Cómo nos comunicamos con los demás es muy importante y con tanta información a disposición, por ejemplo, aprendimos a reconocer “red flags” en una relación. El negging tiene que ver con esos halagos que en realidad esconden insultos o mensajes negativos.

Por: Natalia Delgado

“¡Te queda lindo y eso que estás gordita!”, “¡Ves que cuando querés sos inteligente!”, “¡Felicidades, juraba que no ibas aprobar ese exámen!”, “¡Te quedó rica la comida, aunque mi ex cocina mejor!” Son unos de los tantos ejemplos del negging y, que más de una vez, alguna lo llegó a escuchar de parte de alguien que le importaba.

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Generalmente cuando una persona recibe este tipo de comentarios no se da cuenta de la negatividad del mensaje al instante, pero inconscientemente el emisor planta una semilla de inseguridad que, con el tiempo, termina perjudicando la autoestima de quien lo recibe.

Aunque parezca descabellado, este tipo de manipulación se inventó en los ‘90. Su creador fue un coach llamado Erik von Markovik, apodado Mystery, y planteaba a sus seguidores las maneras en las que se podía conquistar a una mujer.

Mystery explicaba que las mujeres llevaban décadas sometiendo a los hombres y que si estos querían seducirlas, debían aprender técnicas para manipularlas. De ahí nace el negging. “Un comentario negativo que hecho con sutileza, hace bajar la guardia de un objetivo y le lleva a cuestionarse su propio valor, aumentando tu valor relativo”, exclamaba el “coach” en sus cursos.

El objetivo final de esta técnica es que la persona afectada pierda autoestima, dude de sí misma, haga de todo para complacer al otro e incluso, busque agradarle todo el tiempo porque se siente insuficiente o incluso afortunada de que “a pesar de su valor” el otro la siga eligiendo.

¿Qué se puede hacer ante el negging?

Vale aclarar que este tipo de comentarios manipuladores no siempre salen a la luz al inicio de una relación. Puede que la persona se tome su tiempo antes de tirar sus halagos negativos, incluso pueden tener otros comportamientos como el “ghosting” o el “orbiting”, con la intención de atrapar la atención de su “víctima”.

De ahí la importancia de construir una buena autoestima y valorarse a una misma. A partir de ahí vamos a poder diferenciar lo que queremos y lo que no vamos aceptar por parte de otra persona, ya que esto también se puede dar con amistades o familiares.

También hay que tener en claro que los insultos y la desvalorización no son muestras de afecto, quien te degrada no es alguien que te valora. Quien te quiere ver bien, feliz y superándote cada día, no es quien te achaca la autoestima y te llena de inseguridad con negatividades, sino quien te acompaña y da ánimos en el proceso.

“Es importante que estés consciente de lo que esa persona quiere hacerte y evites seguir relacionándote o le pongas un alto, y le digas que entendés cuál es su objetivo al tratarte de esa manera”, sugiere Dayana Bonito, Coach motivacional.

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