En esta nueva edición de Poderosas con Marilé Unger, la invitada especial fue una de las principales referentes sobre la sexología clínica y la educación sexual: Jazmín Escobar, quien desde sus conocimientos insta a abrazar el placer.

Por: Verónica Giménez

Jazmín Escobar es sexóloga, especialista en Psicopedagogía y Neuropsicología. Su profesión abarca tres áreas: el consultorio de psicología y sexología clínica, los talleres sobre el desarrollo de la sexualidad saludable y la educación sexual integral.

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“Mi trabajo es bastante interdisciplinario y sobre todo es transversal a la vida humana. La gente se refiere al sexo como una cuestión bastante delicada que nos deja vulnerable, sin embargo, debemos comprender que nuestra sexualidad atraviesa todos los ejes de nuestra vida. Tanto íntima, en pareja, de familia, la parte social y profesional porque somos seres sexuados”, comenta.

Y agrega: “Somos portadores de una sexualidad que nos lleva a todos lados, entonces lo que siempre trato de hacer es primero desmitificar y hacer entender que la sexualidad es mucho más amplia y que el sexo es un elemento dentro de todo el espectro”.

Explica que la sexosofía es la filosofía propia de la vida de cada persona en el aspecto de su sexualidad, es decir, la construcción del aprendizaje. Por eso, lo primero que se debe hacer es erradicar las creencias distorsionadas que condicionan la sexualidad propia. La especialista expone que muchas situaciones llevan a las mujeres a no vivir el placer, porque generalmente somos enseñadas a que esto es más bien para los hombres.

“Existe la amenaza de que si no sos una buena amante te van a dejar. Tengo muchas mujeres que me dicen ‘yo hago esto no porque me guste, más bien porque si no come en casa, va a comer afuera’. Reaccionamos mucho ante el miedo que me deje o que esté con otra persona, y el miedo no es suficiente. Entonces, hay una construcción sexual que está condicionada por creencias externas. Nadie nos enseña a ser dueña de nuestro placer”, describe.

Otro punto que considera bastante importante es la relación del placer con la culpa, ya que desde la comida o si voy a viajar y no voy a trabajar, nos cuestionamos y limitamos nuestros pensamientos que tienen que ver con las pautas y los estereotipos sociales. Según su experiencia profesional, muchas mujeres están condenadas a vivir el placer desde lo que se espera.

“Nuestra manera de sentir placer está relacionada en todas las áreas de la vida. Los tres grandes placeres son: comer, estar con amigos y el sexo, obviamente hay miles de otros placeres, pero la misma manera que nos permitimos sentir placer sin culpa cuando comemos, viajamos o nos reímos, es el permiso que nos damos de disfrutar. Es es el motor del placer que deriva del gozo de la motivación”, indica.

La decisión de habitar nuestro cuerpo

Menciona que la base inicia por tomar nuestras propias decisiones hasta en las cosas más pequeñas, así como en identificar qué deseamos y qué nos gustaría hacer.

“El cerebro lo que hace es administrar las palabras positivas y negativas. Si yo utilizo mucho ‘estoy triste’, mi gesto van a ir acompañando mi lenguaje. Cuando el cerebro va captando situaciones negativas tiende a asociar tu estado de ánimo con interpretaciones y valoraciones negativas, por eso es sumamente importante empezar a hablarnos nosotras mismas”, recomienda.

Sostiene que nuestra relación con los demás depende mucho de la construcción de los vínculos de apego que tuvimos en la infancia. La sexóloga explica que el apego seguro desarrolla la facilidad de confiar en una misma y en el otro, mientras que el apego evitativo son personas que por más que deseen vincularse social, emocional y sexualmente evitan y tienden más a no comprometerse. En cuanto al apego ansioso, son el miedo y la angustia exacerbada ante las separaciones, así como una dificultad para calmarse cuando el cuidador vuelve.

“Para una buena sexualidad lo primero es la comunicación porque esta es la que abre a la intimidad. Y cuando decimos intimidad no hablamos del aspecto sexual, hablamos de la admiración, conexión, complicidad, seguridad y compañerismo”, subraya.

Y añade: “Hablamos del sexo penetrativo como una opción y no del sexo no penetrativo que es a través de la sensorialidad y la búsqueda del erótico y erógeno de la pareja. Estamos muy condicionados a que empieza y termina dependiendo del hombre porque es el portador de la virilidad del pene y sin pene no hay sexo, pero este es una parte más del cuerpo. El placer está en las caricias porque ingresan por la piel, que es el órgano sexual más grande del cuerpo”.

Recomienda informarse para gozar desde lo que se llama la previa, que son los estímulos activadores para darle tiempo al cuerpo que responda fisiológicamente, además aconseja siempre conversar sobre estos temas con la pareja para realmente sentirse cómoda y abrazar el placer.

El video completo lo puedes ver aquí.

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