A poco de festejar su Jubileo de Platino en la soberanía y luego de 70 años en el trono, la Reina Isabel II partió en su residencia de Balmoral. Se destacó por su sobrio y distintivo estilo de trabajo oficial pero también varios de sus looks pasaron a la historia.

Juventud

Desde muy temprana edad, tanto Isabel como su hermana Margaret acaparaban la atención de la gente con sus formas de vestir y arreglarse. Cotidianamente portaban prendas casi idénticas, algo que estaba de moda en las familias de clase alta.

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Desde vestidos con estampados, conjuntos escoceses y abrigos estructurados, incluso el mismo corte de cabello y los accesorios que fueron tendencia años posteriores.

Compromiso con el príncipe Felipe

En 1947 la joven Isabel eligió un vestido en tono pastel con dos lazos a los costados para el anuncio de su compromiso con el príncipe Felipe. El evento se hizo en el Palacio de Buckingham y además de la noticia, se destacó el collar de perlas doble que más adelante se convirtió en su sello distintivo.

Casamiento

El casamiento se consumó ese mismo año en la abadía de Westminster, y Lilibet -como le decía su padre- deslumbró al público con un vestido de novia del cual se sigue hablando hasta la actualidad.

Diseñado por Norman Hartnell, el vestido de novia contaba con hombros marcados, mangas ajustadas y escote corazón. La confección tomó varias semanas y cientos de costureras trabajaron en él, ya que también los detalles eran impresionantes: alrededor de 10.000 perlas bordadas, cristales incrustados y lentejuelas que dibujaban flores, inspirado en “La Primavera”, el cuadro de Botticelli.

Coronación

En 1953 Isabel II fue coronada reina y para tan significativo momento usó un vestido diseñado, nuevamente, por Norman Hartnell. El modelo era de seda blanca bordada con emblemas florales, contaba con una capa de terciopelo y lo acompañó la Corona de San Eduardo, la oficial de Reino Unido. Este vestido fue tan icónico y significativo que hoy en día es pieza de museo.

El casamiento del príncipe Carlos y Diana de Gales

La boda de su primogénito fue un gran acontecimiento, asistieron alrededor de 3.500 invitados y cerca de 750 millones de personas pudieron ser partícipes gracias a la transmisión en directo que dieron los medios de comunicación.

Para este evento, Isabel lució un vestido turquesa con acabados plisados y mangas francesas. Como accesorios eligió un tocado del mismo tono que su vestido, una cartera de mano y contraste con guantes, zapatos blancos y su distintivo collar doble de perlas.

Su vestido preferido

Se trató de un diseño de seda de tefetán marfil con un corpiño geométrico con brillantes engarzados. Esta pieza exquisita también fue diseñada por Hartnell y la reina lo estrenó en 1961 en un viaje de estado a Roma, luego llegó a utilizarlo dos veces más en otros acontecimientos.

El vestido de noche se destaca por su diseño y el gusto particular de la reina, pero tiene más historia: durante el 2020 su nieta Beatriz de York contrajo matrimonio y eligió ese vestido de su abuela, realizó un cambió mínimo en las mangas.

Casual

También se mostró con outfits más relajados para el campo, su lugar preferido era el interior y una pasión muy marcada el hipismo, de allí su estilo hípico por excelencia: americana de lana, pantalones de montar, botas caño alto y sus infaltables pañuelos estampados.

Legado

Durante su extensa trayectoria Isabel prefería conjuntos de un solo color en tonalidades pasteles alegres como el amarillo -que era su color preferido-, turquesa, rosa, etc. Ese fue su look oficial de trabajo de estado. El toque festivo lo daba con telas más brillantes para acontecimientos que lo necesitaran. En cuanto a sus accesorios: generalmente tenía un sombrero discreto del mismo color que su ropa, bolsos y zapatos a juego, siempre cuidando los detalles.


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