ser enterrada en la intimidad, en presencia de artistas como Elton John o James Hetfield, del grupo Metallica, según el tabloide The Sun.
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Black Sabbath, fundada en 1968, tuvo un enorme éxito comercial en las décadas de 1970 y 1980 y llegaron a vender más de 75 millones de álbumes en todo el mundo. El grupo ingresó en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 2006 y Osbourne fue incluido por segunda vez el año pasado como solista.
Osbourne fue reconocido por su talento musical, pero también forjó su fama con su comportamiento extravagante, muchas veces atizado por el consumo excesivo de drogas y alcohol. En 1989, fue arrestado por intentar estrangular a su esposa Sharon mientras estaba totalmente ebrio, un incidente que el músico recordó en una entrevista en 2007.
Una de sus actuaciones más recordadas se remonta a 1982, cuando durante un concierto en Des Moines, en Estados Unidos, le arrancó la cabeza de un mordisco a un murciélago en el escenario. Osbourne relató que pensó que un seguidor le había lanzado un murciélago de goma al escenario, y que no se dio cuenta de que era un animal de verdad hasta que le dio un mordisco.
Fuente: AFP.
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Adiós a Ozzy Osbourne, el “Príncipe de las Tinieblas” del heavy metal
Ozzy Osbourne pasará a la historia de la música como el “Príncipe de las Tinieblas” del heavy metal, el legendario roquero que cumplió sus sueños de vida intensa como líder de la banda Black Sabbath. Después de décadas de desenfreno y más de 100 millones de álbumes vendidos, el cantante británico falleció el martes a los 76 años. Lo sobreviven su esposa Sharon, seis hijos, varios nietos y un legado permanente en los anales del rock ‘n’ roll.
Murió apenas semanas después de un concierto de despedida ante 40.000 personas en Villa Park, hogar de su querido Aston Villa en su natal Birmingham, en el centro de Inglaterra. Figuras de la realeza del rock se juntaron entonces para rendirle homenaje, como Metallica, Guns N’ Roses, y miembros de Aerosmith y los Rolling Stones.
Muy lejos de los excesos y escándalos que definieron sus días de gloria en la década de 1970, Ozzy, como todos lo llamaban, atrajo legiones de nuevos fans en los años 2000 como el abuelo con problemas de audición, un poco loco pero cariñoso, en el exitoso reality show de MTV “The Osbournes”.
Hasta entonces, era conocido por morder la cabeza de un murciélago vivo durante un concierto y por orinar en la copa de vino de un jefe de una discográfica y sobre el Cenotafio de El Álamo en Texas. Pero para los fanáticos del hard-rock, siempre será recordado como el líder de Black Sabbath, la banda que ayudó a lanzar el género del heavy metal, una mezcla de rock y blues impregnada de rebeldía y letras oscuras.
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“Las chicas salieron gritando”
Black Sabbath tuvo un éxito inmediato desde el lanzamiento de su álbum debut homónimo en 1970. Durante casi cinco décadas, cientos de miles de personas en todo el mundo siguieron congregándose para escuchar himnos del rock como “Paranoid”, “Iron Man” y “War Pigs” en los enérgicos shows en vivo de Black Sabbath, hasta que bajaron el telón con una presentación final en Birmingham en 2017.
Ozzy, como muchos de sus contemporáneos, sufrió lapsos de memoria debido a la bebida y las drogas. En 2010, científicos incluso analizaron su genoma para tratar de entender cómo había sobrevivido a tantos excesos. Ozzy no recordaba dónde había interpretado por primera vez el álbum debut de Black Sabbath, pero sí la reacción del público. “Todas las chicas salieron del lugar gritando”, dijo en su autobiografía “Yo soy Ozzy”.
Su estilo de vida salvaje lo llevó a choques con la ley, incluidas visitas a la corte por cargos de satanismo e incitación al suicidio. Pero su carrera delictiva comenzó temprano: estuvo preso por robar un televisor y ropa de bebé. John Michael Osbourne nació en una familia trabajadora en Birmingham el 3 de diciembre de 1948 y se ganó su apodo en la escuela primaria.
