Cuando atravesamos por un periodo de transición en nuestra vida, debemos afrontar ciertos pensamientos, emociones y situaciones que pueden afectar nuestra salud mental. Te contamos cómo enfrentarlos.
El espacio liminal deriva de la palabra latina limen que significa “umbral” y se refiere a pasar por un cambio o ir de un lugar a otro, o bien, de una cosa a la siguiente. En otras palabras, este término se resume como pasar de una fase a otra.
Los profesionales de salud mental explican que es el lugar en el que se encuentra una persona durante un periodo de transición. Es una brecha y puede ser física como una puerta, emocional como un divorcio o metafórica como una decisión.
“Aquí es donde una cosa termina y otra está por comenzar, pero aún no has llegado allí, estás en el espacio intermedio”, dice Kirsten Franklin, experta en mentalidad. Sin embargo, la parte difícil de atravesar este vacío es que nos expone a lo desconocido.
Si bien puede ser más fácil comprender el concepto de liminalidad a nivel físico, es más probable que a nivel psicológico notes y lo sientas de forma personal. Aún así, es importante reconocer la diferencia entre los dos.
- Espacio liminal físico: es algo tangible que puedes reconocer como un camino, un pasadizo o un portal. Estos lugares son transitorios, lo que significa que se supone que debes pasar por ellos en tu camino hacia otra cosa. Por ejemplo, escaleras, pasillos, entradas y puentes.
- Espacio liminal psicológico: es un factor emocional que se reconoce más como una transición de vida o un cambio entre dos formas de pensar. Cuando las personas se encuentran en estados liminales, suelen desarrollar sentimientos de ansiedad.
Hay dos tipos principales de estados liminales psicológicos, según los expertos: emocionales y metafóricos. El primero se refiere al acompañamiento en las transiciones o hitos de la vida, donde se describe el tiempo entre el final de una parte de la vida de una persona y el comienzo de la siguiente fase. Por ejemplo: graduación, ruptura, matrimonio, divorcio, embarazo/nacimiento, diagnóstico de una enfermedad, muerte de un ser querido.
El otro espacio liminal psicológico es el metafórico, que es cuando se debe tomar una decisión de algún tipo y hasta que la persona decida de un modo u otro, se balanceará en un estado perpetuo de incertidumbre.
Impactos en la salud mental y cómo afrontarlo
Por un lado, cuando estás en ese limbo probablemente te sientas incómodo o fuera de sí debido a la transición que representa, pero a su vez tienes la oportunidad de crecer y ver tu vida evolucionar hacia algo nuevo.
Existe evidencia de que estar en un estado liminal está relacionado con la creatividad, ya que las emociones a menudo se intensifican como en canciones, libros, poemas y pinturas. Cuantos más sean los cambios, habrá más resultados desconocidos que afrontar.
Estas son algunas recomendaciones de los especialistas en salud mental:
- Practica la aceptación: cuanto más aceptes dónde estás y no luches contra ello, más fácil serán los cambios porque no existe nada que hacer para detenerlo, es una parte normal de la vida. La flexibilidad es clave.
- Recuerda las experiencias transformadoras positivas: profundice para recordar otros momentos difíciles en su vida y lo que hizo para tener éxito en esas situaciones. Tal vez algunas de las herramientas que usó en el pasado se apliquen al presente. Los ejemplos de resiliencia personal pueden ayudar a crear una base para construir su camino actual.
- Escribe las cosas: cuando pensamos en las cosas, tienden a crecer y apoderarse de todo lo demás, pero cuando los escribimos y les damos un hogar, se vuelven más pequeños y manejables. Esto no tiene que ser una historia o incluso oraciones coherentes, solo tiene que ser sus pensamientos e ideas. Incluso una palabra o una imagen ayuda. Una vez que están escritos, siempre puedes volver atrás y mirar lo que estabas pensando. Esto hará que sea más fácil reconocer el camino que finalmente desea tomar.
- Use palabras que realcen y no desmerezcan: por cada declaración negativa, intente reescribirla en algo positivo. Por ejemplo, en lugar de decir “no puedo”o “no lo haré”, intente reformular con frases como “espero con ansias” o “me gusta cuando”, pequeños cambios pueden cambiar su perspectiva hacia un futuro esperanzador.
- Prioriza lo que puedes controlar: puede controlarse a sí mismo, su entorno y sus respuestas, pero no puede controlar a otras personas. Así que no te centres en lo que crees que los demás piensan, enfócate en tu bienestar.