Dejando de lado los feeds “perfectos” y planificados, muchos usuarios empezaron a publicar imágenes movidas, fuera de foco, incluso secuencias donde incluyen memes y videos improvisados en Instagram.

A pesar de todas las actualizaciones que está experimentando, Instagram continúa siendo una plataforma fotográfica. La finalidad es que los usuarios compartan momentos relevantes de su vida a través de fotos y videos, y algo que se debatió siempre fue la idea de perfección en la mayoría de los feeds.

Desde el uso y abuso de filtros, imágenes retocadas y la idea de una vida sin altibajos, el “photo dump” llegó para impulsar algo diferente. El concepto está vinculado a décadas anteriores, cuando se usaban cámaras analógicas y había que revelar los rollos, pero aún así muchas fotos quedaban en el olvido porque salieron mal, fuera de foco o desprolijas.

Realmente quienes impulsaron esta tendencia fueron diferentes celebridades y figuras públicas. Sin miedo a mostrarse en lo cotidiano, empezaron a publicar imágenes sin producción, sin maquillaje, con ropa de entrecasa, despeinadas, haciendo muecas y, en algunos casos, fotos que parecen accidentales.

Aunque esta “filosofía” en principio, deconstruye la idea de una vida perfecta, en la estadística marcó un cambio importante acerca del funcionamiento del algoritmo en Instagram. Esto incluso ayudó a que el “photo dump” se convirtieran en tendencia.

Los carretes de los posteos empezaron a tener más visualizaciones e interacciones que las fotos producidas y cuidadas, algo que para los creadores de contenido y las marcas se presentó como un recurso interesante para implementar.

Más allá de las estrategias para ganar visualizaciones e impulsarse en las redes, esta movida transmite un mensaje positivo. Primero porque acepta lo natural y cotidiano, rompe con los parámetros establecidos de lo que está bien mostrar, y luego, porque inculca que los mejores momentos pueden ser aquellos que no se planifican.