Aunque todos escuchamos al menos una vez la palabra “minimalismo” siempre la relacionamos solo al campo de la decoración de interiores. En este documental de Netflix, dos amigos nos cuentan cómo puede ser un estilo de vida que en realidad haga lugar para mayor creatividad y conexión con las personas en vez de en tener menos.

Por: Jazmín Gómez Fleitas (jazmin.gomez@gruponacion.com.py)

“¿Cómo podría ser tu vida mejor con menos?” Joshua Fields y Ryan Nicodemus en realidad ya vienen de un largo camino recorrido con el minimalismo. Fundaron un movimiento en el 2009, The Minimalists, basados en sus experiencias personales y en el cambio que hicieron de salir de una vida corporativa que los obligaba a trabajar 80 horas semanales a una más intencional y menos consumista.

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“Vivía para mi sueldo. Vivía de esperar salario. Como que mi vida transitaba de salario en salario”, explica Ryan, en una de las que serán las frases más descriptivas del enfoque del movimiento y de todo el documental, que en realidad ya es el segundo y se suma al libro, blog y podcast con los que ya cuentan.

No estamos ajenos a que Estados Unidos tiene una de las sociedades más consumistas, y si no sabíamos, el documental se encarga de ejemplificarnos. En la década de 1950 se gastaban 5 mil millones de dólares en publicidad, hoy el número asciende a 240 mil millones de dólares al año. Y desde el inicio del siglo XXI gran parte del gasto que se hacía en radio y televisión pasó al Internet.

Joshua y Ryan, los minimalistas. Foto: Netflix.

“A menudo se confunde la simplicidad con lo fácil, cuando no es así. Lleva trabajo vivir una vida intencional. Lo que sí es fácil es dejarse llevar por la corriente” destaca Ryan. Para comprender este estilo de vida por el que apostaron, nos llevan a conocer su historia de vida.

Ambos vienen de familias pobres y marcadas por la adicción, asi que de niños comprendieron que debían “ganar bien” para no repetir errores del pasado. Eso los llevó a pasar sus años 20 escalando en una empresa, mejorando aparemente su estilo de vida con tecnología de último momento, ropa de diseñor, buenos muebles y casas, etc.

Cerca de sus 30 ambos comprenden que sus relaciones, su descanso, su cuidado personal estaba casi en ruinas. “¿Tiene que habar algo más que sólo vivir para trabajar?”, menciona una de las personas que cuenta sus experiencias de vida también.

Así que la idea es preguntarnos: cuántas cosas estamos acumulando en nuestras casas porque necesitamos liberarnos del estrés o de la ansiedad, cuánto de nuestro tiempo realmente podemos invertirlo en cosas que nos nutran, apasionen y sumen a nuestras relaciones, a crear comunidad.

“Cuando conseguimos todo lo que queremos, nos damos cuenta de que nos habíamos equivocado al predecir lo felices que seríamos,porque el cerebro normaliza esas cosas. Al cabo de poco tiempo dices: ‘Ok, esto está muy bien, pero ahora tengo nuevos deseos’. Y lo que antes era el techo para ti, se convierte en el suelo de otra planta con otro techo que alcanzar”, menciona T.K Coleman, director de la Fundación para la Educación Económica.

“Como minimalista, creo que cada posesión u objeto debería servir a un propósito, no tener en exceso ni sernos inútil en nuestro hogar. Eso lo decidimos nosotros”, señala Joshua. El desafío al final del documental, deja claro el llamado a la acción: animarse a desprenderse de una cosa que ya no usemos -o que nunca lo hayamos hecho- a lo largo de un mes. No hacerlo solos, invitar a un amigo/a, un familiar y compartir la experiencia juntos, para evaluarla al final.

Porque, ¿no buscamos estar satisfechos respecto a cómo vivimos y tener relaciones personales significativas? Quizás debas verlo por vos mismo para sacar tus propias conclusiones.


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