En una emotiva edición de Poderosas con Marilé Unger, la invitada especial fue Leryn Franco, una referente del deporte en nuestro país. La atleta arrebató podios, portó la antorcha olímpica y conquistó el corazón de muchos por su gran talento y belleza.

Por: Natalia Delgado

Leryn rompió los récord nacionales antes de cumplir 17 años en jabalina y triple salto, se llevó preseas en prácticamente todas las competencias, donde entró a lo largo de su carrera deportiva y es una de las contadas paraguayas que llegó a participar de los Juegos Olímpicos varias veces.

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Sin dudar se define así misma como atleta, aún llevando varios años retirada, y comenta que no fue ella quien eligió la jabalina. “Lo mio fue muy raro, yo quería ser saltadora de largo, a mi me encantaba el salto largo, no quería ser lanzadora de jabalina. Cuando vos empezás el atletismo tenes que hacer todas las pruebas, porque eso forma parte del atletismo, entonces, empiezo a batir los récords de lanzamiento con pelotita y mi entrenador me empezó a observar. Me dijo: ‘tenés muy buen brazo’, y una cosa llevó a la otra. Como que la jabalina me eligió a mí, no yo a la jabalina”, recuerda.

A medida que pasaron los años, los galardones fueron llegando y Leryn empezó a ser referente no solo en Paraguay, sino en otros países de Sudamérica. Muchos medios la empezaron a catalogar como la deportista más sexy de Paraguay y parte de su carrera fue condicionada por su belleza.

Franco comenta que algunos llegaron a señalar que fue a los Juegos Olímpicos por linda, cuando en realidad su performance en las competencia hizo que se ganara esos lugares. La atleta hace un recuento de algunos de sus títulos y reflexiona:

“Ganaba los campeonatos sudamericanos, llegué a ser Vice Campeona Panamericana, Vice Campeona Iberoamericana, he ganado Gran prix alrededor de Sudamérica, pero una vez que te vas a los Juegos Olímpicos y ves una realidad diferente, decís: ‘espera un poco, que paso acá, yo soy una campeona sudamericana, ¿cómo es que acá no me va tan bien?’, y es una historia repetida, uno iba en desventaja, yo ni siquiera viajaba con mi propio entrenador, llegaba a algunos lugares sin tener una jabalina, y las chicas llegaban con 10, 20 jabalinas, ahora veo en retrospectiva y digo: ‘¡pucha que éramos caraduras!’”.

También rememora que ganó su primer campeonato sudamericano sin zapatillas y que atravesó muchas odiseas sin entrenador, sin un guía que la acompañara en las competencias. Leryn hace un especial énfasis en el trato que le dan muchas personas a los deportistas, y que antes de criticar en los resultados piensen que el atleta es una persona que está dando todo de sí con los recursos que le ofrecen.

“Antes de criticar a cualquier deportista, vamos a hablar con criterio, con buena onda, para progresa y no para hacerle daño a la otra persona, y también lo otro que digo siempre es: pensá que algún día podes tener una hija que quiera hacer alguna cosa por el país y le pueden estar criticando de la misma manera que vos a esa persona, sin conocimiento”, sugiere.

Una referente del atletismo

Leryn nunca quiso ser una referente del deporte por su belleza, a pesar de que muchos adjudicaron su éxito a eso, la deportista recuerda que muchas veces no se sentía cómoda con la ropa que le deban porque en el atletismo se compite con top y culote, y siempre que pudo elegir, optaba por prendas que no dejaran al descubierto su figura.

“No quería que me vean desde ese punto de vista, me la pasaba entrenando, pero bueno, también era muy jovencita e inmadura”, y agrega que las jóvenes atletas de hoy en día deben vestirse como más cómodas se sientan y no deben condicionarse.

Franco cuenta que recibe muchos mensajes a través de las redes sociales, de atletas pero más de muchas mamás pidiéndole consejos para sus hijas que están incursionando en el deporte. Explica que muchas de ellas tienen miedo que sus hijas se conviertan machonas o que se vuelvan muy musculosas por entrenar y aclara que no es así, que eso es un mito.