Disléxico y harto de las tareas, abandonó la escuela a los 15 años antes de trabajar en empleos manuales, incluso uno en un matadero. Pero ya había decidido que se convertiría en una estrella de rock tras escuchar a los Beatles en la radio, una fantasía que cumplió increíblemente rápido.
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Turbulenta vida personal
Poco después de conocer al guitarrista Tony Iommi ambos decidieron “dejar de hacer blues y escribir música aterradora”, inspirados por películas de terror. El sonido de pesados riffs acompañados por la voz monótona de Ozzy cantando letras que exploran el lado oscuro de la naturaleza humana pronto se convirtió en la plantilla del heavy metal.
“Pink Floyd era música para chicos ricos de universidad, y nosotros éramos exactamente lo opuesto a eso”, afirmó. Los álbumes fueron apareciendo a un ritmo frenético, a menudo rechazados por los críticos, pero aclamados por los fans. Ozzy dejó la banda en 1979 para continuar una exitosa carrera en solitario, con hits como “Crazy Train”, “Mr. Crowley” y “Mamma, I’m Coming Home”, mientras lidiaba con una turbulenta vida personal.
Su primer matrimonio con Thelma, con quien tuvo dos hijos, Elliot y Jessica, fue, según él mismo admitió, un desastre. En 1982 se casó con Sharon, su mánager, quien rápidamente se convirtió en su apoyo. Tuvieron tres hijos: Aimee, Kelly y Jack, y adoptaron a otro, Roberto. A pesar de su personalidad aparentemente despreocupada, las muertes de sus amigos roqueros Lemmy Kilmister, de Motorhead, y David Bowie lo sumieron en un estado reflexivo. “Todos están muriendo a mi alrededor”, dijo a la revista Rolling Stone en 2016.
Fue diagnosticado con Parkinson en 2019, y todas las ganancias de su último concierto el 5 de julio se destinaron a organizaciones benéficas como Cure Parkinson’s y el Hospital Infantil de Birmingham. Pero el “Príncipe de las Tinieblas” se aferró a la vida durante otros seis años antes de unirse a sus compañeros en el panteón de los grandes músicos británicos.
Fuente: AFP.
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Falleció el mítico Ozzy Osbourne, líder de Black Sabbath
Ozzy Osbourne, el líder del grupo de heavy metal Black Sabbath, murió este martes a los 76 años, anunció su familia en un comunicado.
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Osbourne “estaba con su familia y rodeado de amor. Pedimos a todos que respeten la privacidad de nuestra familia en este momento”, agregó el comunicado.
El deceso de la mítica estrella que cubre de luto al espectáculo mundial se produjo semanas después de reunirse con sus compañeros de banda de Black Sabbath para realizar una gira de despedida.
El artista se encontraba debilitado por múltiples operaciones y el Parkinson, motivo por el cual tuvo que abandonar los escenarios en 2023.
Su despedida
Con una última interpretación de “Paranoid”, su mayor éxito, el mítico rockero inglés y su grupo Black Sabbath se despidieron el sábado 5 de julio de los escenarios en un concierto en su Birmingham natal que rindió culto al heavy metal.
“I love you (los amo)”, gritó con su voz todavía rechinante el carismático cantante a la entregada multitud en el estadio Villa Park, donde se rodeó de grandes estrellas del género.
El cantante, también conocido como “Príncipe de las Tinieblas”, quien escribió su leyenda al morder la cabeza de un murciélago en pleno concierto, cantó en su despedida sentado, prisionero de sus temblores, en un trono satánico confeccionado para el padrino del heavy metal.
Fue un adiós crudo y emotivo, acompañado de sus compañeros de Black Sabbath y de decenas de millas de seguidores del metal llegados del todo el mundo hasta el estadio del Aston Villa, convertido por una noche en una catedral pagana.
