La invitada especial de esta edición de Poderosas con Marilé Unger fue la periodista Amalia Cutillo, quien además de docente universitaria, es una activista por la concienciación y visibilización de la artritis en Paraguay.

Por: Verónica Giménez

Amalia descubrió su vocación en la primaria y desde entonces le dijo a su madre que quería ser periodista. Ya hace poco más de 13 años que ejerce la profesión. “Comencé como pasante y a la par estaba en el departamento de cobranzas de un conocido banco. Posteriormente, me contrataron como reportera y luego me dieron la oportunidad de ser presentadora. Durante unos cuatro años hice las dos cosas: presentadora de noticias y reportera”, describe.

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Su carrera es una de sus grandes pasiones, que además la hace ser más humana, especialmente por todo lo que debe informar en el día a día. “Hay cosas que me afectan durante días. A veces me considero demasiado intensa con mis productoras porque les pido que le den seguimiento y que averigüemos qué pasó”, confiesa.

Si bien hay noticias en las cuales puede dar su opinión, ser voz de injusticias o maltratos, hay otras en las que diga lo que diga no cambia absolutamente nada, entonces pide a Dios que la desconecte de todo aquello que no puede solucionar porque su carrera la exige ser fuerte y seguir al frente de las noticias diariamente.

Además de esa lucha constante, Amalia es mamá de Elías y una guerrera por la concienciación y visibilización de la artritis en Paraguay, una enfermedad autoinmune que afecta las articulaciones y otras partes del cuerpo. Durante mucho tiempo fue presidenta de la Asociación de Guerreros de la Artritis Reumática.

Foto: Gentileza

Su lucha contra la artritis

Fue en el 2008 cuando la enfermedad se hizo sentir por primera vez. Amalia estaba entrenando cuando empezó a sentir dolores intensos en el brazo derecho. Los médicos señalaban que se trataba de tendiditis, entonces cumplió con todas las indicaciones hasta que un traumatólogo le dijo a su mamá que debía llevarla a un reumatólogo, porque si no era un cáncer de hueso, podría tratarse de una artritis juvenil.

“Fuimos a un reumatólogo y me diagnosticó artritis a través de unos análisis. A partir de allí empieza mi batalla contra esta enfermedad, que hoy por hoy abrazo. Realmente fue un proceso aceptar y convivir con ella”, comparte y menciona que su recomendación para quienes también luchan con la artritis es asociarse con ella y negociar, pero avanzar.

Y agrega: “No te podes quedar en tu cama más de medio día, permitite una vez al mes o una vez a la semana quizás, pero no te podes quedar una vida en cama por esta enfermedad”.

La artritis no solo afecta a los adultos mayores como popularmente se cree, es una enfermedad que hoy padecen más de 3.000 niños en Paraguay. “¿Cómo le decís a un chiquito te va a doler, pero vas a poder lidiar con esto? Si yo con 37 años hay cosas que no puedo porque me limita”, reflexiona.

Señala que hay cosas que no puede hacer con su hijo Elías a causa de su condición y que son las mismas que la motivan para hablar a otras personas. Además, considera clave autoexigirse contra la enfermedad para que no ocupe un lugar en la mesa ni logre pasar por encima de quien la padece.

“No hay de otra que ir moviéndose despacito porque hay pequeñas cosas que uno no puede hacer con dolor. Por ejemplo, prenderte el sostén cuesta, prenderte el pantalón olvídate, ropa interior con gomas demasiadas fuertes no. Hay un montón de cosas que te pueden afectar, pero no le des tanto lugar”, sostiene.

Foto: Gentileza

Amalia afirma que su testimonio tiene como propósito visibilizar y hacer entender a la gente lo que significa padecer esta enfermedad, más que nada, a aquellos a quienes les toca acompañar a la persona que la padece. Recuerda que en ocasiones tuvo que faltar al trabajo y otras, presentarse con dolores en diferentes parte del cuerpo.

No obstante, resalta y agradece la solidaridad de la mayoría de sus compañeros que siempre están predispuestos a ayudarla en todo lo que precise.

Momentos y personas importantes

Entre sus personas favoritas se encuentran su hijo y su madre, quienes la acompañan día a día y pintan su mundo de sonrisas. “Elías es todo lo que está bien en mi vida. Él me puede, es mi motivación diaria, es el sol que sale cada mañana aunque esté nublado, y es el chiquito por el que vivo, respiro y quiero que sea un gran hombre. Que le haga siempre feliz a la gente como lo hace hasta ahora”, expresó visiblemente emocionada.

Elías tiene 5 años y llegó a su vida contra todo pronóstico. “Me decían que no iba a poder y que iba a necesitar tratamiento. Nació prematuro, batalló 10 días pero es un niño super sano, divino, habla hasta por los codos y el año que viene ya se va al preescolar”.

Sobre su mamá dijo que no se imagina una vida sin ella y le dedicó las palabras: gracias y te amo. Comentó que su papá falleció cuando ella tenía 5 y su mamá 27 años, desde entonces caminaron juntas contra viento y marea para salir adelante. “Ella es mi sostén”, resumió.

Entre otros recuerdos importantes, Amalia compartió que al ver fotografías de cuando era estudiante universitaria, pensó en que en esas mismas aulas fue alumna y actualmente es docente; una de sus pasiones que le brinda la oportunidad de formar a otros profesionales de la Comunicación.

Y en una de sus instantáneas, agradeció a su compañero de noticiero Marcelo, con quien empezó a presentar las noticias en el 2009. Destacó su amistad y la calidad de persona que es, así como también la de otros amigos que le regaló el periodismo a lo largo de su carrera.

Podes encontrar el programa completo haciendo click aquí.

Foto: Gentileza

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