Por otro lado, apunta que también le hablan jóvenes del interior, tantos hombres como mujeres para pedirles consejos, y menciona que hay talento pero que el apoyo no llega. Cuando su fundación estuvo activa pudo ayudar a muchos atletas con becas en el exterior, pero actualmente no se encuentra activa y si bien, ya no está tan empapada en los temas deportivos por sus obligaciones y responsabilidades, sigue ayudando a la gente que le habla a través de sus anécdotas y experiencias.

La familia

Leryn se emociona al ver imágenes de su familia, entre lágrimas define a su mamá como su ángel y a su papá como su gran fan y motivador. “Mi papá y mi mamá son los que me inculcaron todos los valores que hoy me siguen guiando, y me siguen forjando en un mundo que está cada vez más difícil. Gracias a mi mamá y mi papá yo creo que pude saltar muchísimas barreras, y no solo saltarlas sino, ser una mujer respetada en el ambiente”, apunta.

“Mi papa, así como lo ves, era bastante exigente con el tema de las competencias. Algo que me marcó fue que yo les llevaba las medallas de cada nivel nacional y él me decía: ‘bueno, ya, cuando me traigas una medalla internacional...’, y yo le respondía: ‘¿pero papá no te importan estas medallas?, ‘Sí, pero ahora tenes que disputar una medalla internacional’ y yo compitiendo a nivel nacional ni sabía que existían competencia internacionales, no sabía como iba a hacer para traer una medalla de afuera”, recuerda emocionada.

Respecto a sus hermanas, Leryn expresa con mucho amor que son su vida entera, su cable a tierra y que representan todo lo bueno que hay en su vida.

Del deporte a la tv

Estuvo siete años trabajando en televisión y exclama que tuvo los mejores jefes y compañeros del mundo, además, que si bien ella no era periodista, aceptó la propuesta para seguir difundiendo el deporte.

“Siendo deportista me llaman del canal para hacerme una prueba y les dije: ‘yo no soy periodista’, pero bueno, me dijeron: ‘tenés conocimiento de deportes, te vemos en las entrevistas, tu desenvoltura, tenes un don, un talento, obvio tenes que capacitarte’. Mucha de la capacitación acá es training, y yo dije: ‘bueno, me animo’, porque me gusta el deporte y lo vi como una posibilidad para seguir promoviendo desde mi experiencia”, cuenta.

Durante sus años como comunicadora hizo un gran trabajo y muchas personas aplauden su labor y activismo por y para el deporte. Solo que el esfuerzo y la rutina que conllevó esa etapa en la tv la hicieron reflexionar sobre el estilo de vida que estaba llevando y a tomar la decisión de salir de los medios de comunicación.

“Ser una persona con mucha energía tiene sus pro y sus contras, y una de las contras es que podes hacer demasiadas cosas en el día. Vos empezás y entras en una vida en automático y no paras. Yo llegaba un momento que comía en el auto, me vestía en el auto, salía de entrenar toda sudada, me cambiaba y me arreglaba así en el camino y me iba a otro evento. No era normal, no era saludable, y menos para un mujer”, comenta.

Y agrega que luego de casarse y tomar la decisión de formar familia con su marido, se dieron cuenta que ese estilo de vida no era el apropiado y que incluso los médicos les decían que tenía que modificar su rutina.

“Yo estaba en un constante queriendo demostrarme y demostrarle a no se quien que yo podía con todo, las mujeres tenemos esa capacidad de hace muchas cosas al mismo tiempo, pero eso no significa que sea optimo, correcto ni bueno para tu salud”, agrega.

Y fue ahí, más que incursionó en el paisajismo gracias a una amiga, que Leryn decidió salir de la tv para dedicarse a otras cosas. Por último, reflexiona: “Las mujeres están todo el tiempo queriendo ser la mejor en lo que hacen y no está bien, tenes que permitirte ser humana, tenes que permitirte errar, no ser la mejor. No pasa nada si viene otra y es mejor o hace algo mejor que vos”.

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