Texto: Luis Ríos Florentín / @nosoyunvampire
Rancid es una fiesta de casi 30 años y el punto más alto de esa celebración se dio en 1995 cuando And Out Come the Wolves, su tercer disco, sacudió al mercado. Para disfrutarlo, solo se necesita un mohawk, un skate, pantalones cortos y una de esas radios portátiles grandes. La forma ideal de disfrutar de todo el tracklist solo, acompañado o yendo a la playa (con todas las medidas se seguridad sanitaria, obviamente).
El punk y el reggae siempre caminaron de la mano. Los que mejor entendieron ese mensaje de armonía fueron los muchachos de Berkeley quienes desde el inicio de su banda apostaron al frenetismo del punk y la hermandad del reggae y el ska. De hecho, Roots Radicals es un homenaje al roots reggae. En concreto, la banda dice “las raíces, el reggae en mi equipo de música”, una pista de que lo que escucharon en su adolescencia persiste en su trabajo hoy en día.
Su tercer disco los catapultó a la cima, lo que derivó en una guerra entre disqueras por ficharlos. De ahí el nombre: And Out Come the Wolves. Gracias a él, superaron los condicionantes de una “banda de moda” y pasaron a ser de culto. Está más que comprobada la capacidad compositiva del dúo Armstrong-Frederiksen y ese bajo demencial de Matt Freeman. Casi 50 minutos de puro baile, alegría y muchos consejos sobre la vida, vigentes en cualquier etapa. Gracias Rancid por tanto.
Canción necesaria: Lock, Step & Gone, por la vertiginosidad, aunque las 19 canciones de este álbum son necesarias.