En esta edición de Poderosas con Marilé Unger, la invitada especial recientemente colaboró en la coreografía del equipo de 200 bailarines en la inauguración de los XII Juegos Suramericanos de Asunción 2022.
Por: Natalia Delgado
Montserrat Coronel es una artista de alma, docente apasionada, bailarina y coreógrafa especializada en street jazz. “Trabajo con Fusk Méndez, él es el cerebro de la coreo de la apertura que es “Alto Sueño” y trabajé con él como asistente de coreografía. Juntos armamos las figuras y todo lo demás, eso fue en principio lo que íbamos a hacer”, explica.
Montse relata que luego surgieron los otros bailes, que eran de disciplina y también la oportunidad de bailar con Tini. “No sabíamos con certeza, se manejaba que iba a venir una artista internacional, pero tampoco sabíamos que íbamos a bailar, todo se fue desarrollando”.
Y puntualiza que “el cerebro fue Nicole”, una de las productoras. Ella fue quien le dijo a Nani, otra de las coreógrafas, “tengo 200 bailarines ¿los querés?,”. En ese momento, explica Montse, Nani apostó por el grupo y empezó el arduo trabajo. “Los chicos fueron lo máximo, lo dieron todo ensayando. Había que bailar con Tini y ese era el sueño”, recuerda.
“Queremos cambiar la historia del arte en Paraguay”
La bailarina rememora con mucha emoción cada momento, menciona que fue Fusk quien recibió el llamado con la propuesta: la productora le pidió que reúna 200 bailarines en 15 días y él se comunicó con ella para encarar este nuevo desafío.
“Nosotros somos un equipo, trabajamos juntos desde “Negrita” de Kchiporros. Para mi él es lo máximo y cuando me dijo los dos coincidimos: ¡dale, vamos! Empezamos y no paramos. Llamamos a gente, profes del ambiente que sabíamos que tenían sus chicos. De pensar al comienzo que no íbamos a llegar, tuvimos 300 bailarines a disponibilidad, 100 en lista de espera”.
La diversidad fue un punto fundamental para Montse y Fusk. “Para nosotros era muy importante mostrar que podemos juntar todos los estilos de baile, no solo urbano. Queríamos todos los estilos y que todos los bailarines tengan la oportunidad de estar en ese escenario. Queríamos bailarines de calidad, en ningún momento nos fijamos en los cuerpos”.
Durante dos meses y medio el equipo trabajó arduamente. Ensayaban cuatro veces por semana durante tres horas, incluso durante la última etapa las jornadas de trabajo eran diarias.
“La verdad fue súper duro, pero nos mantuvo ese sueño. Era mostrar que Paraguay y los artistas de nuestro país están listos para montar un show internacional, que tenemos el arte, a los artistas y que solo faltaba una oportunidad. Para nosotros fue un sueño, todo lo que nos mantenía”, expresa.
Al grupo le encendió la noticia de que iban a compartir escenario con Tini Stoessel, pero también el hecho de bailar con artistas nacionales. Montse enfatiza que juntar a artistas 100% paraguayos fue algo demasiado genial.
“Más que nada fue tener la oportunidad de que los artistas internacionales vean que pueden venir a Paraguay, que pueden llamarnos y estamos. Eso queríamos mostrar, que hay talento de exportación. En el caso de Tini, se animó y creo que sumamos mucho a su show, porque no iba a ser lo mismo sin los 200 bailarines”.
Una de las cosas que Coronel dijo fue extrañar los ensayos, no tanto la cantidad de horas, pero sí la experiencia. “Todos juntos ensayando, 200 bailarines. Para nosotros el objetivo era hacer historia. Decíamos: ‘queremos cambiar la historia del arte en Paraguay, queremos que la gente nos vea y nos den la oportunidad’”.
¿Dónde nace la pasión?
Montse respondió esta pregunta instantáneamente: “Desde que nací”. Estudió baile desde los 7 años y es algo que ya venía de familia, pero ella misma se describe como la “más enferma por el baile”, de tanto que la apasiona.
Su camino en este arte no fue lineal, Montse dejó la danza durante 8 años. “Hasta los 17 hice sin parar, después tenía que trabajar, estudiar, la vida normal”. En esa época ella estudiaba jazz y sentía que no la llenaba. “Soy muy pasional, como que si algo no está en mi corazón, chau”, aclara.
Fue así que decidió dejar los estudios, pero continuó como docente en los colegios. “Ahí hacía mis propias coreos, no era jazz, no era hip-hop, no sabía que bailaba, no tenía idea. Hasta que una amiga me dijo: ‘lo que vos bailas es street jazz’ y lo descubrí”, recuerda.
En ese momento las ganas volvieron, con 25 años y luego de una pausa bastante larga, Montse se decidió y viajó a otro país para capacitarse. “Tenía que capacitarme, volví a enseñar y no paré”, menciona emocionaba. Montse equilibró su rutina entre el trabajo de oficina y su labor como artista.
“Todos bailamos”
Coronel está convencida de que todas las personas pueden bailar y que la danza es un lenguaje universal. “Todas las culturas, todos los países, todo el mundo baila, es algo innato del ser humano, solo que a veces la cabeza nos frena”, reflexiona.
Mucha gente le llegó a decir que no bailan, que es algo que solo los profesionales hacen, pero en realidad es un gusto natural y compartido. “Ese fue mi objetivo desde un comienzo, crear un lugar donde todas las ex bailarinas o las personas que alguna vez soñaron con bailar puedan decir: ‘hoy tengo tiempo, quiero bailar. Hoy tengo los medios y puedo’”, afirma con convicción.
“Creo que el baile abrió mucho sus puertas y me siento feliz de ser parte, decirle a las personas que si quieren bailar, nunca se detengan. Obviamente la profesionalización es otra cosa, porque ser bailarín es un trabajo, ser coreógrafo es un trabajo y tiene que ser valorado y respetado, pero eso no quiere decir que no le podamos abrir las puertas a otras personas de cualquier edad”.
Por último, con gratitud Montse dejó una invitación especial: “Para mí el cuerpo es lo más sagrado que uno tiene. Valoro mucho que confíen en mí como guía para descubrir este arte tan hermoso que es el baile. Les espero siempre que quieran bailar, es un lugar seguro donde lo único que queremos es ser felices bailando”.
Podes ver la entrevista completa haciendo click aqui.