Un arte permanente sobre la piel que requiere la elección pensada del diseño, la zona y el artista a realizarlo, sin embargo, los cuidados posteriores son tan fundamentales como los previos para que sane correctamente y no se estropee.

Por: Natalia Delgado

“Al finalizar el diseño, no importa si es chico, grande o la zona del cuerpo, se cubre con un film para proteger la piel y que no se contamine con bacterias”, explica Leonardo Martines, tatuador y propietario de Leotattoobarber.

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El artista especifica que este proceso ayuda a que la piel suelte el exceso de tinta que puede quedar en la dermis, pero más se previene la contaminación y posibles infecciones.

“El film protector hay que dejarlo como mínimo durante 2 horas o máximo 24, antes de retirar. Lo siguiente es muy importante: antes de tocar la zona tatuada hay que lavarse bien las manos, y luego lavar el tatuaje con agua y jabón neutro, sin perfume ni otros químicos que puedan irritar el diseño”, apunta.

La temperatura del agua tiene que ser fresca a fría, hay que evitar las temperaturas altas y las duchas muy prolongadas. “Incluso si la zona se inflama, se puede aplicar un poco de hielo envuelto en una tela de algodón”, sugiere y continúa: “una vez que se limpia el tatuaje, dentro de las 24 horas, hay que secar con una toallita desechable o papel absorbente y volver a cubrir con un film nuevo”.

A partir del segundo día hay que continuar con los lavados, se debe realizar de dos a tres veces por día, luego de la higiene hay que aplicar una capa fina de crema cicatrizante, el tatuador aclara que la capa de crema debe ser mínima, ya que en cantidad puede ser contraproducente en el proceso de cicatrización.

Este proceso hay que repetirlo durante las primeras dos semanas. “Un error común es que la gente se rasque el tatuaje por el escozor que genera la cicatrización, se golpee realizando alguna actividad o sude demás, este tipo de situaciones dañan el resultado final del trabajo; si el tatuaje pica no hay que rascar, lo mejor que se puede hacer para aliviar el malestar es aplicar frío”, explica Leonardo.

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La exposición solar, el cloro de la pileta, el agua salada, son cosas que también pueden estropear el tatuaje y hay que evitar. Una vez pasado este proceso, si el diseño está en una zona expuesta, como los brazos o piernas, hay que usar protector solar siempre.

“El sol oscurece la piel, pero los tattoos se aclaran porque se oxidan los materiales que forman la tinta con la que están hechos. Cuánto más nuevo es el dibujo más se estropea porque la piel, aunque parece curada, no está totalmente cicatrizada hasta pasado casi un mes. Después de ese tiempo pasa algo similar pero en menor medida, por eso el fotoprotector es tan importante”, puntualiza.

Por último, el artista aconseja evitar los excesos como alcohol y tabaco durante las primeras tres semanas, ya que estas sustancias afectan el estado general de la piel.

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