Esta verdura es económica y fácil de conseguir, pero no es de las más populares a la hora de preparar una ensalada. Lo cierto es que es muy bajo en calorías y posee bondades interesantes para el organismo.
Consumida desde la antigüedad por los egipcios y babilonios, el rabanito se destaca por su alto contenido de agua, su aporte en vitamina C, fibra y más de 20 aminoácidos esenciales. Su sabor es fresco, un poco amargo y picantón, y se pueden aprovechar durante todo el año.
Aunque su versión más conocida es la de piel roja y centro blanco, existen otras variantes, como el daikon, más consumido en la cultura asiática en salsas, guisos y otras preparaciones. Cada 100 gramos de rábano aporta 16 calorías, 40mg de calcio, 1,3mg de hierro, 16mg de yodo, 11mg de magnesio, 0,13mg de zinc y 20mg de vitamina C.
Gracias a sus compuestos, el rabanito fortalece el sistema inmune y actúa como escudo de defensa del organismo. Sus componentes ayudan a prevenir resfriados, combaten virus y bacterias, además de algunas infecciones.
Su aporte de agua y nutrientes facilitan los procesos digestivos, previenen el estreñimiento y regulariza la flora intestinal. También es un gran aliado para desintoxicar el organismo y eliminar la retención de líquidos, cuidando tanto de los riñones como el hígado.
Al ser rico en potasio, regulariza la presión arterial y previene las enfermedades cardiovasculares. Otro de sus beneficios se encuentra en su alto contenido de flavonoides, un poderoso antioxidante que trabaja como antiinflamatorio y protegiendo al organismo de los radicales libres.
Una buena ensalada colorida puede brindar más sensación de saciedad si se le agrega rabanitos, la fibra que posee este alimento ayuda a sentirnos satisfechas más rápido y prolonga esto por más tiempo, evitando que comamos demás.
Esta hortaliza es muy bondadosa en general, pero no está indicada para personas con hipotiroidismo, ya que al contener indometilglucosinolato interviene en la acción hipotirodea.