Muy popular desde los últimos, es común encontrar libros con diseños para colorear, especialmente destinados para adultos. Los expertos en arteterapia afirman que es un pasatiempo con varios beneficios para la salud.

Muchas de nosotras cuando éramos pequeñas elegíamos nuestro cuaderno y lápices de colores para pasar el tiempo. Podíamos estar horas dibujando, totalmente desconectadas del mundo y entretenidas, sin embargo, con el paso de los años dejamos de lado los colores, las formas y la imaginación para enfocarnos en las responsabilidades y obligaciones.

Debido a ello actualmente se buscan alternativas para poder relajar la mente, enfocarse en el aquí y ahora, liberar el estrés y vivir vidas más significativas. Así es que llegamos al método de colorear mandalas: círculos con formas geométricas que ayudan a la práctica de la meditación en el mundo budista o hinduista.

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El origen de las mandalas

La palabra en sánscrito significa “círculo sagrado” y su origen se remonta a la India. A mediados del siglo XX las mandalas fueron denominadas como expresiones probables de inconsciente colectivo por Carl Gustav Jung, un psiquiatra y fundador de la escuela de psicología analítica. El especialista afirmaba que el centro de la mandala simboliza el “sí-mismo” y lo implementó en sus terapias para estudiar los resultados.

Según sus interpretaciones estas imágenes tienen un diseño que está estrechamente vinculado con la antigüedad y nuestra cultura, además de concluir en que es una manera de restaurar la armonía interior.

Pintar mandalas puede ayudar a la relajación. Las diferentes formas de estas figuras producen cierta sensación hipnótica que ayuda a calmar la mente y el cuerpo. En sí misma es una técnica de relajación porque favorece la respiración calmada y disminuye las pulsaciones.

Al momento de pintar, no importa el diseño ni hay que seguir patrones, pero sí una busca no pasarse de las líneas y se enfoca en crear algo con resultados satisfactorios, entonces esto activa la concentración y en la práctica regular, se logra mejorarla.

A veces es muy difícil desconectar de la rutina y las preocupaciones, pero al pintar mandalas estamos practicando mindfulness. Nos centramos totalmente en la tarea, el “aquí y ahora” y no pensamos en las cosas que nos estresan.

Este hobbie no solo ayuda a reducir la ansiedad y el estrés, también es un buen método para descansar la mente, fomentar la creatividad y expresar emociones que a veces nos cuesta hablar. Al tener un impacto positivo sobre nuestra mente, nuestro sistema inmune también se ve favorecido y es una buena actividad para dedicarnos tiempo a nosotras mismas.

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