¿Qué tienen en común las personas más felices del mundo? El director ejecutivo del Instituto de Investigación de la Felicidad, Meik Wiking, en su libro “Lykke: en busca de la gente más feliz del mundo” comparte la fórmula de la felicidad que encontró en las diferentes culturas.
Meik Wiking es investigador asociado para Dinamarca en la Base de Datos Mundial de la Felicidad, así como el CEO del Instituto de Investigación de la Felicidad y un investigador constante de la felicidad en el mundo. Además, es reconocido por su capacidad para transmitir ideas y teorías complejas a una amplia audiencia y ha hablado en más de 40 países de todo el mundo.
Lykke es la palabra danesa para referirse a “felicidad” y aunque los daneses son reconocidos en el mundo como los más felices y la ciudad natal de Wiking es, justamente, Copenhague; él no se detiene sólo a explicar el porqué de ellos sino que explora ciertos hábitos a lo largo del mundo que podrían contribuir a darnos una mejor calidad de vida. Aquí te compartimos 5 de ellos.
Circuito para bicicletas
Más que sólo andar en bicicletas, Wiking destaca que no es coincidencia que las mejores ciudades para vivir del mundo también tengan las mejores redes de ciclovías. “Los espacios públicos funcionan como mezcladores sociales ya que el mayor obstáculo para la felicidad es sentirse inferior o excluido. Una buena ciudad no hace que sus habitantes se sientan así”, menciona Wiking en el libro.
Por eso, aunque cuando leamos de ello y las primeras ciudades que nos vengan a la mente sean Copenhague -ciudad natal del autor-, Amsterdam, Estocolmo o Berlín, hay otra en nuestro continente que también destaca el autor: Bogotá. La ciudad latinoamericana cuenta con una red de 100 kilómetros de calles cortadas durante los domingos y días festivos que data desde 1974.
Abuelos de apoyo
En varias ciudades de Dinamarca se establecieron un “Sistema de Abuelos de Apoyo”, ¿qué es eso? Abuelos adoptivos que voluntarian su tiempo para ayudar con la crianza de los niños. En caso de que los padres ya no tengan a sus padres o no vivan lo bastante cerca de ellos para poder tener parte en el día a día, se puede recurrir a ellos.
"Proporcionan un par de manos más, una experiencia diferente para los niños y una fuente extra de paciencia a la que recurrir, lo que puede ser de gran ayuda. Otra ventaja es que este sistema reduce la soledad de los más mayores ", resalta Wiking. Los abuelos cuidan a los niños mientras los padres trabajan, lo que suma para relaciones familiares fuertes y bien cosntituidas, además de que los abuelos también escapan de la soledad.
Actos aleatorios de amabilidad
El Instituto de la Felicidad asegura que ayudar a los demás y tener acciones altruistas nos da “un subidón”. En los Estados Unidos existe una organización que se llama Random Acts of Kindness (Acciones aletatorias de amabilidad o bondad) que promueve estas prácticas que pueden ser: desde ceder el asiento en el colectivo, regalar un libro que leímos y nos ayudó, o dar las indicaciones correctas a alguien que busca una dirección, devolver algo extraviado, etc.
“Las personas que realizan trabajo voluntario son más felices que quienes no lo hacen, independientemente de otros factores, como el nivel socioeconómico. Además, experimentan menos síntomas depresivos y menos ansiedad, y disfrutan de una vida con más sentido”, asegura Wiking.
Comunidad vecinal
En Holanda cada 26 de mayo se celebra el Día del Vecino y la idea nació de un estudio que se realizó en el país. “La idea está inspirada en un estudio que demostraba que 3 de cada 3 holandeses piensan que los barrios cuyos habitantes realizan actividades comunes de manera regular eran los más agradables para vivir”, explica el autor.
También se celebra en otras partes del mundo pero en Holanda está instaurado desde el 2006 de manera ininterrumpida. “Vivimos una época paradójica. A veces es más fácil comunicarse con el otro extremo del mundo que saludar a tu vecino. De cara al aislamiento y al individualismo, tan frecuentes en nuestras ciudades, el Día del Vecino es una cita que favorece los contactos y fomenta el vínculo social. Es una oportunidad para encontrarse con los vecinos y convivir con el fin de romper el anonimato y el aislamiento de la ciudad”, explican desde Día Europeo del Vecino.
Jornada de trabajo sin interrupciones
¿No te parece que cuando no hay mensajes, mails o llamadas que corten tu concentración sentís que haces más rápido una tarea? Desde el Instituto de la Felicidad e incluso, otras empresas están impulsando esta idea. Por ejemplo, en el libro Wiking nos relata que en Intel se puso en marcha un proyecto piloto donde los martes a la mañana no se marcaban reuniones, llamadas o enviaban mails. Para cuando finalizó la prueba, el 71 % de los empleados recomendó que se implementará en otros departamentos porque las 4 horas continuadas de trabajo sin interrupcione ayudaba a la eficiencia.