La palabra “soledad” puede tener una connotación negativa para muchas personas, sin embargo, un movimiento nacido en Corea del Sur hace unos pocos años afirma que puede ser una gran oportunidad para enfocarse en una misma y dejar atrás las presiones sociales.
Unos años antes del inicio de la pandemia por el Covid-19, exactamente en el 2017, un grupo de jóvenes surcoreanos empezaron a utilizar el hashtag #Honjok en las redes sociales para rotular quienes eran y qué estilo de vida llevaban.
Impulsados por dejar atrás las normas establecidas que “obliga” a los hombres a ser profesionales y exitosos en el ámbito económico y a las mujeres a priorizar a la familia para dejar de lado sus ambiciones profesionales, además de cumplir con las expectativas relacionadas a los estándares de belleza, nace el “honjok”.
El término en sí es un juego de palabras: hon significa “solo” y jok hace referencia a “tribu”, lo que en su traducción al español sería “tribu de uno solo”. El concepto hace referencia a la soledad como una elección personal y los objetivos principales son: el autoconocimiento, cultivar el mundo interior y vivir libres sin las presiones sociales impuestas.
Aunque el término “soledad” puede ser intimidante o desafiante, quienes defienden esta idea afirman que el honjok no tiene la connotación negativa de estar solo o sentirse solo, sino más bien está vinculado a disfrutar de realizar actividades en solitario y apreciar los momentos con una misma.
Entre sus ventajas se enumera la posibilidad de explorar en profundidad los gustos y preferencias, la chance de tener más recursos económicos a disposición y una alternativa al modelo tradicional surcoreano donde el concepto de tribu es el bien supremo.
El libro sobre el Honjok como práctica de vida
La soledad es una gran oportunidad para estar con nosotras mismas y encontrar el sentido de nuestras vidas, y aunque al principio pueda resultar un poco incómodo, es una gran vía para el autoconocimiento, afirma Francie Healey, autora del libro “Honjok: el arte de vivir en soledad”.
Healey basó su libro investigando sobre este movimiento y hablando con 15 personas de diferentes edades que lo practicaban. Comentó que muchos jóvenes, especialmente mujeres, optaban por vivir solas y abrazar el individualismo emergente, en entrevista para la BBC.
“El honjok es una invitación a reflexionar sobre quiénes somos realmente, más allá de las normas sociales y culturales establecidas, y a disfrutar de la soledad”, explica Francie y agrega: “Nos ofrece la oportunidad de trabajar en nuestra identidad más allá de cómo nos relacionábamos con los demás e interactuábamos con el mundo antes de la pandemia”.
Este movimiento se hizo muy popular en Corea del Sur al punto que fue adoptando otras tipologías, por ejemplo: el “hon-bap” hace referencia a salir a comer a lugares sola, el “Hon-nol” a disfrutar de ir al cine, teatro u otras actividades de ocio en soledad, y el “Hon-sul” a disfrutar y relajarse con una copita de vino u otra bebida en casa.
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¿Cuáles son los beneficios de elegir la soledad?
Además de las nombradas anteriormente, Healey afirma que la vida en solitario nos ayuda a ser autosuficientes y que genera satisfacción y sentido de logro, permite potenciar el autoestima sin depender de las opiniones ajenas, lo cual deriva a un mejor relacionamiento con los demás, siempre y cuándo haya empatía, sin arrogancia ni prepotencia.
No se trata de convertirnos en ermitañas y desconectarnos de la sociedad, sino más bien en dedicar tiempo a nosotras mismas para cultivar el autoconocimiento, dar riendas sueltas a la creatividad y soñar y proyectar objetivos personales. Francie recomienda empezar de a poco, dedicando pequeños momentos en el día para realizar cosas sencillas que nos gusten, y por sobre todo, disfrutarlo.