El síncope es una pérdida brusca y temporal de la conciencia y del tono postural, de duración breve, de la cual el paciente se recupera espontáneamente sin necesitar una asistencia médica inmediata.

Los especialistas explican que los síncopes son muy frecuentes en la población en general y que la mayoría de ellos no son malignos. Por eso, cuando estos se repiten frecuentemente en el tiempo, duran más de lo normal o aparecen junto con otros síntomas, sí es recomendable visitar al médico.

El síncope se produce por una disminución transitoria del flujo sanguíneo al cerebro, por eso es importante saber qué situaciones lo provocan y cuáles lo evitan. En este informe, la Sociedad Española de Medicina Interna menciona que el miedo, el dolor, las emociones intensas y hasta el ejercicio intenso pueden provocarlo.

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Foto: Pexels.

Asimismo, entre las causas benignas también se encuentran el hecho de toser, defecar o ejercer presión en el abdomen de forma vigorosa; levantarse bruscamente; tomar medicamentos que reducen la presión arterial; el bajo nivel de azúcar en la sangre o la deshidratación, y tras consumir alcohol o algunas drogas.

En la mayoría de los casos, los síncopes aparecen sin que exista una enfermedad relacionada. De todas formas, es importante que un médico determine si estos ocurren a raíz de un problema cardiovascular o neurológico, ya que así el profesional podrá indicar al paciente un tratamiento que los evite.

El síncope suele confundirse con la lipotimia, sin embargo, en este último la pérdida de la conciencia es progresiva, es decir la persona se da cuenta que se va a desvanecer poco antes de que el hecho ocurra, por ende puede o no ocurrir la caída.



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