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“Podría ver nuestro apoyo y eso me hizo llorar”, explicó Lilly Chapman, una seguidora de 29 años, todavía emocionada de ver al rockero “mostrarse vulnerable ante millares de personas”.
Fuente: AFP
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Ozzy Osbourne y Black Sabbath se despidieron de los escenarios
Con una última interpretación de “Paranoid”, su mayor éxito, el mítico rockero inglés Ozzy Osbourne y su grupo Black Sabbath se despidieron el sábado pasado de los escenarios en un concierto en su Birmingham natal que rindió culto al heavy metal. “I love you (los amo)”, gritó con su voz todavía rechinante el carismático cantante a la entregada multitud en el estadio Villa Park, donde se rodeó de grandes estrellas del género.
A sus 76 años, el “Príncipe de las Tinieblas” sufre desde hace varios años la enfermedad de Parkinson. El cantante, que escribió su leyenda al morder la cabeza de un murciélago en pleno concierto, cantó en su despedida sentado, prisionero de sus temblores, en un trono satánico confeccionado para el padrino del heavy metal.
Fue un adiós crudo y emotivo, acompañado de sus compañeros de Black Sabbath y de decenas de miles de seguidores del metal llegados del todo el mundo hasta el estadio del Aston Villa, convertido por una noche en una catedral pagana. “Podría ver nuestro apoyo y eso me hizo llorar”, explicó Lilly Chapman, una seguidora de 29 años, todavía emocionada de ver al rockero “mostrarse vulnerable ante miles de personas”.
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“Una vez en la vida”
Hacía 20 años que Black Sabbath, pionero del heavy metal, no se reunía en su formación original de 1968 (Osbourne como cantante, Tony Iommi en la guitarra, Geezer Butler en el bajo y Bill Ward en la batería).
Si eso no fuera suficiente, a ellos se sumaron otras bandas y músicos emblemáticos como Metallica, Guns N’ Roses, Pantera, Slayer, Tom Morello de Rage Against The Machine, Steven Tyler de Aerosmith o Ron Wood de los Rolling Stones.
Los espectadores, con camisetas de metal, espesas barbas y grandes tatuajes, acompañaban los himnos que conocían al dedillo sacudiendo la cabeza en un ambiente que poco tenía que envidiar al generado por los “villanos”, los seguidores del Aston Villa que suelen ocupar ese lugar.
“Esto solo ocurre una vez en la vida”, decía entusiasmado Rich Newlove, llegado del norte de Inglaterra. Ozzy “estaba en mejor forma y mejor estado de salud de lo que esperaba”, afirmó con una cerveza en la mano tras el concierto.
El sentimiento, sin embargo, es “agridulce” al haberlo podido ver por primera, pero también por última vez.
Algunos llegaron de muy lejos. “Va a ser el mayor concierto de metal de todos los tiempos”, expresó Jared Higginbotham, un estadounidense de 34 años que vino junto a su novia desde Texas.
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Entradas agotadas en 16 minutos
A pesar de los elevados precios, las entradas para el espectáculo se agotaron en apenas 16 minutos. Los fondos obtenidos se destinarán a organizaciones benéficas como Cure Parkinson’s y el Hospital Infantil de Birmingham.
Henry Broderik, un barrendero de Cambridge de 22 años, se gastó 415 libras (560 dólares) por su entrada porque “era todo lo que quedaba”.
Es el precio a pagar para asistir a la despedida de Ozzy, un ícono conocido por sus fechorías, pero también por la emisión de un programa de telerrealidad de su familia en los años 2000, “The Osbournes”, que se convirtió en un gran éxito en MTV y lo conectó con nuevos públicos. Black Sabbath ha vendido más de 75 millones de álbumes en todo el mundo y es ampliamente reconocido como uno de los pioneros del heavy metal con grandes éxitos como “Paranoid”, “War pigs” o “Iron man”.
Fuente: AFP.