Si tenes las uñas cortitas y, esporádica o continuamente, la costumbre de llevarlas a la boca y morderlas, tenes onicofagia. Se trata de un hábito que adoptaste en algún momento de tu vida y afecta tanto a niños como adultos.
Seguramente de pequeña te dijeron que “no te comas las uñas”, cuando en realidad tenes las costumbre de tocarlas y cuando sentís que están astilladas inmediatamente las mordes, como para rasgar ese pedazo que te molesta. Aunque parezca inofensivo, esta maña puede acarrear consecuencias.
Las causas son difíciles de determinar, generalmente lo hacen personas ansiosas que, ante situaciones de estrés, buscan “consuelo” o sentirse seguros mordiendo sus uñas. Este hábito puede tener grandes consecuencias para nuestra salud. Primeramente por las bacterias que hay en las manos, los daños que podemos ocasionar en los dedos, dientes y la posibilidad de desarrollar infecciones.
Lo primero a tratar para dejar esta mala costumbre es buscar la manera de gestionar la ansiedad, realizando ejercicios de respiración, apretando pelotas antiestrés e incluso, optando por algún tipo de terapia.
También hay algunos consejos que te ayudar a dejar esta práctica:
- Cortarse y limar las uñas. Mantenerlas cortas y prolijas evitará que sientas esa sensación de que están astilladas. Además, cuando por inercia lleves las manos hacia tu rostro, vas a notar que no hay nada para morder. Este cuidado va a favorecer la estética de tus manos y te dará ganas de siempre tenerlas arregladas.
- Pintarse las uñas. Hay esmaltes que son específicamente para tratar la onicofagia, vienen con un sabor amargo, ya sea en colores o transparentes. Se consiguen en farmacias y se puede utilizar a partir de los 4 años de edad.
- Hacerte la manicura. Si siempre quisiste tener uñas largas y arregladas, hacerte algún tipo de manicura semi-permanente es una genial opción, además de contribuir a que te sientas bien contigo misma y cómo se ven tus manos.
- Sustituir el hábito. Cada vez que te invadan los nervios y quieras morderte las uñas, lo podés reemplazar por algún juguete antiestrés.
- Masticar chicle. Aunque no es algo muy recomendado por los dentistas, es algo que se puede hacer intercalando con otra alternativa, como apretar una pelota de goma.
- Diente de ajo. Una opción natural, pero algo olorosos, es frotar las uñas con dientes de ajo. Su aroma te va a recordar muy rápido porqué no debes llevar tus dedos a la boca.