Generalmente se les aconseja a las embarazadas o a quienes padecen problemas de retención de líquidos. Y es que elevar las piernas, ya sea recostándolas por la pared o apilando almohadas en los pies, cuenta con varios beneficios.
Durante la jornada se realizan diferentes actividades, ya sea trabajo en movimiento, deportes, incluso después de estar muchas horas sentada frente a la computadora, tiene un gran impacto sobre el organismo.
Si bien es importante estar activas para mantenernos saludables, esto genera un cansancio importante en todo el tren inferior: piernas, tobillos y pies. Si a esto le sumamos el funcionamiento del sistema circulatorio -que algunas personas pueden tenerlo más lento- es natural el cansancio, hormigueo, dolor, inflamación, entre otros síntomas.
¿Por qué conviene dormir con las piernas levemente elevadas durante la noche?
-Mejora la digestión: Se activa la “inversión activa”. Cuando los pies están en una posición un poco más elevada, se descongestiona los fluidos atrapados y mejora la digestión; esto se debe a que la sangre fluye con más facilidad y se relajan los músculos del abdomen.
-Favorece el sistema nervioso: Como se estimula el mecanismo de bombeo y distribución de sangre a todo el cuerpo hay una mejor oxigenación y, como va de la mano de la respiración, el cuerpo se relaja, alivia las tensiones musculares y los dolores.
-Alivia edemas y retención de líquidos: Por lo mismo, todos los fluidos estancados se activan, la sangre fluye con más facilidad y, si la persona tiene retención de líquidos, se activa la eliminación de toxinas a través de la orina, también está aconsejado para quienes tengan varices y molestias en las piernas.
-Mejora el descanso: Todos los beneficios anteriormente nombrados impactan en la calidad del sueño. La persona se relaja más rápido, lo cual ayuda a combatir el insomnio, también es probable que logre conseguir una mejor higiene y tener un sueño reparador para encarar la siguiente jornada.
¿Cómo ponerlo en práctica?
Elevar las piernas recostándolas por la pared durante 20 minutos, pero si no logras hacerte de ese tiempo durante el día podés poner una almohada en tus pies cuando vayas a dormir. Además de beneficiar al organismo, resulta cómodo y fácil a la adaptación: no es necesario que las piernas estén sumamente elevadas, con una almohada normal bajo los pies basta.